Muere Totò Riina, ex jefe supremo de la mafia italiana

EFE / eldiario.es

Jefe de jefes de una de una de las organizaciones del crimen organizado más conocidas y temidas. Totò Riina, el ex jefe supremo de Cosa Nostra, la mafia siciliana, ha muerto esta madrugada en el área para detenidos de un hospital de Parma (norte) a los 87 años. Condenado a 26 cadenas perpetuas por sus muchos crímenes de sangre, más de 150 personas asesinadas bajo sus órdenes, ha fallecido después de pasar los últimos cinco días en coma.

Riina, que falleció a las 3.37 hora local (2.37 GMT), había sido intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones en los últimos días, según el diario La Repubblica.

El que fuera “capo de capos” fue considerado responsable de ordenar múltiples asesinatos, entre ellos el de los magistrados Giovanni Falcone y Paolo Borselino en 1992, referentes en la lucha judicial contra el crimen organizado.

En julio pasado, el Tribunal de Vigilancia Penitenciaria de Bolonia (norte) negó su excarcelación, después de que el Tribunal Supremo pidiera que se estudiara su situación por el deterioro de su salud, con importantes problemas cardíacos y renales y parkinson, según sus abogados.

El ministro de Justicia italiano, Andrea Orlando, autorizó anoche la visita al hospital de tres de sus hijos, otro se encuentra encarcelado también por delitos de mafia, y de su mujer Ninetta Bagarella.

'La bestia' nunca se arrepintió de sus crímenes

Riina (Corleone, 1930), conocido también como “la Belva” (La bestia), se encontraba detenido desde 1993 como consecuencia de los más de cien asesinatos que cometió con sus propias manos o ordenó.

Durante todos estos años, los investigadores aseguran que a pesar de estar bajo el régimen carcelario 41-bis, el más duro y con mayor aislamiento, Riina seguía tejiendo los hilos de Cosa Nostra.

El “jefe de jefes” y capo de la familia de los “Corleoneses” fue el protagonista de la época más sanguinaria de la mafia siciliana y nunca se arrepintió de sus crímenes.

En todos los juicios que apareció nunca hizo alguna revelación sobre las actividades ilegales de la mafia o sobre los atentados contra los jueces Paolo Borsellino y Giovanni Falcone en 1992.

Sus últimas apariciones habían sido en videoconferencia para declarar en el juicio que pretende aclarar si el Estado emprendió una negociación con la mafia siciliana (la Cosa Nostra) en la década de los noventa del siglo XX para parar la violencia.

Riina muere sin desvelar los detalles de esta presunta negociación y otros secretos que han marcado la historia de Italia.

Incluso en los últimos años, desde la cárcel de Parma, donde estaba recluido antes de que su salud empeorara y fuera trasladado a un hospital de esta ciudad, se permitía continuar amenazando a magistrados como el fiscal de Palermo, Antonino Di Matteo.

Las amenazas a Di Matteo y otra serie de revelaciones mientras dialoga con otro detenido, también perteneciente al crimen organizado, fueron grabadas por las cámaras de seguridad durante un paseo en el patio de la cárcel.