La Media Inglesa ha lanzado en su canal de Youtube el primer capítulo de la miniserie 'Qatar: el Mundial a sus pies', un documental que muestra la cara más oscura del máximo torneo entre selecciones, que será recordado como “el de la vergüenza, el de los muertos, la gran mancha negra del fútbol”, afirma Juan Corellano, escritor y director del documental.
Este medio independiente inició su andadura en 2010. Doce años más tarde, ha logrado sacar adelante una producción audiovisual con la financiación aportada por sus miembros y suscriptores a lo largo de este tiempo. “Nos ha sido imposible encontrar socios, nadie nos veía haciendo algo tan serio”, asegura Corellano. Aunque este no ha sido el único impedimento para aunar colaboradores. “Qatar es una línea roja”, “Mi jefe no me deja”, “Si nos metiéramos en el proyecto tendríamos un problema”, son algunos de los argumentos más escuchados por el director.
Los periodistas que forman este canal especializado en fútbol británico, que cuenta con más de 350.000 suscriptores en Youtube y casi 50.000 en Twitch, tuvieron largas conversaciones para decidir cuál sería su labor con respecto a la cita mundialista. “Como periodistas llegamos a la conclusión de que nuestra labor y nuestro derecho era el de informar, pero dando a conocer tanto las partes buenas como las más oscuras”, explica Corellano en conversación con elDiario.es.
A lo largo de los casi 90 minutos de metraje, repartidos en tres episodios independientes —cada uno de ellos puede verse sin conocer los otros dos—, se recorren diferentes aristas para dar una visión global de la situación que rodea a la máxima competición de selecciones. El primero, Todos los hombres de FIFA, estrenado el pasado lunes a partir de las 19.00 y disponible de forma gratuita en Youtube, trata las extrañas y sospechosas condiciones que llevaron al país a ser sede del torneo que comienza la próxima semana, el 20 de noviembre.
A finales del año 2010 se llevó a cabo una votación para elegir las regiones que albergarían las dos próximas Copas del Mundo, la de 2018, que se celebró en Rusia, y la de 2022. Y, a pesar de que los informes elaborados por la FIFA situaban a las candidaturas de Estados Unidos y a la nominación conjunta de España-Portugal con condiciones favorables, la votación cayó del lado de Qatar: 14 votos, frente a los ocho a favor del país norteamericano.
El resultado dependía de un comité ejecutivo formado por 24 miembros. Pero todo lo que rodeó a aquella decisión fue un terreno pedregoso y opaco. Muchos de esos integrantes resultaron inhabilitados de sus cargos por malas conductas, condenados en un procedimiento criminal por corrupción o acusados por incumplir el código ético de la FIFA (aunque ninguno ha sido procesado). Y el Estado árabe hizo todo lo posible para asegurar —supuestamente comprar— esos votos. En noviembre de 2010, un mes antes de la votación, hubo una reunión entre Michel Platini —entonces máximo dirigente de la UEFA, el máximo organismo del balompié europeo—, representantes qataríes y Nicolas Sarkozy, que en aquel momento presidía la República Francesa. Fue un antes y un después, un salto de dimensión en el entramado organizativo del deporte. “Nadie negociaba a ese nivel en el mundo del fútbol”, comenta sorprendido el periodista Declan Hill en el primer episodio de la miniserie.
Pero, por otro lado, esta Copa es “un éxito para ellos ocurra lo que ocurra, porque es un golpe encima de la mesa”, indica Corellano. Qatar se ha convertido en una pieza importante dentro del tablero geopolítico, con aliados potentes como Francia, y altos dirigentes, como Al-Khelaifi, miembros de grandes organizaciones. “Gracias a su condición de sede —continúa el periodista de La Media Inglesa—, pasa a ser percibido como más benévolo, como menos cerrado”. Es el sportwashing, el lavado de imagen de regímenes dictatoriales por medio del deporte, ya utilizado por Hitler en 1936 por medio de los Juegos Olímpicos de Alemania, y por Jorge Videla, en 1978, con el Mundial celebrado en Argentina.
También ha habido movimientos poco inteligentes desde el emirato. El pasado 12 de noviembre, la cuenta oficial del Comité de Organización y Legado de la Copa Mundial de esta campaña compartía un vídeo en el que aficiones impostadas de cada selección marchaban por las calles del país vitoreando, lo que conllevó un gran revuelo en redes sociales. También las declaraciones hechas el 8 de noviembre por uno de los embajadores de la competición, que remarcaron la postura homófoba de la dictadura qatarí, un régimen que no respeta los derechos humanos y castiga con penas de cárcel de hasta siete años las relaciones homosexuales.
Sobre esto tratarán los siguientes dos capítulos de La Media Inglesa, que podrán ser vistos por la misma plataforma los próximos miércoles 16 y viernes 18, a partir de las 19.00. El segundo documental versará sobre los derechos de los trabajadores involucrados en la construcción de los estadios, por medio de conversaciones con algunos de los protagonistas desde Nepal. El tercero, por su parte, tratará la importancia geopolítica que supone esta ceremonia para el Estado organizador, de la nueva FIFA, presidida por Gianni Infantino, y del caso de un trabajador encarcelado en el emirato.
“Más que que le guste a la gente, lo que buscamos es que les resulte útil”, dice Corellano. “Que, a partir de allí, saquen sus conclusiones y hagan lo que crean pertinente. Nosotros solo queríamos ejercer nuestro derecho, nuestra labor como periodistas: contar la cara más desagradable del Mundial de Qatar”, concluye el director de la producción de La Media Inglesa.
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