Los problemas se le acumulan a la eurodiputada socialista griega Eva Kaili. En prisión por el Qatargate, acusada de cobrar sobornos, la Fiscalía europea ha pedido este jueves, además, que el levantamiento de su inmunidad parlamentaria, así como la de la eurodiputada popular, también griega, Maria Spyraki (Nueva Democracia).
“De acuerdo con un informe de investigación recibido de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF)”, reza el comunicado de la Fiscalía europea, “existe una sospecha de fraude en perjuicio del presupuesto de la UE, en relación con la gestión de la asignación parlamentaria y, en particular, con respecto a la remuneración de los asistentes parlamentarios”.
El comunicado concluye: “De conformidad con la legislación nacional aplicable, la señora Kaili y la señora Spyraki tienen derecho a la presunción de inocencia”.
Campaña búmeran del PP europeo
El PP europeo, después de la reunión de sus líderes en Bruselas y mientras se desarrolla del Consejo Europeo, ha lanzado una campaña de twitter en la que, en contra de lo defendido por su presidente, Manfred Weber, esta semana en el Parlamento Europeo, acusa a la familia política socialista del Qatargate.
Si bien es cierto que el Qatargate está afectando, de momento, a miembros del grupo socialista en la Eurocámara, la línea política de los populares había sido la de evitar el uso partidista del caso. La propia presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, una de las líderes más reconocibles del PP europeo, dijo el lunes ante el pleno de Estrasburgo: “Debo ser clara, las acusaciones no son sobre izquierda o derecha, o norte o sur. Se trata de lo correcto y lo incorrecto, y les pido que resistan la tentación de explotar este momento para obtener ganancias políticas. No devalúen la amenaza a la que nos enfrentamos”.
Apenas dos horas después de ese hilo de Twitter, el tuit de la Fiscalía Europea informaba de que pedía el levantamiento de la inmunidad, no ya de Kaili, sino también de otra eurodiputada griega, esta vez conservadora, del PPE, por un caso de mal uso de los fondos europeos.
Relajación de controles
Tal y como adelantó El Confidencial, las dietas de los eurodiputados, 4.342 euros al mes por representante, han perdido controles, según decidió en octubre el Bureau de la Eurocámara, la Mesa del Parlamento Europeo a la que pertenecía hasta esta semana Eva Kaili, compuesta por la presidenta, Roberta Metsola, y los 14 vicepresidentes. Sólo votó en contra la vicepresidenta Heidi Hautala, de Los Verdes.