El jueves 21 de diciembre, la Asamblea General de la ONU, en una votación no vinculante, votó contra la decisión de Estados Unidos de reconocer Jerusalén como capital de Israel y de trasladar en el futuro su embajada en esa ciudad. Hubo 128 votos a favor de una resolución de rechazo, nueve en contra y 35 abstenciones.
Jerusalén siempre ha estado en el centro del conflicto palestino-israelí. En la partición de Palestina en 1947, Jerusalén quedó al margen, bajo control internacional. Sin embargo, en la guerra árabe-israelí de 1948, conocida por Israel como la guerra de independencia y por los palestinos como el comienzo de la Nakba (la catástrofe), Israel pasó a controlar el 77% del territorio –la ONU le había asignado el 55% en el 47). Jerusalén se dividió y en el 67 Israel conquistó Jerusalén Este, aunque nunca ha sido reconocido internacionalmente su control sobre esa parte de la ciudad. Israel considera a Jerusalén oficialmente como su capital, donde están todas las instituciones de gobierno, excepto el Ministerio de Defensa.
La decisión de Trump le valdrá una estación de tren a su nombre y próxima al Muro de las Lamentaciones. ¿Cuáles son los siete estados que votaron junto a EEUU e Israel y por qué lo hicieron?
Estados Federados de Micronesia, República de las Islas Marshall y República de Palaos
Hasta 1986, estos territorios formaban parte de un fideicomiso de la ONU administrado por Estados Unidos. Es entonces cuando los Estados Federados de Micronesia, la República de las Islas Marshall y las Islas Marianas del Norte firman un tratado de libre asociación. Palaos lo hizo más tarde, en 1994.
Este acuerdo que expiró en 2010, fue renovado el 12 de diciembre 2017 por Donald Trump al aprobar el presupuesto de Defensa. En el acuerdo, se establece que los territorios tienen independencia en cuanto a política exterior pero, sin embargo, el presupuesto de Defensa señala que se estudiará la “contribución a los intereses de defensa y de política exterior de Estados Unidos, incluidos los planes y posturas de defensa de Estados Unidos” de los territorios.
Se entiende así que Estados Unidos puede retirar unilateralmente su apoyo a las islas si éstas adoptan una posición que no favorece al país norteamericano. Por lo tanto, estos territorios apoyan sistemáticamente a EEUU en las votaciones de la ONU y la decisión de declarar Jerusalén como capital de Israel ha sido una de ellas.
Nauru
Cuando en 2012 se votó la inclusión de Palestina en la ONU como Estado observador no miembro, Nauru fue uno de los países –nueve, una vez más, entre ellos EEUU y las islas del tratado de libre asociación– que votaron en contra.
Al igual que las demás islas del pacífico mencionadas anteriormente, en la pequeña Nauru la población judía es prácticamente inexistente, pero las ayudas al desarrollo provenientes de Israel tienen una fuerte presencia.
El presidente de Nauru, Baron Waqa, acudió en visita oficial a Israel en junio de este año. “Has sido nuestro gran amigo. Es un placer recibirte en la tierra de Israel y en el Estado de Israel. Y espero que tengas una visita excelente que refleje nuestra excelente relación” declaró Binyamín Netanyahu.
Waqa también se reunió con el presidente israelí, Reuven Rivlin, al que agradeció las ayudas de Israel en los campos de la medicina y la purificación del agua. “Mostraremos nuestro apoyo en los foros internacionales. Sé que necesitáis mucho apoyo en la ONU, y nosotros tenemos buenas amistades en el Pacífico, y trabajaremos para animar a que apoyen a Israel”, dijo el presidente de Nauru.
Honduras
Tras las polémicas elecciones del 26 de noviembre, en las que según la oposición tuvo lugar un fraude electoral, Estados Unidos reconoció a Juan Orlando Hernández como vencedor, a pesar de que el mismo comunicado publicado en Twitter señala que las “irregularidades identificadas por las misiones de observación de la Organización de Estados Americanos y de la Unión Europea, y las violentas reacciones en todo el espectro político de Honduras señalan la necesidad de un fuerte diálogo nacional”.
Es precisamente en este contexto de inestabilidad que Honduras ha apoyado la decisión de EEUU, ya que el apoyo de Trump va a ser clave para que Juan Orlando Hernández se mantenga en el poder.
El presidente hondurense comunicó el 27 de diciembre que el gobierno todavía no ha decidido si trasladará la embajada en Israel a Jerusalén. En la misma rueda de prensa señaló que Honduras ha “acompañado en casi el 50% las resoluciones de Israel [en las Naciones Unidas], especialmente en las que según ellos les asiste el derecho”.
Honduras se abstuvo en la votación de la partición de Palestina en 1947 y votó a favor del reconocimiento del país como Estado observador no miembro de la ONU en 2012.
Guatemala
Guatemala fue el primer país en 1947 en emitir un voto a favor de la división de Palestina, en reconocer el Estado de Israel y en abrir una embajada en Jerusalén. Además, el país centroamericano se abstuvo en la votación de 2012 para el reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro. Guatemala, además de estar muy vinculada a EEUU, también lo está a Israel. Ha anunciado que trasladará su embajada a Jerusalén después de que lo haga Washington.
Actualmente, su presidente, Jimmy Morales, conocido ya como el “Donald Trump de Guatemala”, ya que pocos tomaron en serio la candidatura de esta estrella televisiva antes de que se hiciera con el poder, mantiene relaciones estrechas con Israel.
Como señala el diario israelí Haaretz, Morales es un evangelista declarado y depende del apoyo de esta comunidad en Guatemala, ferviente defensora de Israel y de Netanyahu, y especialmente de la necesidad de que Jerusalén se encuentre en manos del gobierno israelí, cuestión que consideran necesaria tanto por razones religiosas como políticas.
Históricamente, Israel comenzó a proveer de armamento a Guatemala en los años 70, después de que el Departamento de Estado de EEUU publicara un informe apuntando a violaciones a los derechos humanos que hizo que el presidente Jimmy Carter suspendiera la venta de armas al país. Consejeros militares de Israel, Chile y Argentina han asesorado al Ejército de Guatemala sobre técnicas de lucha contrainsurgencia.
Cuando el general Efrain Rios Mont dio un golpe de Estado en 1982, admitió a un periodista del canal estadounidense ABC que el golpe había ido bien “porque muchos de nuestros soldados fueron entrenados por israelíes”.
Togo
Fue el único país africano en votar junto a EEUU. En 2016 llegaron a Togo 13,5 millones de dólares para programas de “seguridad civil y empoderamiento de la sociedad civil”. Como por ejemplo, 2.6 millones en programas de cumplimiento normativo y seguridad regional.
Togo estuvo durante décadas bajo el poder de Gnassingbe Eyadema desde su golpe de Estado en 1967. Ahora es su hijo, Faure Essozimna Gnassingbe, el presidente desde la muerte de su padre en 2005. Desde entonces ha permanecido en el poder mediante tres elecciones, pero todas ellas vistas con recelo por los observadores internacionales.
El país sufrió protestas cuando el gobierno anunció su intención de introducir un límite de dos legislaturas pero sin poder retroactivo, lo que permitiría a Gnassingbe presentarse a dos elecciones más. Por lo tanto, el apoyo financiero y político de EEUU va a ser fundamental para que el presidente togolés se pueda mantener en el poder.
Netanyahu ha tratado de reavivar la cooperación entre Israel y África retomando así los esfuerzos de la primera ministra Golda Meir (de 1969 a 1973) durante “la edad de oro de Israel en África”. Togo ha sido el pilar sobre el que se ha sustentado esta política. Las relaciones entre ambos países han permanecido muy estrechas, ya que Israel mantiene su influencia gracias a una activa política de cooperación al desarrollo, sobre todo, en el ámbito de la agricultura.
Las citadas protestas impidieron que se celebrara la cumbre africano-israelí de comercio planificada para octubre en la capital togolesa. La página web señala que la cumbre “presenta un marco que permite a los líderes de los sectores del comercio, la seguridad y la diplomacia africana e israelí conocerse y colaborar”. Además, destaca a África como “el mercado emergente global” y a Israel como “la nación de las startups”.