El Parlamento Europeo quiere reivindicarse. Populares, socialistas y verdes querían que el presidente de la Comisión Europea saliera del proceso de spitzenkandidaten, pero los líderes de la UE fulminaron a los tres finalistas, Manfred Weber (PPE), Frans Timmermans (S&D) y Margrethe Vestager (Renew Europe). El Parlamento Europeo quería participar en la decisión del jefe del Ejecutivo comunitario, pero los 28 líderes de la UE decidieron a puerta cerrada y de espaldas al Parlamento Europeo, no sólo el nombre de la candidata a presidir la Comisión Europea, sino hasta el color político del presidente de la Eurocámara, moneda de cambio del reparto de sillas entre populares, socialdemócratas y liberales.
Pero el reparto de cargos está costando en el Parlamento Europeo, que no se resigna fácilmente a tener un papel de comparsa de las principales decisiones para los nombres de los principales cargos comunitarios.
Así, el presidente del Parlamento Europeo no fue el primero que señaló el Consejo Europeo, Sergei Stanishev, socialdemócrata búlgaro, pero los socialdemócratas en la Eurocámara prefirieron elegir al italiano David Sassoli, entre otras cosas porque sentó fatal que los líderes de la UE dejaran caer a Timmermans después de que los liberales, con Emmanuel Macron a la cabeza, dejaran tirados a los socialdemócratas, liderados por Pedro Sánchez, para aliarse con Angela Merkel y los populares para elegir una ministra de la canciller como candidata a presidir la Comisión Europea.
Y por ello hicieron sudar a Sassoli, que necesitó de dos votaciones para ser presidente del Parlamento Europeo, por la fuga de voto de su bancada hacia la candidata verde alemana, Ska Keller; y la de la Izquierda Unitaria, Sira Rego (IU).
Pero el enfado no ha terminado. Hasta tal punto, que los socialdemócratas han tenido este miércoles la reunión con Ursula Von der Leyen a puerta cerrada, a diferencia de los verdes y liberales. Y ninguno ha anunciado su voto positivo.
Es más, los verdes han anunciado que votarán en contra, igual que hará la Izquierda Unitaria (GUE), con la que aún no se había reunido Ursula von der Leyen el miércoles por la noche: la reunión se acabó fijando para este jueves por la mañana, en la cual se le ha afeado el “déficit democrático de su elección”, así como su alineamiento con las políticas de recortes durante la crisis.
Los socialistas están divididos, encabezados por los alemanes. Y los primeros cálculos apuntan a que casi la mitad está inclinado por votar en contra de la candidata pactada por su familia política en el Consejo Europeo.
“La propuesta es muy decepcionante, nuestro grupo se ha mantenido firme en defensa de la democracia europea y el proceso de spitzenkandidaten, que no queremos que muera. Es inaceptable que gobiernos populistas representados en el Consejo hayan tumbado al mejor candidato sólo porque defendía la defensa del Estado de Derecho y los valores europeos”, dijo la presidenta de los socialdemócratas en la Eurocámara, Iratxe García, tras la cumbre de Bruselas, empujada por su bancada.
“Nuestro grupo esperará la respuesta de Von der Leyen”, ha dicho este miércoles García tras la reunión con la candidata, “no hemos tenido suficientes respuestas, por lo que escribiremos nuestras demandas y la evaluaremos sobre la base de las respuestas que recibamos. Nuestro grupo celebrará otro debate antes de la votación, cuando evaluaremos hasta qué punto se pueden cumplir nuestras demandas, y solo entonces adoptaremos una posición de grupo respecto a la votación”.
Los que se han manifestado más claramente en contra de Von der Leyen han sido los Verdes, tras la reunión de este miércoles por la tarde, como ha explicado el eurodiputado de Catalunya En Comú, Ernest Urtasun.
MIsma posición de rechazo que se ha evidenciado en la ruenión con la Izquierda Unitaria (GUE).
Pero las dificultades de Von der Leyen no acaban con socialdemócratas, verdes y GUE. Renew Europe, el grupo nacido de la fusión de los liberales de ALDE con el partido de Emmanuel Macron, tampoco ha dado su apoyo. El principal conflicto reside en la interpretación que hace el grupo de las palabras de Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, tras la cumbre de tres días que acabó el 2 de julio.
Tusk dijo: “El Consejo Europeo tomó nota de las intenciones de Ursula von der Leyen de nominar a Frans Timmermans y Margrethe Vestager como los vicepresidentes de más alto rango de la Comisión. También esperamos que Ursula von der Leyen garantice un equilibrio geográfico adecuado en el equipo de vicepresidentes”.
Pero las conclusiones oficiales del Consejo no dicen nada de eso, no menciona a Vestager ni a Timmermans. Sin embargo, hay liberales empeñados en que Vestager tenga idénticos galones que Timmermans como condición sine qua non para dar su voto. Y Von der Leyen no ha terminado de comprometerse plenamente y en detalle a ello en la comparecencia, también en abierto, ante los eurodiputados de Renew Europe.
También se ha visto Von der Leyen con los ultraconservadores de ECR, donde está Vox. En este caso, la reunión, a puerta cerrada, fue el martes, y lo que ha comunicado el grupo liderado por el partido del Gobierno polaco, PiS, sometido a censura por la Comisión Europea, también señala que el voto se decidirá en los próximos días. Y eso que Von der Leyen tampoco está siendo lo suficientemente tajante con los procesos abiertos por el respeto al Estado de Derecho en Hungría y Polonia.
“Nuestras conversaciones han sido honestas y francas”, ha comunicado ECR, “y ahora necesitamos discutir su nominación a nivel interno. Queremos desempeñar un papel constructivo en las discusiones”. El diputado polaco Ryszard Legutko añadió: “Hay claramente algunas áreas de acuerdo, pero no en todos los temas. Continuaremos reflexionando sobre su nominación en los próximos días antes de tomar una decisión antes de la votación del martes”.
Así, a menos de una semana de la votación en el Parlamento Europeo, Von der Leyen está lejos de tener los votos: el Parlamento Europeo se lo está poniendo difícil a la elegida por los líderes de la UE para presidir la Comisión Europea, lo cual no quiere decir que termine sacando la votación adelante si los líderes de las familias populares, socialdemócratas y liberales cuadran a sus bancadas en el Parlamento Europeo. Ella, de momento, ha lanzado un gesto progresista: ha pedido a los Estados miembros que manden dos nombres: uno de mujer y uno de hombre para el colegio de comisarios.