Qué está pasando ahora en la guerra de Ucrania

La ofensiva ordenada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el 24 de febrero contra Ucrania desde el este, el sur y el norte del país ha cumplido su día número 14, atravesado por el ataque que ha dañado seriamente un hospital materno infantil de la golpeada ciudad de Mariúpol y las evacuaciones de civiles a través de varias rutas, pero hay poca evidencia de que estén funcionando en algunas partes del país.

Los combates

Las autoridades ucranianas han denunciado que un ataque ruso ha alcanzado un hospital infantil y una maternidad en la asediada Mariúpol y han compartido imágenes de un edificio destrozado y vehículos ardiendo. Se desconoce el número total de víctimas de momento. El jefe de la administración militar regional dice que al menos 17 personas han resultado heridas. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado que hay “personas y niños bajo los restos” y ha calificado el ataque como una “atrocidad”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha verificado hasta ahora 18 ataques contra la atención médica en Ucrania durante la invasión, ha dicho tras el bombardeo del hospital que condena “inequívocamente todos los actos de violencia” contra los centros y trabajadores sanitarios y los pacientes.

En una videollamada con varios medios extranjeros, entre ellos The Guardian, el teniente de alcalde de Mariúpol, Sergei Orlov, ha descrito “bombardeos continuos” sobre la ciudad y ha calificado los ataques como “genocidio”. “Putin quiere capturar Mariúpol sea cual sea el coste humano”. Según los analistas occidentales, las fuerzas rusas han seguido con su cerco de Mariúpol y han aumentado los esfuerzos para irrumpir en la ciudad y consolidar el control en la región de Donetsk.

Mariúpol, un enclave estratégico, lleva días sin electricidad, calefacción y agua tras los bombardeos. Muchas voces alertan de una catástrofe humanitaria. Algunas crónicas describen cómo los cadáveres yacen en las calles y las autoridades cavan fosas comunes para enterrar a los muertos. Orlov ha dicho 1.170 personas han muerto en la ciudad durante la invasión.

En la planta nuclear de Chernóbil, el operador ucraniano ha advertido de que ha sido completamente desconectada de la red de energía. Posteriormente, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha afirmado que el corte de energía no entraña un impacto “crítico en la seguridad”. El director general del OIEA se ha mostrado también preocupado por la situación del personal que atiende la antigua central nuclear, que no ha rotado desde el 24 de febrero.

Amnistía Internacional ha investigado un ataque aéreo ruso que, según informaron las autoridades, mató la semana pasada a 47 civiles en la ciudad ucraniana de Chernígov y denuncia que puede constituir un crimen de guerra.

Según la última actualización de inteligencia del Ministerio de Defensa británico esta mañana, los combates al noroeste de Kiev y las fuerzas rusas no logran hacer ningún avance significativo. “Las ciudades de Járkov, Chernígov, Sumy y Mariúpol siguen cercadas por las fuerzas rusas y continúan sufriendo fuertes bombardeos rusos”. Añaden que las defensas aéreas ucranianas “parecen haber tenido un éxito considerable contra los modernos aviones de combate rusos, lo que probablemente les ha impedido alcanzar algún grado de control del aire”.

Los expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, dicen que las fuerzas rusas se están concentrando en las afueras del este, noroeste y oeste de Kiev para “un ataque a la capital en las próximas 24 a 96 horas”. Apuntan que el Ejército ruso puede estar intentando reunir suficiente poder de combate para lanzar su asalto a la capital. “Las fuerzas rusas cerca de Kiev lograron avances limitados y se prepararon para unidades limitadas para continuar con su intento de cerco al oeste”.

Los analistas creen que las operaciones para cercar la capital son el principal objetivo de Moscú rodeando la ciudad desde el noreste, el oeste y el este. Las tropas rusas también están llevando a cabo varias acciones más para atacar la segunda ciudad del país, Járkov, cercar Mariúpol y dirigirse hacia el norte desde Crimea hacia la ciudad de Zaporiyia.

También consideran que es probable que las tropas rusas estén intentando pasar por alto Mykolaiv para permitir un avance sobre Odesa “que se combinará con una operación anfibia inminente contra esa ciudad”.

El Ministerio de Defensa de España ha calculado que los combates en Ucrania durarán entre cuatro y diez semanas y derivarán en una “guerra de guerrillas” durante meses. Informa Irene Castro.

Los corredores

Las autoridades han anunciado este miércoles un nuevo alto el fuego de varias horas para permitir que miles de civiles escapen de áreas alrededor de Kiev, así como de las ciudades sureñas de Mariúpol, Energodar y Volnovaja, Izium en el este y Sumy en el noreste. Pero las informaciones apuntan a que no se están pudiendo llevar a cabo todas las evacuaciones entre nuevas acusaciones de incumplimiento por parte de Rusia. Según una publicación del negociador ucraniano David Arakhamia, se ha intentado sacar a 100.000, pero no ha sido posible evacuar a todas.

A Kiev han llegado autobuses con evacuados de las zonas cercanas de Hostomel, Bucha, Vorzel, Irpin y Borodyanka, los más afectados. “Durante muchos días, la gente no pudo salir de sus casas debido a los bombardeos y a las bombas, pero finalmente pudieron hacerlo a través del corredor organizado”, dicen los servicios de emergencias de Ucrania.

De Sumy han salido por el corredor humanitario más de 43.000 personas y más de 1.000 han llegado en un convoy de evacuación de Energodar a Zaporiyia transportadas en autobuses y vehículos privados, según Kirill Timoshenko, jefe adjunto de la presidencia.

En Izium, cerca de Járkov, el gobernador regional Oleg Sinegubov ha dicho que la evacuación se ha visto prácticamente interrumpida “por el incumplimiento de las condiciones por parte de Rusia”. “El bombardeo ha sido todo el día. Decenas de autobuses que seguían a los habitantes no han llegado a la ciudad”. Solo seis vehículos evacuaron a unas 250 personas y el convoy humanitario con alimentos, agua, ropa de abrigo y otros artículos de primera necesidad tampoco llegó a la ciudad. “Está prácticamente devastada. Falta electricidad, gas, calefacción y agua”.

En la ciudad portuaria de Mariúpol, donde todos los intentos de poner en marcha corredores humanitarios han fracasado hasta ahora, el panorama no está claro. Antes del ataque al hospital infantil, el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, había acusado a Rusia de seguir manteniendo como “rehenes” a más de 400.000 personas en Mariúpol y de bloquear la ayuda humanitaria y la evacuación. “Continúan los bombardeos indiscriminados”, tuiteó a las 13:45 hora española.

Moscú ha culpado a Kiev de que las operaciones de civiles no dieran resultados y ha dicho que la parte ucraniana ha aprobado solo tres rutas de las diez propuestas por Rusia. A comienzos de semana, las autoridades ucranianas habían rechazado las propuestas rusas porque varias de las rutas canalizarían a las personas hacia Rusia o su aliado Bielorrusia. Tras la tercera de ronda de negociaciones este lunes, se anunciaron “pequeños avances positivos” para mejorar la logística de los corredores humanitarios.

Las víctimas

El número total de víctimas sigue sin estar claro y las cifras reales son, casi con seguridad, mayores a las conocidas. Los últimos datos de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos elevan a 1.424 las víctimas civiles, entre ellas 516 muertos –29 de ellos menores– y 908 heridos desde el 24 de febrero. La mayoría han sido causadas por “armas explosivas con una amplia área de impacto, incluyendo bombardeos de artillería pesada y sistemas de misiles de lanzamiento múltiple, y ataques aéreos”.

La población ucraniana sigue refugiándose bajo tierra noche tras noche, y en las fronteras, cientos de miles de personas continúan escapando en busca de seguridad. La agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) calcula que más de 2,15 millones de personas han huido a los países vecinos desde el comienzo de la invasión. La enorme mayoría, casi 1,3 millones, ha llegado a Polonia, pero también a otros países que comparten frontera como Hungría, Moldavia, Rumanía, Eslovaquia y Rusia.

Los militares ucranianos aseguran que Rusia ha perdido más de 12.000 efectivos, no está claro cuántos de ellos están prisioneros. Moscú informó la semana pasada de las primeras bajas, aunque varias veces menores que las que contabiliza Ucrania: 498 militares rusos muertos y casi 1.600 heridos. El director de Inteligencia del Pentágono de EEUU ha calculado que entre 2.000 y 4.000 soldados rusos han muerto en combate. El nivel de bajas entre las fuerzas ucranianas está menos claro.

En su cálculo de las pérdidas rusas, Ucrania afirma haber destruido 317 tanques, 1.070 vehículos blindados, más de 170 sistemas de artillería y de lanzamiento múltiple de misiles (MLSR), 130 aviones y helicópteros, así como varios barcos y aviones no tripulados, entre otros. El Ministerio de Defensa ruso ha dicho que se han destruido más de 2.581 elementos de la infraestructura militar ucraniana, informó este martes Interfax.

En Rusia, desde el comienzo de la ofensiva, las autoridades han detenido a 13.811 personas en protestas en contra de la guerra, según informa OVD-info, organización especializada en el seguimiento de arrestos y la defensa de detenidos. 

Las sanciones

El aislamiento diplomático y político de Moscú sigue creciendo. Suecia y Finlandia han pedido a la Unión Europea la activación de la cláusula de defensa mutua en caso de un ataque de Putin. Los 27 han aprobado este miércoles nuevas sanciones contra “dirigentes y oligarcas rusos, así como miembros de sus familias implicados en la agresión rusa contra Ucrania”. El Parlamento Europeo ha pedido frenar las “injerencias” de Rusia y China para desestabilizar la UE. Informa Andrés Gil.

En otra señal del aislamiento económico, Coca-Cola se ha unido a la lista de empresas que suspenden sus negocios en Rusia por la invasión de Ucrania, tras McDonald's, Starbucks y muchas otras corporaciones.

Tras el ataque a Mariúpol, el presidente Zelenski y el resto de autoridades han vuelto a pedir una zona de exclusión aérea en Ucrania, pero los países occidentales han repetido que esta medida llevaría a una confrontación directa entre la OTAN y Rusia, algo que la Alianza no quiere.

El Gobierno polaco dijo este martes que está listo para desplegar todos sus aviones MIG-29 “de forma inmediata y gratuita” en la Base Aérea de Ramstein y ponerlos “a disposición” de EEUU. Pero el Pentágono no ve “sostenible” la propuesta de Polonia y ha dicho que la “posibilidad de que los aviones de combate 'a disposición del Gobierno de EEUU' partan de una base de EEUU y la OTAN en Alemania para sobrevolar el espacio aéreo sobre Ucrania, disputado con Rusia, plantea serias inquietudes para toda la alianza de la OTAN”.

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