Qué está pasando con la contraofensiva de Ucrania y qué puede suponer
En un momento en el que la invasión ordenada por Vladímir Putin cumple 200 días, Ucrania ha asestado un duro golpe a Rusia recuperando rápidamente y de manera inesperada grandes franjas de territorio ocupado en un movimiento que, según algunas voces, puede suponer un punto de inflexión en la guerra.
Estas son algunas claves de lo que está ocurriendo:
¿Qué ha pasado?
En una ofensiva de una velocidad vertiginosa, las tropas ucranianas han informado de importantes avances en el noreste en los últimos días, durante los cuales los rusos han ido perdiendo el control de una localidad tras otra y se han retirado de varias zonas para evitar que sus tropas se vieran rodeadas.
Valeriy Zaluzhnyi, comandante de las fuerzas armadas ucranianas, ha informado este domingo de que las tropas de Kiev han recuperado unos 3.000 kilómetros cuadrados desde principios de septiembre. Según indica, en Járkov, región nororiental del país, los militares están avanzando no solo hacia el sur y el este, sino también hacia el norte, y se encuentran ahora a solo 50 kilómetros de la frontera con Rusia.
También en Járkov, previamente, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania aseguró en su primer parte que sus fuerzas entraron en la ciudad de Kupiansk –considerado un enclave ferroviario vital para sostener las operaciones rusas en la región– y “continúan liberando localidades en los distritos de Kupiansk e Izium”.
Antes, este sábado, el gobernador regional informó de que la bandera azul y amarilla se había izado en otra localidad importante, Balaklia, al sureste de Járkov. Según la inteligencia británica, es probable que las fuerzas rusas hayan sido tomadas por sorpresa en la ofensiva ucraniana en esta parte del país.
En una entrevista televisiva, el gobernador de Járkov, Oleg Siniegubov, ha cifrado en más de 40 las localidades recuperadas por el Ejército ucraniano. “Pero en realidad son muchas más, simplemente no podemos anunciar esta cifra, teniendo en cuenta los intereses de la operación militar de nuestras fuerzas armadas, que actualmente está en curso”. Según ha indicado, las tropas de Kiev continúan “liberando localidades del distrito de Izium”.
Siniegubov ha advertido de que pese a que el Ejército “está liberando metro a metro el territorio de la región de los ocupantes, acercando” a Kiev “a la victoria”, los rusos han dejado pueblos y ciudades destruidos. “Por lo tanto, se avecina un largo y difícil proceso de recuperación”.
El alcance exacto del territorio que ha vuelto a caer en manos ucranianas es difícil de verificar de manera independiente. Pero el Ministerio de Defensa ruso confirmó este sábado la retirada de sus tropas en Izium y de la ciudad de Balaklia.
La declaración rusa enmarcó este movimiento como una retirada estratégica destinada a “reforzar” su posición en Donetsk, una de las dos regiones que componen el Donbás y donde se ubican los territorios separatistas prorrusos reconocidos por Putin antes de la invasión. La explicación de Moscú recuerda a su justificación para retirar sus fuerzas de la región de Kiev a principios de este año, cuando no lograron tomar la capital. Para los analistas militares del think tank con sede en Washington Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), se trata de una declaración “falsa” que no tiene “ninguna relación” con la situación sobre el terreno. “El Ministerio de Defensa ruso no reconoció los éxitos ucranianos en torno a la región de Járkov como el factor principal de la retirada rusa”.
Según su análisis, las fuerzas rusas no están llevando a cabo una retirada controlada y están huyendo apresuradamente del sureste de la región de Járkov para escapar del cerco en torno a Izium. Las redes sociales se han inundado con imágenes de posiciones rusas abandonadas o destruidas, así como de las fuerzas ucranianas levantando su bandera en áreas recién recuperadas.
“El Ejército ruso se apresura a hacerse famoso como el ejército más rápido del mundo. Da saltos de alegría para conseguir el título 'honorífico'. Sigue corriendo”, se burló este sábado Andriy Yermak, jefe de la presidencia ucraniana.
El Ejército ucraniano ha informado este domingo por la tarde de que alrededor de 150 militares de las fuerzas armadas rusas partieron en un convoy de Borshchova y Artemivka de la región de Járkov en dos autobuses, un camión y 19 coches “robados” en una retirada que califica de “frenética”.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado a las tropas rusas de atacar infraestructuras críticas y ha dicho que se ha producido un “apagón total” en Járkov así como en Donetsk y otro parcial en las regiones de Zaporiyia, Dnipropetrovsk y Sumy. “No hay instalaciones militares, el objetivo es privar a la gente de luz y calor”. El alcalde de Járkov ha indicado que las luces se han apagado en muchas zonas de la ciudad y ha asegurado que se trata de una “venganza” por los éxitos del Ejército ucraniano en el frente en la región.
¿Qué significan estos avances?
Uno de los primeros reconocimientos del importante revés para Moscú vino de la mano de Vitaly Ganchev, jefe de la administración de ocupación rusa en Járkov, quien admitió el viernes en una entrevista televisada que una parte del frente se había derrumbado tras el avance avance “muy brusco y rápido” de Ucrania. “El enemigo está siendo retrasado todo lo posible, pero varios asentamientos ya han quedado bajo el control de las formaciones armadas ucranianas”, dijo Ganchev según declaraciones recogidas por Reuters. Recomendó a la población que evacuara.
“Todo el bolsillo se ha derrumbado, parece que Kupiansk ha sido tomada y las fuerzas de Rusia se han visto obligadas a retirarse precipitadamente de Izium. Sus intentos de reforzar (...) resultaron demasiado tardíos e infructuosos”, dijo este sábado el experto sobre el Ejército ruso Michael Kofman, quien habló en Twitter de una “victoria significativa” de Ucrania en Járkov.
Los expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra calculan que las fuerzas ucranianas han recuperado más territorio en cinco días de lo que Rusia ha capturado en todas sus operaciones desde abril, y creen que la contraofensiva ucraniana en Járkov “está desbordando a las fuerzas rusas y colapsando el eje ruso del norte” del Donbás.
En un discurso nocturno este domingo, Zelenski pareció confirmar la recuperación de la ciudad de Izium, en la que vivían 40.000 habitantes antes de la guerra. Se trata de una localidad estratégicamente importante que fue capturada por Rusia en primavera, situada al sureste de Járkov –la segunda ciudad más grande de Ucrania, duramente castigada por los bombardeos–. Su recuperación puede ser el logro militar más importante para Ucrania en el campo de batalla desde la retirada rusa de Kiev en marzo, según los analistas occidentales.
El grupo de fuerzas rusas alrededor de Izium –la principal base de Moscú en Járkov para sus operaciones– ha sido considerado clave por muchos analistas para los intentos de Moscú de apoderarse de la región de Donetsk y su retirada puede debilitar la capacidad rusa para impulsar su ofensiva hacia los bastiones ucranianos de Sloviansk y Kramatorsk, al sur. A juicio de Kofman, la ofensiva aliviará ahora gran parte de la presión en esta parte del Donbás y “esencialmente pondrá a las fuerzas rusas a la defensiva, al menos en el futuro previsible, de cara al invierno”.
El analista militar con sede en Kiev Oleg Zhdanov también dijo a Reuters que los avances podrían suponer un nuevo empuje hacia Lugansk, la otra región del Donbás cuya captura reivindicó Rusia en julio. “Si se observa el mapa, es lógico suponer que la ofensiva se desarrollará en dirección a Svatove - Starobelsk, y Severodonetsk - Lysychansk”. Los investigadores del ISW señalan que un “cerco exitoso de las fuerzas rusas que huyen de Izium resultaría en la destrucción o captura de importantes fuerzas rusas y exacerbaría los problemas de personal y moral rusos”.
En medio las grandes bajas y problemas logísticos que parece sufrir el Ejército de Putin, la actuación militar de Moscú ha provocado el descontento entre los blogueros rusos. El analista político pro-Kremlin Sergei Markov habló en su canal de Telegram una “dura derrota militar” para Rusia, mientras que Ramzan Kadyrov, el líder de Chechenia, ha dicho en un mensaje de audio que la retirada de la región de Járkov fue el resultado de los errores del liderazgo militar ruso.
Los avances ucranianos, logrados en parte mediante el uso de tanques e infantería, remodelan el mapa de la ofensiva y parecen quebrar un estancamiento que se ha prolongado durante meses.
“Tiene una importancia histórica”, dice Lawrence Freedman, profesor emérito de estudios bélicos en el King's College de Londres, en declaraciones recogidas por el Times. “Podría ser un punto de inflexión, no sabemos muy bien cómo se resolverá, pero hay mucho pánico y ansiedad entre las tropas rusas en este momento”.
Los avances han levantado el ánimo del país y es probable que sean vistos como una señal de que el Ejército de Ucrania tiene la capacidad de recuperar el territorio ocupado mientras Kiev continúa pidiendo apoyo militar a Occidente. “Las armas, las armas, las armas han estado en nuestra agenda desde la primavera. Estoy agradecido a los socios que han respondido a nuestra llamada: los éxitos de Ucrania en el campo de batalla son compartidos. Los tres puntos de la agenda ahora son el calendario, el calendario y el calendario. Los suministros rápidos acercan la victoria y la paz”, ha tuiteado el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba.
Según informa el New York Times citando fuentes estadounidenses, los avances de Ucrania se han producido con la ayuda de un mayor intercambio de información con Estados Unidos. En un análisis, The Guardian explica que en este frente los rusos estaban debilitados por los ataques de artillería de largo alcance y que Kiev ha hecho “un buen uso de la inteligencia para detectar el punto débil ruso, y ha explotado la geografía -el río Oskol- al máximo”. “Pero, sobre todo, demostró el uso de armas combinadas con una fuerza adecuada que no se había visto antes”.
Simultáneamente, las operaciones ucranianas también continúan en Jersón, en el sur ocupado, donde se había centrado la mayor parte de la atención internacional hasta hace unos días y sobre las que las autoridades ucranianas están manteniendo un estricto silencio. El frente defensivo ruso está ahora, por tanto, bajo presión tanto en su flanco norte como en el sur –según la inteligencia occidental–, donde parece que los avances ucranianos parecen modestos. En el frente sur, Nataliya Gumenyuk, portavoz del comando sur del Ejército ucraniano, dijo que habían avanzado “entre dos y varias decenas de kilómetros” en algunas áreas. Según las autoridades ucranianas de Jersón, la situación allí “sigue siendo tensa y continúan las hostilidades activas”.
Analistas occidentales creen que Rusia redirigió algunas de sus tropas para defender la ciudad de Jersón y Kiev aprovechó esta reubicación para contraatacar de manera eficaz en torno a Izium. Este sábado, The Guardian publicó que la publicitada operación del sur se diseñó para distraer a Rusia de la contraofensiva que se estaba preparando en Járkov. Sin embargo, Kofman, experto en el Ejército ruso, insistió durante un podcast este sábado en que sí “hay dos ofensivas que avanzan al mismo tiempo”.
¿Y ahora qué?
No está claro hasta qué punto Ucrania podrá mantener el impulso. En una entrevista con el Financial Times, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, ha dicho que la ofensiva ha ido “mejor de lo esperado”. En declaraciones a los medios ucranianos, explicó que se están destruyendo las cadenas logísticas de los rusos y anticipó más ganancias territoriales. “Será como una avalancha”.
Lo que viene, en opinión de Kofman, va a tener que ver en parte con hasta qué punto Ucrania puede capitalizar este empuje en el campo de batalla. “Los militares rusos ahora mismo están claramente en retirada y probablemente tratarán de restablecer una línea defensiva en algún lugar de Lugansk”. A juicio del analista, “la falta de mano de obra, la falta de disponibilidad de las fuerzas y el deterioro de la calidad de las fuerzas rusas han llevado a una situación en la que Ucrania tiene una clara ventaja” en cuanto a la mano de obra. No tiene claro si las tropas de Moscú serán capaces de contraatacar en Járkov.
“Creo que la primera pregunta es: ¿va a ser este el acontecimiento que lleve a Putin a darse cuenta de que Rusia está perdiendo visiblemente alguna guerra y que los militares rusos no van a machacar a las fuerzas ucranianas, como ha supuesto durante algún tiempo? A pesar de todas las evidencias, Putin ha estado operando bajo la suposición de que los militares rusos en última instancia van a ganar, lo que en cierto modo desafía la realidad objetiva de la situación en la que nos encontramos [dados] todos los problemas estructurales que tienen los militares rusos”, dijo este sábado el experto.
Según Ian Bremmer, presidente y fundador de Eurasia Group, está creciendo rápidamente la presión sobre Putin “para una movilización general (y la admisión pública de que la 'operación especial' es realmente una guerra)”. No obstante, Kofman dice que el Ejército ruso no es un ejército “de movilización masiva como lo era el Ejército soviético”. “Alguien tiene que entrenarlos [y] alojarlos. Tienen que tener equipo. Tienen que ser convertidos en unidades... Por eso no funciona”.
Los avances de Ucrania se consideran importantes desde el punto de vista político para el presidente Zelenski, mientras busca mantener el apoyo occidental a medida que se avecina una crisis energética este invierno. Este sábado por la noche, el líder ucraniano aseguró que los próximos 90 días, tres meses, serán cruciales. “Creo que este invierno es un punto de inflexión y puede llevar a una rápida desocupación de Ucrania. Vemos como ellos (los rusos) están huyendo en algunas direcciones. Si fuéramos un poco más fuertes con las armas, desocuparíamos más rápido”. Zelenski ha insistido en varias ocasiones en que teme que las condiciones de batalla se vuelvan más difíciles para sus tropas en invierno.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el jefe de la OTAN dijeron el viernes que la guerra probablemente se prolongará durante meses y que está entrando en una “fase crítica”.
Los expertos del ISW sostienen que, aunque Kiev ha cambiado el rumbo a su favor, la actual contraofensiva “no pondrá fin” a la guerra. “Ucrania tendrá que lanzar posteriores operaciones de contraofensiva, probablemente varias, para terminar de liberar el territorio ocupado por los rusos”. Creen probable que la guerra se prolongue hasta 2023.
La invasión rusa de Ucrania ha dejado a su paso un reguero de destrucción, ha obligado a huir a millones de personas y se ha cobrado miles de vidas. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha confirmado que al menos 5.718 civiles han muerto desde el inicio de la ofensiva, y un número mayor de heridos. Sin embargo, se da por hecho que las cifras reales son más elevadas.
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