Las fuerzas rusas están bombardeando los últimos bastiones ucranianos en la región de Lugansk en su ofensiva en el este de Ucrania, escenario de una intensa batalla que se libra kilómetro a kilómetro. Expertos militares occidentales creen que las tropas de Vladímir Putin han logrado avances constantes y crecientes en los combates de los últimos días en la parte oriental del país, aunque consideran que las defensas ucranianas siguen siendo en general eficaces.
El cerco se estrecha sobre el bastión ucraniano de Severodonetsk, que se ha convertido en el centro de los fuertes combates en el este, y donde los bombardeos, según las autoridades, no se detienen. Su alcalde, Oleksandr Stryuk, ha asegurado un grupo de “reconocimiento y sabotaje” ruso ha entrado en un hotel en las afueras de la ciudad. Los combates continúan y las fuerzas ucranianas, de momento, no controlan las inmediaciones del mismo, según el gobernador de Lugansk, Serguéi Gaidai.
Severodonetsk es uno de los principales núcleos urbanos de Lugansk, está aún bajo control ucraniano y se considera clave para el control de esta región del Donbás. Las fuerzas rusas han tratado de aislarla del resto del territorio controlado por el Gobierno de Kiev. Analistas creen que han estado avanzando constantemente alrededor de la ciudad y continuarán intentando completar su captura en los próximos días.
“Severodonetsk está siendo atacado desde varias direcciones a la vez. Los ocupantes no pueden atravesar las defensas, la lucha continúa”, ha escrito este viernes Gaidai en Telegram. El gobernador de Lugansk ha acusado repetidamente a las fuerzas rusas de querer borrar la ciudad del mapa sometiéndola a bombardeos caóticos, destruyendo edificios residenciales y matando a civiles. “Los vecinos de Severodonetsk han olvidado cuándo fue la última vez que hubo silencio en la ciudad durante al menos media hora. Los rusos están golpeando sin descanso los barrios residenciales.
Gaidai ha asegurado que las fuerzas rusas están ubicadas en dos tercios del perímetro de la ciudad y que aún no esta rodeada. Según las autoridades ucranianas, al menos 1.500 personas han muerto y cerca de 13.000 permanecen en la ciudad, donde dicen que cerca del 60% de los edificios han sido destruidos y habrá que reconstruirlos.
En su última actualización de inteligencia, Reino Unido ha dicho que las fuerzas terrestres rusas continúan su intento de rodear Severodonetsk y la vecina Lysychansk, capturando recientemente varios pueblos al noroeste de la localidad Popasna, al sur de ambas ciudades. “Rusia está presionando el bolsillo de Severodonetsk aunque Ucrania mantiene el control de múltiples sectores defendidos, negando a Rusia el control total del Donbás”.
El gobernador de Lugansk ha afirmado esta semana que las fuerzas rusas se han apoderado del 95% del territorio de la región. “La situación en el Donbás es extremadamente mala. La región de Lugansk continúa frenando a la horda, que está destruyendo nuestros pueblos. Los bombardeos no paran en absoluto”, escribió el también jefe de administración regional militar.
En Donetsk, la otra región del Donbás, los rebeldes respaldados por Rusia han asegurado que han tomado el control de Limán con apoyo de artillería de las fuerzas armadas rusas, en un comunicado en el que usan el nombre de la ciudad en la era soviética, Krasny Liman. Las autoridades ucranianas no han confirmado tal captura, pero Pavlo Kyrylenko, jefe de la administración militar de Donetsk, ha reconocido al medio ucraniano Hromadske que en dirección a Limán se están librando batallas especialmente duras y la mayor parte de la ciudad no está controlada por los militares ucranianos.
La localidad de Limán es un gran nudo ferroviario al norte de otras dos ciudades clave para el control del este, Sloviansk y Kramatorsk, que permanecen bajo control ucraniano. El Ejército ucraniano ha informado este viernes por la mañana de que las tropas rusas están “reanudando la ofensiva” el dirección a Sloviansk y bombardeando las posiciones del bando ucraniano. Una fuente del Pentágono indicó este jueves a los periodistas que las fuerzas de Moscú han logrado algunos progresos en su avance hacia Sloviansk y Kramatorsk.
“Pero quiero subrayar que el pulso, al menos desde el punto de vista geográfico, sigue siendo pequeño y, en cierto modo, cada vez más pequeño, ya que ahora estamos hablando de ciudades y pueblos más pequeños”, dijo, y explicó que están observando un intento por cercar a las fuerzas ucranianas a una escala geográfica menor, usando unidades más pequeñas para perseguir objetivos más pequeños. “Pero todavía lo están haciendo de una manera bastante doctrinaria, usando fuego de artillería por adelantado y luego, y luego moviendo unidades solo después de que sienten que han ablandado al objetivo lo suficiente”.
Un portavoz del ministerio de Defensa ucraniano ha calificado en los últimos días las ganancias territoriales de las tropas rusas en el Donbás como “éxitos temporales”, pero el Ejército de Kiev está llevando a cabo una “defensa de maniobra” en determinadas zonas del frente. “Cambian de posición, se retiran y realizan contraataques en condiciones favorables”.
Después de encontrarse con una resistencia inesperadamente feroz y problemas logísticos, el Kremlin abandonó sus operaciones alrededor de Kiev hace más de un mes y se ha concentrado en el Donbás, la región industrial del este de Ucrania, donde se ubican los territorios separatistas prorrusos reconocidos por Putin y escenario de un conflicto armado desde 2014. Se cree que con su ofensiva, Rusia intenta capturar la totalidad de Donetsk y Lugansk. Los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, dice que las fuerzas rusas han logrado varios avances en la última semana, pero sus operaciones ofensivas siguen siendo lentas. “Las fuerzas rusas están muy degradadas y tendrán dificultades para reponer nuevas pérdidas”.
Bombardeo en Járkov
La artillería también ha golpeado la ciudad nororiental de Járkov, donde las fuerzas ucranianas han llevado a cabo en las últimas semanas una contraofensiva para intentar mantener alejadas a las tropas del Kremlin. Un bombardeo ruso este jueves mató a nueve personas, incluido un padre y su bebé de cinco meses, mientras que 19 resultaron heridas y siguen recibiendo asistencia médica, según las autoridades ucranianas.
Reporteros de Associated Press han visto los cuerpos de al menos dos hombres muertos y cuatro heridos en una estación de metro, donde las víctimas fueron trasladadas mientras los bombardeos continuaban en el exterior. Según el Ejército ucraniano, en esta zona, las fuerzas rusas están intentando mantener las posiciones ocupadas y restringir el avance de sus tropas.
Refuerzos en la frontera con Bielorrusia
Las autoridades también han denunciando este viernes al menos 10 muertos y 35 heridos en un ataque con misiles rusos en la región de Dnipropetrovsk, al sureste, mientras que las fuerzas armadas ucranianas han informado de que se están tomando medidas para reforzar la protección de la frontera con Bielorrusia. “Se mantiene la amenaza de ataques con misiles y aéreos desde el territorio de la república de Bielorrusia”, dice en su último parte.
Este jueves, el Ejército de Kiev confirmó que en la región bielorrusa de Brest se están llevando a cabo “ejercicios tácticos” de unidades de las fuerzas armadas de Bielorrusia. “Es posible que después de completar este entrenamiento de tres semanas, este personal pueda estar involucrado en las hostilidades en Ucrania”, ha dicho este viernes Oleksandr Motuzyanik, portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano.
La invasión rusa de Ucrania ha dejado a su paso un reguero de destrucción, ha obligado a huir a millones de personas y se ha cobrado miles de vidas. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha confirmado que al menos 4.031 civiles han muerto, más de 200 de ellos menores de edad, desde el inicio de la ofensiva, y un número algo mayor de heridos. Sin embargo, se da por hecho que las cifras reales son más elevadas.