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Vuelve el mercadeo de los créditos de carbono

Tesla podría embolsarse 1.000 millones de euros con la venta de derechos de emisiones.

Motor

9 de enero de 2025 17:53 h

Fabricantes automovilísticos como Stellantis, Toyota, Mazda o Ford se están planteando crear un fondo para la compra de créditos de carbono a Tesla y Polestar a fin de evitar las multas por exceder los límites de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que contempla la legislación comunitaria. Su objetivo es agrupar sus emisiones con las de las marcas de modelos 100% eléctricos para rebajar su media y eludir así las sanciones previstas en la normativa conocida, por sus siglas en inglés, como CAFE.

Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru se habrían planteado asociarse con Tesla para cumplir con las normas de la Unión Europea, mientras que Mercedes-Benz, Volvo y Smart harían lo propio con Polestar, según han publicado diversos medios internacionales consultados por la agencia de noticias Europa Press.

De momento, solo el grupo Renault ha alzado la voz contra este nuevo intento de mercadear con el derecho a contaminar más de lo permitido. A su juicio, la maniobra puede debilitar a la industria del automóvil europea a medio y largo plazo frente a las marcas estadounidenses y, sobre todo, frente a las asiáticas. Además, la francesa asegura que está en posición de cumplir con los objetivos climáticos comunitarios sin necesidad de acogerse a estos subterfugios.

Lo que sí reclama Renault a Bruselas es una mayor claridad en lo tocante al futuro de la hoja de ruta climática que tiene previsto aplicar la Comisión Europea. De hecho, la propia normativa europea que exige al sector una reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero recoge la posibilidad de crear “agrupaciones de fabricantes” para contabilizarlas de forma conjunta y no por separado, lo que facilita el cumplimiento de los límites de CO2 cuando esas alianzas incluyen a fabricantes de coches exclusivamente eléctricos.

La firma californiana Tesla sería, una vez más, la gran beneficiada en la operación que proponen los fabricantes necesitados de reducir a toda costa su promedio de emisiones. Según estimaciones de la sociedad suiza de servicios financieros UBS, la compañía de Elon Musk podría obtener unos ingresos potenciales de hasta 1.000 millones de dólares (algo más de 971 millones de euros) por la venta de créditos de carbono a los constructores de automóviles tradicionales. “La compensación de Tesla podría incluso superar los 1.000 millones de euros si monetiza toda su posición”, asegura el informe de UBS.

En abril de 2019, por ejemplo, el grupo FCA, conformado por Fiat y Chrysler, llegó a un acuerdo con Tesla que le costó cientos de millones de euros para rebajar su huella de carbono antes de que la normativa CAFE, aprobada en 2019, le supusiera una sangría económica a partir del año siguiente. Eran tiempos anteriores a la constitución del consorcio Stellantis, conjuntamente con PSA, y la media de emisiones se fijaba entonces en 95 gramos de CO2.

Los nuevos límites de emisiones

Desde el pasado 1 de enero, la normativa CAFE (Emisiones de Combustible Medias Corporativas, por sus siglas en inglés) establece que las emisiones de dióxido de carbono de cada fabricante deben descender a una media de 93,6 gramos por kilómetro, cómputo aplicable a todos los coches nuevos vendidos en los 27 países de la UE.

Las marcas que incumplan estos límites pueden verse sancionadas con hasta 95 euros de multa por cada gramo excedido (y por cada vehículo), lo que abre la puerta a multas multimillonarias contra aquellas que no consigan alcanzar los objetivos de ventas de modelos eléctricos que les permitirían rebajar ese promedio.

En la parte del articulado que entra en vigor en 2025, la normativa CAFE indica que la media de emisiones de CO2 en los vehículos de cada fabricante tiene que reducirse en un 15% en comparación con los niveles de inicio de década. Las exigencias se harán aún más estrictas a partir de 2030, cuando el tope se situará en 49,5 gramos de CO2 por kilómetro con vistas a conseguir de facto la prohibición de los vehículos de combustión a partir de 2035.

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