Representantes de Rusia y Ucrania han firmado este viernes en Estambul un acuerdo con la ONU y Turquía para permitir las exportaciones de grano ucraniano en el mar Negro, bloqueadas a causa de la invasión de Vladímir Putin iniciada hace cinco meses, lo que amenaza la seguridad alimentaria mundial.
El acuerdo es la culminación de semanas de difíciles negociaciones con la mediación de Naciones Unidas y Turquía, que controla el estrecho que desemboca en el mar Negro. El Secretario General de la ONU, António Guterres, lo ha descrito como un “acuerdo para el mundo” y ha reconocido que “no ha sido fácil”.
“El acuerdo firmado hoy por Ucrania, la Federación Rusa y Turquía bajo los auspicios de la ONU abre una vía para las exportaciones comerciales de alimentos desde Ucrania en el mar Negro”, ha tuiteado Guterres. “Ayudará a evitar una catástrofe de escasez de alimentos para millones de personas en todo el mundo. Es un faro de esperanza, posibilidad y alivio”.
Ucrania es uno de los mayores exportadores mundiales de trigo, maíz y aceite de girasol, pero el bloqueo de sus puertos han detenido su envío. Se calcula que en los puertos ucranianos hay actualmente más de 20 millones de toneladas de cereales y semillas de girasol que no pueden salir al mercado, lo que amenaza con una crisis alimentaria y una hambruna en varias regiones del mundo. Parte del grano se transporta a través de Europa por ferrocarril, carretera y río, pero los precios de productos vitales como el trigo se han disparado. Ucrania, además, necesita vaciar sus silos antes de la próxima cosecha.
“El envío de granos y reservas de alimentos a los mercados mundiales contribuirá a reducir la brecha en el suministro de alimentos a nivel mundial y a disminuir la presión sobre los altos precios”, ha dicho Guterres, que ha pedido a ambas partes que cumplan lo acordado plenamente.
Tres puertos ucranianos y un centro en Estambul
El acuerdo, según ha explicado el jefe de la ONU, “abre una vía para volúmenes significativos de exportaciones comerciales de alimentos” desde tres puertos ucranianos clave en el mar Negro: Odesa, Chornomorsk y Yuzhne. También ha anunciado la creación de un Centro de Coordinación Conjunto (JCC, en inglés) “para supervisar la aplicación”.
Altos cargos de la ONU han informado a los periodistas este viernes de algunos detalles, que recoge Reuters: se garantizará la entrada y salida segura de los tres puertos mencionados en lo que uno de ellos ha denominado un “alto el fuego de facto” para los barcos y las instalaciones cubiertas, aunque la palabra “alto el fuego” no figura en el texto del acuerdo. El objetivo es poner en el mercado mundial cinco millones de toneladas métricas de grano y otros productos al mes.
Los pilotos ucranianos guiarán, sin escolta militar, a los barcos por canales seguros en sus aguas territoriales y no es necesario desminarlas. Los barcos transitarán por el mar Negro hasta el estrecho del Bósforo en Turquía mientras serán controlados por el centro de coordinación, que tendrá sede en Estambul y estará supervisado por miembros de las cuatro partes. Según las fuentes de la agencia de noticias, este centro vigilará todos los movimientos e inspecciones de los barcos y decidirá, por ejemplo, si un barco se desvía de los canales acordados. Todos los buques que regresen serán inspeccionados en un puerto turco por un equipo con representantes de todas las partes del acuerdo y bajo la supervisión del mismo centro –en respuesta a la preocupación rusa de que puedan llevar armas–.
Se espera que el acuerdo esté totalmente operativo en unas pocas semanas antes de que los barcos entren y salgan –los puertos ucranianos requieren alrededor de 10 días para prepararse–, según estas mismas fuentes de la ONU, y tendrá una validez de 120 días, aunque será renovable. El ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, ha dicho que la implementación de los acuerdos firmados en Estambul podría comenzar en los “próximos días”.
“Hay que poner en marcha todos los barcos que puedan transportar este material. Así que probablemente dos semanas es un tiempo razonable para que el movimiento comience. Pero, en realidad, para que esté en pleno funcionamiento, a pleno rendimiento, probablemente se necesitará al menos un mes a partir de ahora. Y podrían pasar un par de meses, realmente, antes de que se repongan las cadenas alimentarias que han sido privadas de los cereales”, ha explicado Chris Elliott, fundador del Instituto para la Seguridad Alimentaria Mundial, con sede en Reino Unido, en una entrevista con Sky News.
Naciones Unidas y Rusia también han firmado un memorando de entendimiento comprometiendo a la ONU a facilitar el acceso sin trabas de los fertilizantes y otros productos rusos a los mercados globales, según Reuters.
Acuerdos por separado
En una demostración de profunda enemistad y desconfianza mientras continúan los combates, los representantes rusos y ucranianos no se han sentado en la misma mesa en la ceremonia en el Palacio de Dolmabahçe. El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y el ministro de Infraestructuras ucraniano, Oleksandr Kubrakov, han firmado de manera separada con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar. En la ceremonia también ha estado presente el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
En Kiev existe un profundo escepticismo sobre las intenciones de Rusia. Mijaíl Podolyak, asesor del presidente de Ucrania, había dejado claro este viernes antes de la firma que Ucrania y Rusia no firmarían un pacto directo, sino acuerdos paralelos con Turquía y la ONU.
También ha asegurado en un tuit que ningún barco ruso escoltaría a los barcos, que tampoco ningún representante ruso presente en los puertos ucranianos y que todas las inspecciones de buques de transporte “serán realizadas por grupos conjuntos en aguas turcas en caso de necesidad”.
Kiev, ha dicho Podolyak, planea una “respuesta militar inmediata en caso de provocaciones”. Por su parte, el ministro de Defensa ruso ha asegurado que Moscú no “se aprovechará del hecho de que los puertos serán despejados y abiertos”.
Las autoridades rusas y ucranianas se han culpado mutuamente del bloqueo. Moscú ha acusado a Kiev de no haber eliminado las minas marinas en los puertos para permitir un transporte seguro, y ha insistido en su derecho a revisar los barcos que llegan en busca de armas. También ha reiterado que las sanciones occidentales han frenado sus propias exportaciones de alimentos y fertilizantes.
Ucrania ha argumentado que el bloqueo del puerto y el lanzamiento de misiles desde el mar Negro hicieron que los envíos fueran inviables, ha pedido garantías internacionales de que el Ejército ruso no utilizará los corredores seguros para atacar el puerto de Odesa y también han acusado a Rusia de robar grano de sus regiones orientales, así como de bombardear los campos.
Estados Unidos ha acogido con satisfacción el acuerdo, pero ha dicho que responsabilizará a Rusia de su aplicación. “Nunca deberíamos haber estado en esta posición”, ha dicho el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price. “Esta fue una decisión deliberada por parte de la Federación Rusa de convertir en los alimentos en armas”.