Una oleada de asesinatos sacude al partido de Mandela en Sudáfrica

Jason Burke

Umzimkhulu (Sudáfrica) —

Es una fría tarde de invierno en las montañosas tierras altas de KwaZulu-Natal (KZN), una provincia del sudeste sudafricano. En una parada de taxi cercana al pueblo de Ibisi, cuatro hombres dentro de un BMW esperan con el motor parado.

Sindiso Magaqa, la joven promesa del Congreso Nacional Africano (CNA) de 35 años, regresa a casa con su esposa y sus tres hijos. El CNA es el partido que gobierna el distrito, la provincia y el país. Aunque Magaqa está en su región, desconfía. Cuando estaciona su Mercedes 4x4 entre los taxis para dejar a un colega, su guardaespaldas armado sale a estirar las piernas.

Se produce un repentino estallido de disparos y el BMW que estaba esperando sale a todo motor. El vehículo de Magaqa muestra más de 20 agujeros de bala en torno a la puerta del conductor. El joven político, desplomado en su asiento, muere a causa de las heridas.

Aunque el asesinato de Magaqa, exlíder de la sección juvenil del CNA, ocupó los titulares en septiembre, su caso es sólo uno más entre los más de 80 “asesinatos políticos” que ha sufrido KwaZulu-Natal en los últimos seis años. Todas las víctimas eran miembros del CNA.

Una docena de peces gordos de la política fueron al funeral de Maqaqa (algunos, en helicóptero). Entre ellos había un candidato que espera ser elegido líder del partido en la conferencia del CNA de diciembre, varios ministros del gabinete y altos funcionarios provinciales del CNA. Los dignatarios elogiaron solemnemente al difunto, pero se negaron firmemente a opinar sobre los motivos de su muerte.

Un fenómeno dentro del CNA

Pocos se sorprendieron por esa actitud. Como ha dicho el ex alto cargo del partido, Senzo Mchunu, los asesinatos son “un fenómeno dentro del CNA”. Ponen de relieve los fracasos experimentados por el movimiento tras la llegada al poder de su líder, Nelson Mandela, en las primeras elecciones libres del país de 1994. También, los desafíos a los que se enfrenta.

De acuerdo con Xolani Dube, investigador del Instituto Xubera en Durban, (la principal ciudad de KZN), las muertes son el resultado de “disputas, recursos y tradición”. “Son asesinatos de corrupción, no políticos ”, afirma.

Los críticos más duros acusan al CNA de haberse convertido en una máquina de autoenriquecimiento y dicen que el presidente Jacob Zuma tiene relaciones poco adecuadas con una de las familias empresariales más ricas de Sudáfrica. La semana pasada, la Corte Suprema sudafricana volvió a admitir 18 cargos de corrupción contra Zuma que superan ya los diez años. El presidente se ha enfrentado a muchas acusaciones de corrupción desde que asumió el cargo y niega sistemáticamente haber cometido ilegalidades.

Problemas en las bases del partido

Los ministros están envueltos en escándalos. Los funcionarios de la provincia son acusados de recibir sobornos. Pero también hay problemas en la base. La oficina del defensor público, un poderoso defensor del pueblo, y el equipo policial de élite 'Los halcones' están investigando las acusaciones de fraude.

Magaqa era concejal en el municipio de Umzimkhulu. La ciudad es poco más que una franja de instalaciones de venta al por mayor, gasolineras, restaurantes de comida rápida, un centro comercial y un montón de viviendas de protección oficial rodeadas por montañas cubiertas de hierba. Un río drena el agua de la lluvia en el Océano Índico, a 100 kilómetros de allí.

Según su tío, Vuma Magaga, “Sindiso era muy explícito cuando se trataba de hablar de lo que no estaba bien en el municipio y sabía que había gente que quería atacarlo”. “Fue muy valiente y tuvo un gran compromiso con sus votantes y con el partido”.

La comisión del gobierno de KZN para investigar los asesinatos políticos ha escuchado una y otra vez decir que los asesinatos políticos están relacionados con la competencia local por quedarse con los patrocinios y puestos oficiales. Son una forma de conseguir estatus, influencia y dinero, todos bienes poco habituales en un área con poco trabajo y profundos problemas sociales.

De Magaqa, un hombre independiente y fuerte con apoyo creciente en su comunidad natal, se esperaba que llegara a convertirse en un alto cargo local en la próxima conferencia de distrito del CNA. “Mucha gente se sentía amenazada por él”, cuenta un político local que prefiere permanecer anónimo.

Asesinatos políticos en KZN

Otros factores alimentan la violencia. Hay una larga historia de asesinatos políticos en KZN, desde principios de los años 90 e incluso antes. Según Richard Pithouse, profesor asociado de la Universidad Wits de Johannesburgo, “en la zona de KZN se ha normalizado un alto grado de violencia”.

A principios de este año Philani Shange, teniente de alcalde de un distrito colindante con Umzimkhulu, escapó por poco de un intento de asesinato cuando regresaba de una reunión. Le cayó una lluvia de disparos mientras abría la puerta de su casa a las nueve de la noche. Todos fallaron. Dice que no sabe por qué querían matarlo.

“Podría ser algún tipo de lucha de poder en la municipalidad. Podría ser político. Podría tener un origen criminal. Es un ambiente difícil”, explicó Shange a the Guardian.

En diciembre, el CNA elegirá nuevo líder. Casi con toda seguridad será también quien suceda a Zuma como presidente en las elecciones generales de 2019. Los candidatos principales son Cyril Ramaphosa, un líder histórico de la lucha por la liberación convertido en empresario y con fama de reformista; y Nkosazana Dlamini-Zuma, una veterana exministra de gabinete, jefa de la Unión Africana y exesposa del presidente.

Quien gane tendrá que afrontar grandes dificultades. El crecimiento económico es escaso, decenas de millones de personas viven en la pobreza y la desigualdad se mantiene tan profunda como siempre. El CNA sufrió un gran revés en las elecciones locales el año pasado.

Además de los sucesivos escándalos de corrupción, el fracaso en conseguir una buena sanidad, educación y vigilancia policial, así como el ostentoso estilo de vida de algunos altos cargos del CNA y de sus aliados han socavado el capital moral del partido que lideró la lucha por la liberación.

Según Zweli Mkhize, uno de los principales líderes del CNA, el partido podría “cambiar la situación”. “El número de personas que están siendo juzgadas o sancionadas es bastante grande. Yo creo que el CNA es capaz de corregir muchas de estas tendencias que estamos viendo y erradicar la corrupción ”, dijo a The Guardian.

Lejos de la justicia

Pero pocos de los corruptos -o los asesinos- se han enfrentado a la justicia. Tras el funeral de Magaqa, el ministro de Policía, Fikile Mbalula, dijo en octubre que los responsables se “cagarían encima”. En lugares como Umzimkhulu, sus afirmaciones fueron recibidas con cierto escepticismo.

Sólo un puñado de las investigaciones policiales de los últimos años por los cientos de asesinatos políticos de KwaZulu-Natal ha terminado en arresto. Muchas menos en condena. Según la policía, un ladrón armado fue uno de los asesinos de Magaqa. Lo dijeron después de matarlo en un tiroteo.

“No puedo decir que tenga un 100% de confianza en la investigación”, dice Nonsikelelo Mafa, el concejal del CNA en Umzimkhulu que viajaba en el coche de Magaqa cuando le dispararon.

En total, tres concejales del municipio han sido tiroteados, dos fueron heridos y uno perdió la vida en un misterioso accidente de tráfico donde el vehículo que provocó su muerte se dio a la fuga.

El alcalde de Umzimkhulu, Mphuthumi Mpabanga, condenó los asesinatos pero no quiso hablar sobre las acusaciones de fraude ni sobre las últimas muertes. Dijo a The Guardian que ambas estaban “bajo investigación del defensor público”.

Se dice que el CNA todavía tiene mucha gente honesta y comprometida. Como dijo Pithouse, “siempre ha habido múltiples corrientes dentro del CNA, incluyendo gente muy valiente y de principios muy sólidos”.

Vuma Maqaqa, tío del político asesinado, fue un activista estudiantil en la década de los ochenta. Se unió al CNA días después de su legalización en 1990.

“Antes de la libertad, era una pelea entre organizaciones. Ahora es una lucha dentro de una organización, y eso me hace muy, muy infeliz”, dijo. “Tenemos que concentrarnos en construir la unidad del CNA y entre todos los sudafricanos por el bien de nuestros niños y de nuestro país”.

Traducido por Francisco de Zarate