El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha dicho que es posible que haya que decidir “muy pronto” si se imponen medidas fronterizas más estrictas a Francia por la preocupación sobre la propagación de variantes de COVID-19 potencialmente resistentes a las vacunas. El partido laborista ha pedido que se añada a Francia a la llamada “lista roja” de países de los que se prohíbe la mayoría de los viajes al Reino Unido. El primer ministro ha dicho que no se puede descartar esta posibilidad, pero ha advertido que causará importantes trastornos.
En particular, en algunas regiones de Francia están registrando niveles relativamente altos de la variante del virus detectada primero en Sudáfrica, aunque están disminuyendo. Según el sitio web francés CovidTracker, que utiliza datos gubernamentales, las variantes sudafricana y brasileña representan el 4,8% de los nuevos casos diarios en Francia, frente al 76,2% de la variante B.117, descubierta por primera vez en Reino Unido. Las dos variantes representan el 36,5% de los nuevos casos en el departamento de Mosela oriental, en la frontera con Alemania, frente al 45% de principios de mes, y el 21,2% en Dordoña. Por lo demás, solo superan el 10% de los nuevos casos en cinco de los 96 departamentos de la Francia continental.
El primer ministro francés, Jean Castex, ha declarado este fin de semana que la variante sudafricana “no parece avanzar en absoluto, de hecho está retrocediendo”.
El director médico adjunto de Inglaterra, Jonathan Van-Tam, expuso los datos sobre los brotes en Francia y Alemania en una presentación ante los diputados este martes que algunos han interpretado como un llamamiento a una acción más dura, aunque fuentes del departamento de Salud han insistido en que se trataba simplemente de una actualización de la información.
Dependencia comercial
En su intervención ante una comisión de diputados este miércoles, Johnson ha dicho que el 75% de los suministros de medicamentos de Reino Unido y el 50% de los suministros de alimentos viajan a través de Francia. “La gente no debería hacerse ilusiones de que esto tendría consecuencias”, ha dicho. “Tomaremos una decisión, por dura que sea, para interrumpir ese comercio e interrumpir esos flujos si creemos que es necesario para proteger la salud pública y detener la entrada de nuevas variantes, y puede que tengamos que hacerlo muy pronto”.
Los laboristas han sugerido que era el momento de añadir a Francia a la “lista roja”, lo que significaría que los viajes desde allí estarían prohibidos para todo el mundo, excepto para los nacionales y residentes de Reino Unido, y los que llegaran tendrían que pasar la cuarentena en un hotel controlado por el Gobierno.
La secretaria de Inmigración del partido laborista, Holly Lynch, ha dicho: “El Gobierno de Reino Unido está poniendo imprudentemente en riesgo los progresos realizados por la vacuna al negarse a tomar medidas para asegurar nuestras fronteras contra la COVID-19. El hecho de que ni siquiera añadan a Francia a su propia 'lista roja' limitada demuestra que siguen sin entender las consecuencias de hacer demasiado poco y demasiado tarde”.
“En lugar de que el primer ministro agite una bandera blanca y diga que una tercera ola procedente de Europa inevitablemente 'llegará a nuestras costas', el Gobierno de Reino Unido debería introducir urgentemente un sistema de cuarentena integral en hoteles para ayudar a protegerse de las nuevas variantes, en lugar del sistema actual que ve como solo el 1% de las llegadas se someten a la cuarentena en hoteles”.
La composición de la “lista roja” -que incluye a la mayoría de los países sudamericanos y del sur de África- se revisa periódicamente, pero fuentes de Downing Street han restado importancia a la posibilidad de que Francia sea añadida de forma inminente. Otra fuente ha sugerido que la decisión sobre Francia podría producirse la próxima semana.
Dos fuentes han dicho que el Gobierno estaba examinando la posibilidad de utilizar las pruebas COVID-19 de respuesta rápida para controlar a los conductores de camiones que entran en el país. El transporte de mercancías es una de las excepciones a las restricciones de viaje, y el gran volumen que llega a Reino Unido desde Francia es una de las razones por las que algunos en el Gobierno creen que podría ser difícil aplicar restricciones más estrictas.
Permitir o no las vacaciones al continente este verano
Los ministros se enfrentarán a una decisión distinta en las próximas semanas sobre la posibilidad de permitir las vacaciones al continente este verano. La hoja de ruta del primer ministro establece que las vacaciones en el extranjero no pueden tener lugar hasta el 17 de mayo como muy pronto, pero los ministros esperan permitir los viajes después de esa fecha, junto con los acuerdos sobre el pasaporte de vacunación.
“Lo estamos estudiando, estamos estudiando la situación de las variantes, pero es un poco pronto para poder tomar una decisión. Tenemos que seguir vigilando los datos”, ha dicho una fuente oficial.
En Reino Unido, todas las personas que llegan deben someterse a tres pruebas PCR (una justo antes de viajar y otras dos en la primera semana de estancia) y deben hacer la cuarentena en casa si no es en un hotel. Los viajes son actualmente una fracción pequeña de los volúmenes normales porque las vacaciones y la mayoría de los otros viajes están prohibidos. Nadie puede salir del país para hacer turismo.
Francia y Alemania han aplicado recientemente nuevas medidas de confinamiento y el Gobierno británico vigila el impacto de las restricciones en las tasas de casos mientras se toma la decisión sobre los viajes de verano.
El secretario de Transportes, Grant Shapps, preside un grupo de trabajo sobre viajes internacionales, cuyo informe está previsto para el 12 de abril.
Traducido por Lara Lema