Detroit corta el agua en las escuelas públicas por altos niveles de plomo
Este martes, los 50.000 alumnos que regresaron a las aulas de los colegios públicos de Detroit tras el parón del verano se encontraron con una novedad: de los surtidores de agua no salía nada. Las autoridades del distrito escolar habían cortado el suministro después de encontrar elevados niveles de plomo y cobre en el agua.
Las escuelas públicas de Detroit anunciaron el corte del agua en todas las escuelas después de detectar 16 colegios con un nivel de químicos por encima de lo aceptable durante un test llevado a cabo en agosto en todos los grifos de los colegios públicos, desde los fregaderos hasta los surtidores de agua potable.
El responsable del distrito escolar, Nikolai Vitti, justificó la medida por los riesgos para la seguridad del personal y de los estudiantes. “Hasta que haya un análisis más profundo y completo que proponga soluciones a largo plazo, estoy cortando todo el agua potable en nuestras escuelas”, dijo. Para calmar la sed, habrá neveras y agua embotellada.
El agua tóxica es sólo la última afrenta y trance que han tenido que soportar los maestros y niños de un distrito tristemente conocido por el “desmoronamiento” de sus colegios públicos.
Estas últimas pruebas son una continuación de las que entre 2016 y la primavera de 2018 detectaron elevados niveles de cobre y de plomo, llevando a 34 el número total de escuelas con problemas en la calidad del agua, de las 106 a cargo del distrito escolar.
Elegido superintendente en 2016, Vitti ha heredado un distrito escolar que llevaba casi una década bajo administración de emergencia. Durante una entrevista el viernes con The Guardian, explicó que había tomado la decisión como una medida sanitaria de precaución. “Si sólo hubiésemos cortado esos grifos (de 34 escuelas) y hubiésemos esperado a que sucediera algo, ¿qué le diríamos a los padres? ¿Que estábamos esperando a las siguientes pruebas? Eso habría sido como poner un parche. No era una opción para garantizar la seguridad de los niños”.
El corte del suministro no rige en los colegios concertados, pero Vitti dice que el alcalde de Detroit, Mike Duggan, tiene la intención de iniciar “el mismo tipo” de pruebas para evaluar la calidad del agua en esos colegios.
Aunque el agua potable es sólo una de las muchas formas de contaminación por plomo en el medio ambiente, los niños pequeños son especialmente proclives a sufrir daños irreversibles en su desarrollo por este metal. Según la Organización Mundial de la Salud, asimilan entre cuatro y cinco veces más que los adultos el plomo ingerido. La intoxicación por cobre, por otro lado, provoca vómitos y problemas gastrointestinales, entre otros males.
Ni la ley nacional ni la de Michigan exigen evaluaciones del agua en los colegios, pero el congreso estatal está ahora debatiendo un proyecto de ley que requeriría medir el plomo en el agua.
La Federación de Maestros de Detroit, filial del sindicato Federación Estadounidense de Maestros, ha apoyado la decisión del superintendente. Según Ivy Bailey, su presidenta, las escuelas públicas de Detroit tienen que realizar un plan a partir de los resultados de las pruebas, incluyendo el uso de fondos para llevar a cabo las reparaciones necesarias.
“No son las tuberías de los edificios”, señaló Bailey durante una sesión informativa local. Según le dijeron, no se trataba de un problema sistémico, sino de las cañerías antiguas usadas en los grifos.
La oficina del Great Lakes Water Authority, responsable del agua en el Estado de Michigan, y el Departamento de Agua y Alcantarillado de Detroit publicaron un comunicado asegurando a los residentes de Detroit que no se verían afectados y que el agua había pasado todas las regulaciones federales y estatales previstas en la Ley de Agua Potable Segura.
Según Stuart Batterman, profesor de ciencias de salud ambiental en la facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan, los viejos surtidores de agua potable son “una causa conocida de exposición al plomo” porque están conectados a un sistema que tiene partes de cobre fusionadas con plomo. “Eso se filtra, se disuelve en el agua y los niños reciben la primera descarga, especialmente cuando es temprano por la mañana y nadie lo ha usado”, asegura.
Las escuelas públicas de Detroit llevan años sufriendo la falta de recursos. Como dice Vitti, “se ha descuidado la infraestructura del sistema escolar público y esto lo demuestra”.
Según Misha Stallworth, de la junta escolar de Detroit, las necesidades son grandes. “Tras 10 años con una gestión de emergencia, hay mucho trabajo por hacer, digamos que en el 90% de los edificios escolares hay que conseguir tejas para el techo o algo tan básico como aire acondicionado y calefacción”, señala. “Tratar de identificar las oportunidades que tiene el Estado para apoyarnos o para que el sector privado ofrezca su ayuda es un gran reto al que nos enfrentamos”.
Los problemas con el plomo no son exclusivos de los colegios de Detroit, el mayor distrito escolar en Michigan. Hizo falta que un pediatra diera a conocer los alarmantes niveles de plomo en la sangre de los niños de Flint, también en Michigan, para que ese escándalo captara la atención del país en 2015.
Como consecuencia de aquel escándalo, hubo pruebas en colegios de todo el país. Pero, según un informe de 2017 de la Government Accountability Office (un organismo de auditoría interna del Gobierno estadounidense), en los doce meses anteriores sólo un 43% de los distritos escolares, con 35 millones de alumnos, había llevado a cabo las pruebas. Uno de cada tres encontró niveles elevados de plomo y tomó medidas para reducirlos.
De acuerdo con las informaciones periodísticas, en 2018 encontraron plomo en el agua potable de escuelas de Virginia, Texas y Chicago. “No es un problema nuevo”, afirma el profesor Stuart Batterman. Desde que la Normativa sobre el Plomo y el Cobre entró en vigor en 1991, dice, los proveedores de agua pública deben controlar los niveles de plomo en el agua potable. “Sencillamente, en 20 o en 30 años no se ha progresado. No estamos avanzando”.
Traducido por Francisco de Zárate