El ascenso de Elizabeth Warren en las primarias demócratas amenaza a Bernie Sanders

David Smith

Washington, DC —

La campaña 'Ready for Warren' (listos para Waren), que instaba a la política a presentarse como candidata a la presidencia en 2016, forma parte de las múltiples suposiciones y las conjeturas sobre lo que “podría haber sido” la política estadounidense si no hubiese ganado Trump.

“Si soy sincero, debo decir que me molestó que no se presentara y todavía no la he perdonado por ello”, afirma Dave Handy, un militante que formó parte de esos esfuerzos. “Nos podríamos haber ahorrado muchos problemas si ella hubiera tenido la valentía de presentarse”.

Cuando Warren se mantuvo fuera de la carrera, Handy se lanzó en apoyo a Bernie Sanders. “Aunque muchos progresistas como yo se lo rogamos, Liz se negó a presentarse y todo el aparato que ahora tiene Bernie –del que ahora formamos parte yo y muchos otros socialistas democráticos– podría haber sido suyo. Y nos podríamos haber evitado todo este mito del 'Bernie bro' que se ha generado” ['Bernie bro' es un término peyorativo que se aplicó a los seguidores, hombres blancos, de Sanders durante la carrera presidencial de 2016].

Activistas como Handy dejan claro la división de lealtades y un delicado dilema que tienen los demócratas a la hora de elegir a su candidato para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones de 2020. Los sondeos muestran que Sanders y Warren van casi empatados por detrás del candidato de centro Joe Biden ¿Debería uno de ellos abandonar la carrera y apoyar al otro para evitar dividir el voto?

Sin embargo, no hay señal de que eso vaya a suceder en el futuro cercano, teniendo en cuenta que ambos candidatos atraen mayores multitudes que un exvicepresidente que parece vulnerable y con tendencia a meter la pata. De hecho, algunas personas de izquierda creen que Sanders y Warren dejarán a Biden en tercer lugar y que le quitarán la delantera.

Cenk Uygur, fundador y presentador del programa digital de noticias 'Los Jóvenes Turcos', escribió esta semana en el Washington Post: “Mientras Warren y Sanders atraen a miles de personas, Biden tiene un público mucho más pequeño. A su campaña le falta el aire, y solo estamos en agosto. Biden ha comenzado a apagarse. Ni siquiera estoy seguro de que vaya a seguir en la carrera para el caucus en Iowa”.

Uygur añadió: “En este momento, la carrera no es entre Warren y Biden, sino entre Warren y Sanders. Y para los progresistas, esto es un sueño hecho realidad”.

“Elizabeth Warren va en serio”

Sanders, un senador de Vermont que a los 77 años es el candidato más mayor de la carrera, ya no cuenta con el efecto sorpresa del que disfrutó cuando se enfrentó a Hillary Clinton en 2016. Sigue prometiendo matrícula gratuita en todas las universidades públicas, un salario mínimo de 15 dólares (13,67 euros) por hora y atención sanitaria universal. Siguen teniendo una inigualable red de pequeños donantes y continúa generando entusiasmo en los mitines.

Warren, una senadora de Massachusetts de 70 años que lleva muchísimo tiempo criticando a Wall Street, ha disfrutado de un ascenso lento, pero inexorable. Ha prometido “luchar” –una de sus palabras favoritas– contra un sistema amañado y ha detallado sus propuestas políticas sobre temas como la división de grandes empresas tecnológicas o la imposición de un “impuesto a la riqueza”.

Su mensaje económico ha calado hondo, atrayendo a multitudes (15.000 personas en Seattle y 12.000 en St Paul, Minnesota) y generando reacciones positivas en los medios de comunicación. La revista Rolling Stone tituló 'La posibilidad muy real de una presidenta Elizabeth Warren'; New York Magazine declaró 'Sin prisa pero sin pausa, Elizabeth Warren sigue en ascenso'; 'Elizabeth Warren va en serio', afirmaba un perfil publicado en The New York Times.

Charles Chamberlain, director del grupo progresista Democracy for America, señala: “Es la gran ganadora de los últimos ocho meses. La hemos visto crecer sin parar. Está llevando adelante una campaña muy bien ejecutada, que está logrando atraer votantes. Pero Bernie Sanders también está realizando una campaña fuerte”.

“Warren y Bernie han dominado el debate. Me parece que la campaña de Biden está mucho más a la defensiva en relación a las políticas. Los mitines de Biden se parecen de forma espeluznante a la deslucida campaña de Hillary Clinton. Warren y Bernie van de evento en evento y cada vez crecen más”, mantiene Chamberlain, quien está de acuerdo con que Biden se irá apagando.

“Creo que las primarias demócratas acabarán con Warren y Biden en los primeros puestos”, sostiene el director de Democracy for America. “Ninguno de ellos dos debería retirarse. Deben luchar hasta el final, incluso si eso significa ir a una convención donde se realicen acuerdos”.

Todavía es una incógnita quién ganaría esa batalla final. Sanders obtuvo esta semana su primer apoyo de un sindicato nacional: la Unión de Trabajadores de Maquinarias, Electricidad y Radios de América, de 35.000 miembros. Pero la mayoría de los sindicatos sigue sin definirse.

Los grupos de progresistas también están divididos. En junio, Warren ganó en un sondeo de MoveOn con el apoyo del 38% de los seguidores, seguida por Sanders con el 17%. En julio, Sanders lideró un sondeo de Democracy for America con el 32%, seguido por Warren con el 26%. En ambos casos, Warren había ganado terreno.

De hecho, la candidata ha crecido a nivel nacional, superando la polémica sobre su dudosa afirmación de que tiene ascendencia india, mientras que podría decirse que Sanders ha alcanzado su techo. Al menos, existe una sensación de que ella ha ganado terreno a expensas de él.

Michael Steele, expresidente del Comité Nacional Republicano y actual analista político de la cadena MSNBC, señala: “Con el ascenso de Elizabeth Warren, hemos visto que algunos votantes de Bernie Sanders lo han abandonado porque han encontrado un puerto más joven donde atracar su barco. Esos votantes no piensan que están perdiendo algo al elegir a Warren. Al contrario, seguramente sienten que salen ganando porque ella les ofrece algunos puntos positivos, por ejemplo al ser mujer. Esto lo hemos visto en los números, cómo ella le ha eclipsado y le ha superado en los sondeos. En algunas encuestas, Warren se ha acercado a Biden mucho más que Bernie en el pasado”.

Esta semana, la senadora de Nueva York Kirsten Gillibrand ha retirado su candidatura, convirtiéndose en la sexta demócrata que abandona la carrera desde julio. Steele no cree que ni Sanders ni Warren tiren la toalla en el futuro cercano.

“Si ambas campañas se sienten fuertes y las encuestas sitúan a un candidato cerca del otro, no habrá muchas razones para que una de ellas se retire de la carrera. Ambas están recaudando dinero y ambas se están organizando desde las bases”, explica Steele, y añade: “Creo que van a competir hasta que una se desmarque claramente de la otra. Eso aún no ha sucedido. Si yo fuera Elizabeth Warren, no cedería terreno a Bernie Sanders y, si fuera Bernie Sanders, desde luego no le cedería terreno a ella tras habérselo ganado en 2016”.

“Portadora de la antorcha”

Imaginado como un diagrama de Venn, los votantes de Warren y los de Sanders tienen mucho en común, pero cada grupo tiene una base diferente. Un sondeo realizado este mes por el Centro de Investigaciones Pew concluyó que unos siete de cada diez votantes de Warren son blancos, comparado por la mitad de los seguidores de Sanders. Hay más votantes de Warren con título universitario, en comparación con los votantes de Biden y Sanders.

John Zogby, encuestador y escritor, explica: “Hay cierta superposición por la ideología progresista, pero son diferentes. Warren tiene el apoyo de mujeres que normalmente no apoyarían a Sanders, incluidas las exseguidoras de Clinton que la consideran portadora de la antorcha y buscan votar a una mujer”.

“Creer que si uno de ellos se retira sería para apoyar al otro es un pensamiento muy facilista”, sostiene Zogby, y agrega: “Si Warren abandonara la carrera, probablemente se sentiría con mayor influencia en el sector dominante del partido y con posibilidades de volver a presentarse en el futuro, así que es más probable que apoye a una figura dominante como Biden”.

Los senadores tienen diferencias de estilo y de fondo. Warren acepta el término “capitalista” y es vista por muchas personas como menos perturbadora de los intereses de las corporaciones. Sanders se describe como “socialista democrático” y es menos detallista sobre sus propuestas. Warren se ha negado a aparecer en la cadena Fox News, mientras que Sanders ofreció una reunión general en la cadena. Recientemente, Warren se ha hecho el selfie con seguidores número 50.000 de la campaña, mientras Sanders es visto como un malhumorado y se mostró poco predipuesto a la cháchara en una feria reciente en el estado de Iowa.

Pero cuando ambos candidatos, que siguen siendo amigos, aparecieron juntos en el segundo debate en Detroit, las diferencias parecían insignificantes cuando se unían para enfrentarse a los candidatos de centro en defensa de propuestas como Medicare para Todos, que extendería el programa actual de atención sanitaria pública a todos los estadounidenses, virtualmente eliminando el papel de las aseguradoras de salud privadas.

Pero al final, incluso si se hiciera realidad el sueño progresista, más de uno se sentiría decepcionado. Handy, exactivista de Ready for Warren de 31 años, afirma: “Teniendo en cuenta todo el espectro político, preferiría mucho más un gobierno de Warren a uno de [Kamala] Harris o un segundo mandato de Trump. Pero dicho esto, no llegaría mucho más lejos”.

“Lo que necesita este país, ahora más que nunca, es lo que tuvimos después de la Segunda Guerra Mundial con la construcción de la clase media estadounidense y la increíble reforma social de Roosevelt”, explica Handy, y lamenta: “Eso es lo que hará un gobierno de Sanders, y mi temor es que un gobierno de Warren no vaya lo suficientemente lejos a la hora de abordar la desigualdad de ingresos, una reforma del sistema de justicia penal, la crisis climática y todos esos problemas”.

Traducido por Lucía Balducci.