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El Giro de Italia cede ante Israel en una disputa sobre el nombre de su primera etapa

Peter Beaumont

Jerusalén —

El Giro de Italia parece haberse echado atrás en una disputa con los ministros israelíes sobre el nombre de la etapa inicial de la prueba ciclista. El Giro quería llamarla Jerusalén Oeste en vez de Jerusalén, lo que hizo que los políticos israelíes amenazasen con retirar su apoyo.

En un primer momento, los organizadores de la carrera pidieron asesoramiento al Ministerio de Exteriores italiano para dar nombre al punto de partida como Jerusalén Oeste. Lo hicieron debido a las reivindicaciones continuas de israelíes y palestinos por la ciudad. Los políticos israelíes, liderados por la polémica ministra de Deporte y Cultura Miri Regev, amenazaron con retirar su apoyo, afirmando que la carrera había incumplido su acuerdo.

En la mañana del jueves, la web oficial del Giro todavía tenía puesta la palabra de la disputa, pero por la tarde los organizadores la habían modificado y, finalmente, el punto de salida de la primera etapa se nombrará como Jerusalén a secas.

En el centro de la polémica está el complejo estatus de la ciudad. Desde la toma y la posterior anexión de la zona oriental de Jerusalén por parte de las tropas israelíes durante la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel la define como su capital unificada. Sin embargo, la mayor parte de la comunidad internacional rechaza reconocerla como tal, mientras que los palestinos reclaman que los territorios ocupados por Israel al este de la ciudad son la capital de un futuro Estado palestino.

Los organizadores del Giro se implicaron en este conflicto cuando decidieron organizar la primera salida fuera de Italia en la historia de la carrera, que comenzó su andadura en 1909. El Giro, que ha sido condenado por los activistas palestinos por haber elegido celebrar la primera etapa en Jerusalén, también fue atacado por Israel mientras intentaba negociar en el conflicto político originado por medio siglo de ocupación.

“No hay ni este ni oeste”

Este año, la carrera, la primera de las tres etapas que estaban programadas para comenzar en Israel antes de regresar a Italia para las 18 restantes, había sido anunciada a bombo y platillo porque iba a ser la primera vez que la gran vuelta europea iba a comenzar en Israel.

Mauro Vegni, el director del Giro, dijo que era consciente de las sensibilidades políticas en torno al estatus de Jerusalén. “La realidad es que queremos que sea un evento deportivo y que se mantenga alejado de cualquier discusión política”, contó a Associated Press.

Miri Regev y el ministro de Turismo, Yariv Levin, lideraron las acusaciones para presionar por que se cambiase el nombre de esta primera etapa y dijeron en un comunicado conjunto: “En Jerusalén, capital de Israel, no hay ni este ni oeste”.

Después, Regev y Levin dieron la bienvenida a la modificación introducida en el nombre: “Después de dirigirnos a la organización del Giro, nos complace ver la pronta reacción de los organizadores al cambiar el nombre de Jerusalén Oeste de su publicidad oficial”.

Según informaciones aparecidas en medios especializados en ciclismo, Israel pagó 10 millones de euros para sacar el evento de Europa por primera vez. Al parecer, Froome, que confirmó su participación vía Twitter, ha recibido un pago adicional.

La carrera, que está programada para comenzar con una contrarreloj individual de 10,1 kilómetros en Jerusalén el 4 de mayo seguida de dos etapas llanas, fue criticada en septiembre por el movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BSD), por representar “un lavado de cara deportivo de la ocupación y el apartheid israelí”.

Sharaf Qutaifan, de la Campaña Palestina por el Boicot Académico y Cultural a Israel dijo: “Que el Giro comience en Israel recompensa a todos los efectos a Israel por sus largas décadas de violaciones de derechos humanos contra el pueblo palestino, entre los que se incluyen también a los atletas”.

Traducido por Cristina Armunia Berges