Más de dos mil casas, 150.000 créditos universitarios... Lo que podría pagar el dinero que Bloomberg ha gastado en su campaña fallida
El Supermartes no trajo buenas noticias a los candidatos del ala progresista del Partido Demócrata. Sin embargo, demostró algo: el dinero en sí mismo, afortunadamente, no puede comprar todavía unas elecciones ni siquiera en EEUU. Al menos por ahora.
Esa es la lección que muchos extraen del fracaso de la candidatura del multimillonario Mike Bloomberg. Había planeado que con invertir en publicidad y personal alrededor de 500 millones de dólares, una migaja de su inmensa fortuna, podría convertirse en rival del exvicepresidente Joe Biden en la carrera por el voto centrista.
Se equivocó, y el anuncio de su retirada significa que esos 500 millones de dólares se han ido directos por el desagüe. A no ser que se tenga en cuenta que sirvieron para ganar la primarias en la Samoa estadounidense. La pérdida es relativa, porque para un hombre a quien se le supone una fortuna de 60.000 millones de dólares, 500 millones no es mucho dinero. Para el resto sí lo es. Y es legítimo pensar todo lo que podría hacerse con ese dinero. Aquí hay algunas necesidades en las que podría haberlo gastado.
Liquidar deudas médicas
Según RIP Medical Debt, una organización que compra lotes de impagos médicos, cada 100 dólares que recibe como donación podrían aliviar 10.000 de facturas impagadas. Permitirían ganar tiempo, al menos, a quienes viven con deudas que les impiden salir adelante. El 66% de todas las bancarrotas que se declaran en Estados Unidos tienen su origen en facturas médicas, según esa organización. Por ahora han logrado eliminar 1.300 millones de deuda. El dinero que Bloomberg se ha gastado en campaña habría ayudado a muchas personas. No a todas las que deben facturas médicas, claro. Pero sí a cientos de miles.
Limpiar el sistema de agua de Flint
Con una décima parte del dinero desperdiciado en hacer el ridículo ante el planeta entero, Bloomberg podría habría instalado tuberías nuevas para toda la ciudad de Flint, cuyo sistema de distribución de agua está contaminada por plomo. Y con el resto, haber sacado a todos sus habitantes y a los de muchas ciudades más de la pobreza. Ese el comentario que muchos hicieron cuando la campaña se quejaba de que alguien había entrado en sus oficinas centrales a hacer algunos destrozos leves el mes pasado.
Pagar deuda estudiantil
Puede que 500 millones de dólares sean una gota en el mar del trillón de dólares de deudas por créditos adquiridos para pagar estudios que circulan por Estados Unidos. La media de deuda estudiantil en el país es de 37.000 dólares (unos 33.000 euros). Eso significa que el exalcalde de Nueva York podría haber transformado a mejor las vidas de unas 150.000 personas que están devolviendo esos préstamos. Imaginen todo lo que todas esas personas atrapadas en pagar los créditos, muchas veces, a tipos de interés predatorio, podría hacer de verse libres de nuevo.
Proporcionar casas a las personas sin hogar
Se calcula que sólo en la ciudad de Nueva York viven entre 60.000 y 80.000 personas que no tienen casa. Bloomberg habría tenido que gastar más de 500 millones de dólares en darles casas en una de las ciudades más caras del mundo. Pero si el precio medio de una vivienda en Estados Unidos es de 226.000 dólares (unos 202.200 euros), podría haber comprado casas a 2.200 familias. Así. Como suena. Aquí la tenéis. Es toda vuestra. Ni siquiera se habría dado cuenta del dinero que gastaba.
Devolver el derecho a voto a quienes cometieron delitos
En tanto que firme defensor de la democracia, Bloomberg debe estar realmente molesto por los esfuerzos de los republicanos en Florida para establecer un impuesto electoral y hacer más difícil que los exconvictos puedan votar. Bloomberg podría haber usado una pequeña cantidad de su dinero para devolver el derecho de voto a miles de personas. Al menos podría haber gastado el dinero en hacer campaña contra los republicanos que trabajan de manera activa para que muchos de sus propios conciudadanos no voten. Podría haberlo hecho, si hubiera querido.
Traducido por Alberto Arce
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