El Estado Islámico (EI) está enviando niños y adolescentes a luchar y a inmolarse como terroristas suicidas a un ritmo sin precedentes.
Según un informe de la Universidad de Georgia (EEUU), los menores involucrados provienen de al menos 14 países diferentes y más del 60% tenía entre 12 y 16 años. Los datos surgieron después de revisar las cuentas en Twitter y el servicio de mensajería encriptado Telegram donde el EI da noticia de las muertes.
De acuerdo con el informe, que se llevó a cabo entre principios de 2015 y finales de enero de este año, la tasa de muertes es el doble para los miembros del EI que no llegan a los 18 años. En total, un 39% de los jóvenes atacó objetivos enemigos conduciendo coches o camiones cargados con explosivos. Poco más de un 33% perdió la vida como soldados.
Los investigadores revelaron que, en enero de 2016 y con relación al mismo mes de 2015, se multiplicaron por más de tres las operaciones donde niños y jóvenes asumían el papel de terroristas suicidas.
“El EI ha defendido tan arduamente la movilización de niños (a un nivel muy poco frecuente, incluso para organizaciones extremistas violentas) que hace pensar en problemas organizativos mucho mayores que los beneficios propagandísticos que pueda proporcionar a corto plazo”, dice el informe.
Según Charlie Winter, coautor del informe, es llamativo que el EI no utilice a los niños de una forma sustancialmente diferente a como usa a los soldados adultos. “La manera en que se utiliza a los niños es, quizás, contradictoria en el contexto de la preferencia de los niños soldados. No los utilizan para alentar a las tropas del EI ni tampoco les dan funciones que los adultos no puedan cumplir”, explica Winter.
“A decir verdad, los propagandistas del EI no tratan de manera especial a niños y jóvenes. Los reconocen de la misma manera que a los adultos. Y este reconocimiento se hace junto a los adultos en vez de darles uno diferente por sus pocos años. La edad es casi un hecho fortuito”.
En las publicaciones del EI no había información clara sobre la edad de los muertos, pero según Winter los investigadores pudieron clasificarlos usando las teorías de desarrollo infantil. Se cree que en todas las muestras que se tomaron la edad era de 18 años o menos.
La lista de muertos incluye a Talha Asmal (17), de Dewsbury (Reino Unido), inmolado el año pasado en la ciudad iraquí de Baiji. Semanas después de su muerte, un imán de su zona, Qari Assim, acusó a los líderes del EI de comportarse como “pedófilos” por adiestrar a personas tan jóvenes.
La policía metropolitana de Londres informó en agosto que, por el temor de que se hubieran radicalizado, la justicia familiar intervino en casos de más de 30 niños del Reino Unido. Según el subcomisario Mark Rowley, máximo responsable de la lucha antiterrorista en el país, algunos parecían “bebés alzados en armas”. Las edades oscilaban entre los 2 y los 17 años.
La lista de muertes analizada por la Universidad de Georgia también incluye a un ciudadano francés y a Jack Bilardi, un australiano de 18 años que antes de ir a pelear para el EI tenía planeado atentar en varias zonas de Melbourne.
Según Winter, el EI ha estado adoctrinando y entrenando niños durante años y ahora los está “alimentando a cuentagotas con el proyecto militar del EI… [aunque] cada vez más rápido”.
El periódico The Guardian publicó documentos internos del EI en los que se ve cómo el grupo terrorista planeó entrenar y armar a los niños en campos especialmente pensados para los “cachorros del califato”. Los autores del informe ven probable que en los próximos enfrentamientos armados se planteen problemas éticos debido al empleo de niños soldado por parte del EI.
“Es evidente que los líderes del Estado Islámico entienden que, a largo plazo, hay espacio para los jóvenes en su campaña yihadista. En los próximos años, y aunque es probable que los jóvenes integrantes de hoy se conviertan mañana en terroristas adultos, los problemas éticos y morales que genera luchar contra soldados tan jóvenes seguramente entrarán a formar parte del debate en el seno de la coalición internacional que enfrenta a los terroristas”.
Traducción de Francisco de Zárate