Por qué no se pueden aplicar los datos de ómicron en Sudáfrica a otros países

Peter Beaumont

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Los altos niveles de contagios de las tres primeras olas de COVID en Sudáfrica pueden explicar por qué la variante ómicron está asociada a menores tasas de hospitalización y de sintomatología grave en ese país, y no una menor virulencia de la variante. Esto es lo que sugiere el experto en inmunización Shabir Madhi, de la Universidad sudafricana de Witwatersrand, que ha dirigido varios ensayos con vacunas en el país.

Madhi alerta de que la experiencia de Sudáfrica con ómicron puede no servir como indicador de la evolución que seguirá la variante en otros países. El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha repetido su mensaje y dice que es “un error que la gente considere ómicron como leve”.

Otros altos cargos de la OMS han dicho que el pico de ómicron podría darse en unas semanas, teniendo en cuenta su rápida propagación. También que, según las últimas pruebas, las vacunas no están fallando por completo como mecanismo de protección contra la variante y ofrecen cierto grado de defensa.

En una larga entrevista con el Global Health Crisis Coordination Center, Madhi citó un reciente estudio de seropositividad (el porcentaje de población contagiada) en la provincia de Gauteng, epicentro del brote de ómicron: el 72% ya había sufrido un contagio previo de coronavirus.

La cifra triplica la tasa de contagios previos detectada en una encuesta similar durante el brote de hace un año de la variante beta. La seropositividad entonces era del 20%.

Según Madhi, aunque las últimas pruebas apuntalan la idea de que ómicron es más contagiosa y más capaz de evadir la protección de los anticuerpos, otros mecanismos generados por la inmunidad de contagios anteriores podrían explicar que haya menos hospitalizaciones y menos enfermedades graves.

La tasa de seropositividad en Reino Unido, el país europeo donde se han detectado más casos de ómicron, es superior al 90%, pero la experiencia del país (y el resto del continente, España incluida) con la variante podría ser muy diferente a la de Sudáfrica debido a la mayor edad de la población británica y a su diferente nivel de vulnerabilidad.

Los comentarios de Madhi coinciden con la publicación de un informe de Discovery Health, la segunda aseguradora de salud de Sudáfrica, donde se habla de menos enfermedades graves por ómicron que por las variantes previas de coronavirus. El riesgo de ingreso hospitalario en 211.000 casos positivos de coronavirus en adultos, según la aseguradora, fue en Sudáfrica un 29% menor que en la primera ola de la pandemia de marzo de 2020.

Contagios previos

“La evolución de la variante ómicron llega en una fase de la pandemia muy diferente”, dice Madhi. “Es importante tenerlo en cuenta para entender lo que se está pasando en Sudáfrica y lo que puede pasar en otros lugares, que podrían tener una epidemiología muy diferente”.

“En Sudáfrica, gran parte de la inmunidad actual se debe en gran medida al contagio previo de las tres primeras olas”, señala. “En una encuesta que casualmente acaba de hacerse este viernes en [la provincia de Gauteng], demostramos que la seropositividad en Gauteng está en torno al 72% (...) Es importante tenerlo en cuenta para entender cómo se está desarrollando en Sudáfrica y lo que podemos esperar en otros lugares”.

Con referencia a la posibilidad de que ómicron sea “más suave” que las variantes anteriores, Madhi sostiene que debido a los altos niveles de exposición previa, los expertos son “simplemente incapaces de hacer una comparación válida de la virulencia entre ómicron y las otras variantes”.

“La base inmunitaria actual es diferente a la que existía en el pasado, y esa inmunidad va a provocar cambios en el desarrollo clínico de la infección, con cambios también en la probabilidad de que el contagio derive hacia una enfermedad grave”, dice.

“Lo que es bastante fascinante es que si uno toma la tasa de contagios por 100.000 habitantes y la compara con la tasa de hospitalización, o con la tasa de mortalidad, la tasa de hospitalización es mucho más reducida en comparación con la tasa equivalente de casos durante las tres primeras oleadas” añade. “Nos dice que hay algún factor más en juego, si la gran cantidad de contagios por ómicron no se está materializando en enfermedades graves y muertes en grandes números”.

Teniendo en cuenta que las pruebas demuestran una alta capacidad de la variante ómicron para evadir la protección de los anticuerpos, Madhi dijo que se están acumulando datos que sugieren que la inmunidad de las células T es la que está protegiendo contra el desarrollo de enfermedades graves.

Casos en aumento

Mientras el mundo sigue de cerca el desarrollo del brote de la variante ómicron en Sudáfrica, en los medios de comunicación ha habido información de una posible disminución en el número de casos de ómicron en el país. Pero están basados en cifras diarias, menos fiables que las semanales, y parecen centrarse en las fluctuaciones de casos de Gauteng y no de todo el país.

Contradiciendo esos informes, el Instituto Nacional de Enfermedades Contagiosas de Sudáfrica sugirió el lunes que los contagios de COVID, tanto por su variante delta como por la ómicron, seguían en aumento. El Departamento de Salud de la provincia de KwaZulu-Natal comunicó más de 2.000 nuevos casos por día. En la provincia del Cabo Oriental, la tasa de positividad había aumentado hasta un 17,8%.

El argumento de Madhi parece contar con el respaldo de otros expertos.

Tulio de Oliveira, que dirige dos institutos de secuenciación genética en Sudáfrica, dijo este fin de semana a la cadena CBS que había “grandes focos de inmunidad en la población”. “Vamos a tener que dilucidar si los casos leves se deben a que son jóvenes los que se contagian o si se debe a que la inmunidad generada por el contagio previo y por la vacunación esté disminuyendo el número de personas hospitalizadas”.

Según la OMS, en la última semana otros países africanos también contribuyeron a un aumento enorme en los casos de COVID. Pero el número de muertes, al menos por ahora, es menor que en oleadas anteriores.

“Somos cautelosamente optimistas y creemos que las muertes y las enfermedades graves seguirán siendo bajas en la ola actual”, dijo la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti. “Pero la lentitud en la vacunación en África significa que las dos variables seguirán siendo mucho más altas de lo que deberían ser”.

Traducido por Francisco de Zárate