¿Qué países exportan armas a Israel y por qué EEUU se plantea dejar de hacerlo tras siete meses de guerra?

Robert Tait

Washington —
9 de mayo de 2024 22:19 h

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En los últimos meses ha aumentado la presión sobre los aliados de Israel para que detengan el suministro de armas que están siendo utilizadas en la ofensiva israelí en Gaza, donde han muerto casi 35.000 personas en los pasados siete meses.

Algunos países han anunciado que suspendieron las exportaciones de armas a Israel desde el 7 de octubre, aunque en el caso de España siguió mandando material de defensa a empresas israelíes hasta al menos el pasado diciembre, tal y como informó en marzo elDiario.es.

Ahora, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha advertido de que dejará de enviar armas a Israel si su Ejército entra en la localidad de Rafah y el jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin, ha informado de que el Gobierno de Estados Unidos está “revisando algunos envíos de asistencia de seguridad a corto plazo” destinados a Israel. 

¿Qué países suministran armamento a Israel?

EEUU es el principal proveedor de armas a Israel. Suministra aproximadamente el 68% de las armas que Israel adquiere en el extranjero. Alemania es otro importante proveedor y supone alrededor del 30%. Se cree que Reino Unido, Italia y Australia también venden armas a Israel, aunque Penny Wong, ministra australiana de Asuntos Exteriores, ha declarado que su país no ha suministrado armas a este país desde el comienzo del actual conflicto en Gaza.

En comparación con EEUU, Reino Unido es un proveedor de armas mucho menor, aunque se desconoce el valor total de sus exportaciones a Israel. En 2022, el Gobierno británico otorgó licencias para la exportación de armas por valor de 49 millones de euros, pero también concedió diez autorizaciones “abiertas” de valor ilimitado y no publica el valor de las exportaciones reales.

Más de 600 abogados, académicos y jueces jubilados han afirmado en un escrito que el suministro continuado de armas a Israel representa un incumplimiento del derecho internacional por parte de Reino Unido. Sin embargo, David Cameron, ministro de Asuntos Exteriores, declaró hace un mes que el Gobierno no suspenderá las exportaciones.

¿Por qué el suministro de armas de EEUU a Israel es tan polémico?

La magnitud de la ayuda militar estadounidense a Israel empequeñece las contribuciones de otros países. EEUU proporciona asistencia por valor de cerca de 3.500 millones de euros anuales, una cantidad que se ha mantenido estable durante la última década, a diferencia de la cantidad de ayuda concedida a otros aliados, que ha variado. Sin embargo, esta cifra por sí sola apenas explica la complejidad de la relación entre Washington y Tel Aviv.

Israel ha sido el mayor receptor de ayuda financiera estadounidense a un país extranjero desde la Segunda Guerra Mundial, recibiendo hasta 2023 una cantidad acumulada de 145.000 millones de euros, cifra ajustada a la inflación actual. En 2016, ambos países firmaron su tercer Memorando de Entendimiento de diez años sobre ayuda militar, por el que Washington se comprometió a proporcionar 35.000 millones de euros en ayuda hasta 2028, que incluyen 30.000 millones de euros de financiación militar exterior, más 4.600 millones de euros para defensa antimisiles.

En febrero, como reacción a los atentados de Hamás del 7 de octubre –a los que Israel respondió lanzando su ofensiva contra Gaza–, el Senado estadounidense aprobó un proyecto de ley por el que se destinaban 13.000 millones de euros a gastos suplementarios relacionados con Israel. El paquete fue aprobado en abril por la Cámara de Representantes, que casi dobló la cifra inicial hasta más de 26.000 millones de dólares (más de 24.000 millones de euros). Del total, 17.000 millones de dólares son para armas ofensivas y defensivas, repartidos en 4.000 millones para los sistemas de defensa antimisiles y 1.200 millones para otro sistema defensivo para abatir cohetes de corto alcance. Otros 4.400 millones de dólares se destinan a la reposición de artículos y servicios de defensa que ya fueron entregados a Israel, y 3.500 millones, a conseguir armas y otros artículos.

¿Qué obtiene Israel de su relación especial con EEUU?

La ayuda estadounidense ha permitido a Israel desarrollar su propia industria armamentística hasta el punto de que ahora es uno de los principales exportadores de armas del mundo. En 2019, el Ejército estadounidense compró equipamiento militar de fabricación israelí por valor de 1.381 millones de euros.

Las empresas israelíes han abierto filiales en EEUU, lo que ha llevado a que sistemas de armas desarrollados originalmente en Israel se fabriquen en suelo estadounidense. La creciente visibilidad de los fabricantes de armas israelíes en el país norteamericano ha llevado a un aumento de las asociaciones entre empresas de defensa de los dos países. En ocasiones, las empresas israelíes han llegado a acuerdos militares con su propio Gobierno financiados con ayuda militar estadounidense.

Otro beneficio que obtiene Tel Aviv es la “ventaja militar cualitativa”, un principio destinado a dar a Israel una ventaja armamentística permanente frente a sus vecinos. Este principio, que se remonta a la guerra de Yom Kippur de 1973, significa que cada vez que EEUU vende importantes sistemas de armas a otros países de Oriente Medio, también proporciona a Israel tecnología de “compensación”. Anteriormente, cuando Israel y un Estado árabe recibían la misma tecnología estadounidense, a Israel se le daba una versión más avanzada o la capacidad de mejorar el sistema estadounidense.

Esta relación entre ambos países a veces permite a Israel ser pionero en tecnología armamentística estadounidense. El país se convirtió en el primer operador internacional del caza de ataque F-35 construido en EEUU, encargando 50 modelos de lo que se considera el avión de combate tecnológicamente más sofisticado que se ha fabricado hasta ahora.

¿Incumple EEUU la ley al seguir suministrando armas a Israel durante la guerra de Gaza?

Los críticos afirman con rotundidad que sí, remitiéndose a la Sección 502 (B) de la Ley de Asistencia Exterior estadounidense, que prohíbe suministrar ayuda a gobiernos que cometan graves violaciones de los derechos humanos. La ley contiene una cláusula que permite al Congreso solicitar información sobre el país en cuestión, así como la posibilidad de poner fin a la ayuda en función de la información recibida. Sin embargo, según Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de la organización Democracia para el Mundo Árabe Ahora (DAWN), la ley nunca se ha aplicado porque depende de una decisión del presidente.

Por otra parte, la Ley Leahy, auspiciada por el exsenador demócrata por Vermont Patrick Leahy, contiene disposiciones similares. Prohíbe al Departamento de Estado o al Pentágono proporcionar financiación a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras que hayan cometido vulneraciones de los derechos humanos, con base en “información fidedigna”. Aunque la ley se ha aplicado en numerosas ocasiones con aliados de Washington, nunca con Israel –en parte, porque la magnitud de la ayuda militar enviada hace imposible investigar dónde va a parar–.

Además, el Gobierno de Biden es acusado de no cumplir su propia normativa, aprobada con el fin de castigar a los países que bloquean la ayuda humanitaria o utilizan las armas suministradas contra la población civil. Por ejemplo, en febrero de 2023, la Administración emitió una política sobre armas convencionales que establecía que EEUU no transferiría armas cuando se considerara probable que se utilizaran para cometer violaciones específicas. Entre ellas, figuran “infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 1949, incluidos los ataques dirigidos intencionadamente contra objetivos civiles o contra personas civiles protegidas como tales” y “otras violaciones graves del derecho internacional humanitario o de los derechos humanos”.

¿Por qué Biden no ha limitado o suspendido los envíos de armas a Israel hasta ahora?

Un argumento al que recurre Washington es el mensaje que esa medida podría enviar a Hizbulá, el grupo chií libanés respaldado por Irán, que cuenta con un enorme arsenal de misiles estacionados cerca de la frontera norte de Israel. El Gobierno de Biden ha insistido en que su prioridad es impedir que el conflicto actual se extienda por la región –desde Líbano a Siria, Irak e Irán–, un objetivo que, considera la Casa Blanca, implica el mantenimiento de la capacidad disuasoria de Israel. Ese mismo mensaje podría llegar a Teherán, archienemigo de Israel y de EEUU, frente a cuyas amenazas Biden reiteró su compromiso “férreo” con la seguridad israelí.

Además, la Casa Blanca teme que castigar a Netanyahu pueda empujarle hacia el bando republicano, en un año de elecciones presidenciales, lo que podría alejar a los votantes judíos proisraelíes del Partido Demócrata, después de que muchos votantes del disputado estado de Michigan amenazaron con dar la espalda a Biden por su cercanía a Israel en la invasión de Gaza que suma ya casi 35.000 muertos. En las primarias de ese estado, cerca del 13% de los demócratas eligieron la opción “sin compromiso” para no votar por Biden y demostrar así su rechazo “al apoyo y la financiación a la guerra del Gobierno de Israel en Gaza”.

Texto traducido por Emma Reverter y actualizado por elDiario.es