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The Guardian en español

Su madre no encontraba cita para vacunarse y este ingeniero creó el bot que ahora ayuda a miles de personas en Nueva York

Una persona es vacunada en Nueva York, EE.UU.

Miranda Bryant

Nueva York —
5 de marzo de 2021 22:15 h

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Cuando Huge Ma, de 31 años, descubrió lo complicado que era pedir una cita para la vacunación de su madre decidió desarrollar un bot que lo hiciera de forma automática. “Básicamente, había que tener abiertas tres pestañas del navegador, una por cada uno de los principales portales de vacunas del gobierno, y pasarse todo el día dándole a refrescar hasta conseguir la cita”, explica Ma, ingeniero informático de 31 años de Nueva York.

Con ganas de hacer algo que él mismo pudiera desarrollar para ayudar a los miles de neoyorquinos con problemas a la hora de conseguir una cita de vacunación, en enero decidió ponerse a trastear con la programación. Dos fines de semana después había desarrollado TurboVax, un bot que encuentra los horarios para citas disponibles en 53 centros de vacunación –distribuidos por la ciudad y el estado de Nueva York– y los publica tanto en Twitter como en su propio sitio web. Para ponerlo en marcha tan solo necesitó 50 dólares.

La página está recibiendo más de un millón de visitas diarias. Ma calcula que decenas de miles de personas han conseguido cita para vacunarse gracias al bot, que tiene más de 80.000 seguidores en Twitter. Al programador le han llegado innumerables mensajes de agradecimiento, así como peticiones de personas que quieren un TurboVax en su ciudad o en su estado.

“La respuesta ha sido abrumadora”, dice. “Ha habido mucha gratitud, cientos, miles de correos electrónicos de personas que han conseguido una cita a través de TurboVax, lo cual es sinceramente alucinante, y también aleccionador”.

Ma se sorprendió por la acogida de su creación. “Nunca habría imaginado que sería capaz de desarrollar algo con un impacto tan tangible en la vida de otras personas”.

Pero también ha significado mucha presión, sobre todo cuando es algo creado como un proyecto paralelo. Solo él se ocupa del servicio de TurboVax, en el tiempo libre que le deja su trabajo para Airbnb. El sitio web, armado con Google Docs, está resquebrajándose ante tanta demanda.

“Técnicamente lo que hice es una solución improvisada, la web no está construida como se supone que se construyen las páginas modernas”, dice Ma, que más allá de su trabajo es un gran fan del equipo de baloncesto New York Knicks, del club de fútbol londinense Tottenham y de la serie de televisión Bridgerton. “Son los atajos que tomamos para poner ahí fuera algo que pensamos que es útil”, asegura. “Creo que es una solución intermedia que yo volvería a adoptar”.

Iniciativas ciudadanas

TurboVax es una más de las muchas iniciativas ciudadanas surgidas para ayudar a los estadounidenses a navegar por el difícil proceso de programar una cita. En Nueva York también funciona el NYC Vaccine List, y en California, VaccinateCA.

De cara al futuro, Ma aún está pensando en cuales serán su próximos pasos. “Hay una gran necesidad de herramientas como esta, pero yo solo soy un programador que en su tiempo libre hizo un proyecto que se volvió viral”.

En medio del caos y de la incertidumbre de la campaña de vacunación, la cuenta de TurboVax en Twitter se ha convertido en un centro comunitario para los neoyorquinos que necesitan una cita de vacunación y para personas que intentan ayudarse unas a otras. También publica información de los tiempos de espera y noticias relacionadas con las vacunas, además de algunas relacionadas con los Knicks. La cuenta está llena de mensajes de agradecimiento, con historias personales y fotos de personas vacunándose.

“En el centro de vacunación de ayer, al menos tres de las siete personas que estaban conmigo en la sala de espera dijeron que estaban allí gracias a ti, gracias por ayudarnos a vacunarnos”, escribió un usuario de Twitter. “Una muestra enorme de por qué es grande Nueva York”, escribió otro.

Pero Ma, que creció en Queens y vive en Manhattan, también ha tenido que lidiar con mensajes de frustración, sobre todo cuando había pocas citas para vacunarse.

Contra el racismo

El servicio es gratis pero Ma pide a los usuarios que hagan una donación voluntaria a Welcome to Chinatown, una organización que apoya a los pequeños negocios de la zona y combate el racismo contra los estadounidenses de raíces asiáticas. Hasta ahora ha conseguido recaudar más de 53.000 dólares.

Durante el fin de semana, Ma suspendió temporalmente TurboVax en forma de protesta por los delitos de odio contra los estadounidenses de origen asiático. “Los delitos de odio contra los asiáticos están fuera de control. Estoy protestando porque temo por mis amigos y mi familia ”, tuiteó .

Según la Asian American Bar Association, el año pasado aumentaron los incidentes de odio y violencia contra los asiáticos en la ciudad de Nueva York. En las últimas semanas ha habido una oleada de ataques violentos contra los estadounidenses de este origen en todo Estados Unidos.

“Los estadounidenses de origen asiático siempre tienen que demostrar que son tan estadounidenses como los demás, y eso es una carga que llevamos en todas partes... Los ataques que de verdad se han disparado en los últimos meses, especialmente contra los ancianos y los negocios de origen asiático, son extremadamente desalentadores”, dice Ma.

“Mientras tenga esta plataforma, y como estadounidense de origen asiático, puedo hacer más de lo esperado y poner de relieve un grupo y un ambiente que tiene que cambiar”.

La campaña de vacunación en Nueva York y en todo el país está ahora mismo bajo un intenso escrutinio, ya que la tasa de estadounidenses blancos vacunados supera con creces a la de los estadounidenses negros y los hispanos.

Ma cree que TurboVax ayuda a “nivelar el campo de juego” en lo que respecta a la distribución de la vacuna, ya que facilita el proceso de averiguar en qué lugares están ofreciendo citas. A su vez, también dice que hacen falta mejores políticas del gobierno y una difusión mayor fuera de Internet.

“No todo el mundo tiene la posibilidad de sentarse frente a un ordenador y darle a refrescar todo el día”, dice. “Dicho esto, sé que ningún sistema es perfecto, TurboVax puede ayudar pero no puede resolver otras desigualdades que hay en el sistema”.

Gustavo Ajche, de 38 años, siempre está de un lado a otro con su bicicleta eléctrica repartiendo comida por un servicio móvil. Tras casi un mes intentándolo con las webs oficiales, la semana pasada consiguió una cita gracias a TurboVax y un par de días después se vacunó.

Aún así se encontró con obstáculos importantes. La única cita que le daban le quedaba tan lejos de casa que tuvo que gastarse 50 dólares en taxi.

Se queja de que circula mucha desinformación sobre vacunas. “Incluso cuando conseguí mi cita la gente me decía ''¿estás loco? ¿Por qué vas a hacerlo? No es seguro’”, dice Ajche, que también es el líder del grupo de repartidores Los Deliveristas Unidos. “Sé lo importante que es para mí vacunarme, no solo porque hago repartos sino porque trabajo como voluntario en el Proyecto de Justicia para los Trabajadores gestionando comedores públicos y estoy en contacto con muchas personas”.

Traducido por Francisco de Zárate.

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