Una joven española de 34 años ha sido expulsada de Reino Unido tras regresar de sus vacaciones de Navidad en Málaga pese a presentar a los agentes de fronteras un documento que le daba derecho a trabajar en el país.
La ciudadana española fue enviada de vuelta a nuestro país tras ser detenida en el aeropuerto de Luton el 26 de diciembre y después de ser advertida de que “estaba perdiendo el tiempo” si consideraba que la documentación que estaba mostrando del Home Office, el equivalente al Ministerio del Interior en Reino Unido, era válida.
Alistair Strathern, el diputado laborista que representa al distrito de Mid Bedfordshire, en las afueras de Londres, en la Cámara de los Comunes, ha señalado que está pidiendo explicaciones al Home Office sobre lo ocurrido.
“Viajé a casa porque mi hermana había tenido una hija y al regresar, cuatro días después, en el aeropuerto de Luton, en Londres, me llevaron a una sala de detención, me quitaron mis pertenencias y mi teléfono y me dijeron que esperara allí. Pasé allí toda la noche y a la mañana siguiente me subieron a un avión de vuelta a España”, explica María, cuyo nombre ha sido sustituido por The Guardian.
La expulsión que ha dejado en shock a María ilustra los riesgos a los que se enfrentan los ciudadanos de la Unión Europea cuya documentación para permanecer en el Reino Unido en el marco del acuerdo del Brexit no ha sido validada de forma definitiva.
El marido de la joven ha viajado también a España después de que los agentes de fronteras advirtieran a María de que no podrá regresar a Reino Unido en un mes.
“Tenía que regresar al trabajo, pero ahora mi vida ha saltado por los aires. Tengo todo en Reino Unido: mi perro, mis pertenencias, mi coche... Estaba trabajando como aprendiz de enfermería veterinaria, que era mi sueño. Si ahora intento volver tras la primera expulsión va a ser peor”.
Un trámite afectado por la pandemia
María, una diseñadora que estaba cambiando su carrera laboral hacia el trabajo con animales, había realizado una solicitud de residencia tardía en el marco del acuerdo sobre el Brexit en 2023 y vivía hasta diciembre con su marido y sus suegros en Bedfordshire.
Su solicitud fue rechazada en junio con el argumento de que no había ofrecido suficientes pruebas de su situación, pero ella había solicitado una revisión de esa decisión y contaba con un certificado de haber realizado esa solicitud (certificate of application, CoA) expedido por el Home Office. Ese certificado establece que su titular “puede trabajar en el Reino Unido hasta recibir la decisión sobre su petición en el marco del acuerdo con la UE”.
“Podría haberles dicho a los agentes de fronteras que era una turista, pero no lo soy y no tenía nada que esconder, así que les dije eso: estoy esperando a la respuesta a mi solicitud de revisión y, por tanto, sigo trabajando en Reino Unido”.
Ella explica que la agente que la interceptó, que casualmente es la misma que la dejó entrar a Reino Unido tras pararla y consultar a un compañero en agosto, le dijo en esta ocasión que su documentación no era válida.
“Me dijo que estaba 'perdiendo el tiempo' y que no era 'verdad' que pudiera seguir trabajando en Reino Unido. Yo le contesté que mis papeles decían eso y que tendría que haber algún agujero en el sistema si ahora me decía ella que eso no era verdad”.
María vivió en Reino Unido entre 2014 y 2018 y regresó recientemente al país después de un periodo en Sudáfrica donde su marido estaba estudiando el doctorado. Los confinamientos por la COVID impidieron que ambos pudieran regresar al país durante la pandemia.
Las normas establecen que, dadas las circunstancias, María puede realizar una petición tardía de sus permisos de trabajo y residencia en el marco del acuerdo del Brexit entre el Reino Unido y la UE, pero que debe demostrar que su desvinculación con el Reino Unido no fue tan larga como para invalidar los derechos que establece el pacto.
Los agentes de fronteras rechazaron su regreso a Reino Unido tras pasar la Navidad en España con el argumento de que “su petición en el marco del acuerdo entre la UE y Reino Unido ha sido rechazada” y que “no cuenta con el derecho a ser admitida” bajo protección del acuerdo que permitía permanecer a los ciudadanos europeos en el país tras el Brexit.
María, que está recibiendo consejo legal, rechaza esa versión y señala que el certificado que recibió tras solicitar una revisión de su caso establece con claridad que tiene derecho a trabajar en Reino Unido hasta recibir una respuesta definitiva.
El diputado laborista que está siguiendo el caso afirma que “es fundamental que para garantizar que las fronteras son seguras y que los ciudadanos puedan sentirse confiados en la labor de los agentes fronterizos que estos actúen conforme a la ley”. “Parece que en este caso no se ha cumplido la norma y hay una discrepancia que estoy dispuesto a llevar este asunto hasta el Home Office”.
Consultado por The Guardian, el Home Office asegura que el elemento en cuestión para quienes pretenden entrar en el país con un certificado de solicitud o CoA no es si tienen derecho a trabajar en el Reino Unido, sino si aportan suficientes pruebas de que tienen derecho a estar en el país según el acuerdo del Brexit con la UE.
Aquellos a quienes se les niega la entrada en Reino Unido “son susceptibles de ser detenidos a la espera de su salida del país”, aunque eso “no equivale a estar sujeto a una orden de deportación, que impediría el reingreso al Reino Unido”.
La prioridad número uno de la Fuerza Fronteriza es mantener nuestras fronteras seguras y nunca cederemos en esto“, explica un portavoz del Ministerio del Interior.
“Los agentes podrán detener a cualquier pasajero que llegue a Reino Unido para someterlo a examen con mayor detenimiento si no están inmediatamente satisfechos de que reúne los requisitos para entrar. Esta decisión se toma en base a la información que proporciona el pasajero, no a su nacionalidad”.