Un primer ministro israelí que ha recibido con los brazos abiertos a Donald Trump y adoptado el populismo de derechas de su manual de estilo y un grupo de jóvenes demócratas pasionales que no tienen miedo a preguntar a sus mayores ni a cuestionar el statu quo. Juntos, ambos elementos son explosivos.
Las declaraciones sobre Israel de la congresista demócrata Ilhan Omar han sido recibidas con fuerte polémica y han motivado la aprobación en la Cámara de Representantes de una resolución condenando el antisemitismo y otras formas de intolerancia. Las diferencias entre los congresistas obligaron a retrasar el voto hasta el jueves, pero finalmente recibió el apoyo de una inmensa mayoría de la Cámara (407-23).
El lenguaje de la resolución se amplió para incluir los prejuicios contra los musulmanes, según informó Associated Press, tras unas conversaciones mantenidas en Capitol Hill el martes y que se alargaron hasta la noche, una señal del delicado equilibrio para los demócratas en un asunto muy complejo que afecta a las políticas de identidad, al partidismo, a la geopolítica y a la división generacional.
Tanto demócratas y republicanos han expresado desde hace tiempo una sólida alianza con Israel. Líderes de ambos partidos a menudo participan en la conferencia anual del American Israel Public Affairs Committee (Aipac) en Washington, que se celebrará a finales de este mes.
La congresista Ilhan Omar y otros críticos sugieren que Aipac tiene demasiada influencia en la política estadounidense. En la conferencia del año pasado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunció un discurso beligerante y “aplaudió” el plan de Trump de salirse del acuerdo nuclear con Irán.
De hecho, Netanyahu y Trump tienen quizá la relación más cercana que nunca han tenido dos líderes de Israel y Estados Unidos. Y mucho en común. El fiscal general de Israel ha dicho que va a imputar a Netanyahu por tres cargos de corrupción. Mientras, Trump está bajo investigación por el Departamento de Justicia, los demócratas de la Cámara de Representantes y los fiscales federales del distrito sur de Nueva York. Los dos han reaccionado a la ofensiva y gritando “fake news!”. Ambos también están acusados de ponerse del lado de la extrema derecha a nivel interno y externo poniendo en peligro sus respectivas democracias.
Aunque no hay nada nuevo en la relación entre EEUU e Israel que haya aumentado el escrutinio por parte de la izquierda, es el momento político perfecto. Y coincide con una generación más joven mucho más dispuesta a desafiar la vieja ortodoxia de la política exterior. En el Congreso están personificados en los nuevos demócratas entre los que se encuentran Omar, Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib, que también es musulmana.
“Oponerse a Netanyahu y a la ocupación no es lo mismo que ser antisemita”, afirmó Omar, estadounidense de origen somalí que utiliza el hiyab. “Agradezco a los muchos aliados judíos que se han expresado y han dicho lo mismo”.
Pero Omar se ha disculpado por un tuit de 2012 en el que dijo que Israel había “hipnotizado” a Estados Unidos, y también por sugerir que el apoyo a Israel de algunos miembros del Congreso se debe a que reciben dinero para ello. Ambas afirmaciones fueron criticadas por emplear retórica antisemita, incluso por parte de algunos que no se guardan las críticas a Israel cuando la ocasión lo requiere.
Entonces vino un tercer incidente. Dirigiéndose a una audiencia progresista en un evento en Washington la semana pasada, Omar afirmó: “Quiero hablar de la influencia política en este país que dice que está bien que la gente presione por lealtad hacia un país extranjero”. De nuevo, indignación de ambos partidos. El demócrata Eliot Engel, presidente del Comité de Asuntos Exteriores, dijo que era una “calumnia antisemita infame”. Pero esta vez Omar se niega a pedir perdón.
Kerri Evelyn Harris, una antigua candidata demócrata progresista al Senado por Delaware en 2018, estaba en la audiencia mientras hablaba Omar. “Se emocionó mucho cuando le hicieron esa pregunta y su voz se rompió aguantando las lágrimas”, escribe Harris por mensaje de texto. “Los medios están sacando partes de su declaración en lo que yo creo que es un intento de dividir a la gente. Es una polémica que suma puntos y tanto el partido como el movimiento están permitiendo sembrar la discordia”, añade.
Algunos en la izquierda ven la fuerte reacción como una alianza entre republicanos y demócratas de centro y hablan del establishment de política exterior que ataca utilizando acusaciones de antisemitismo. Sugieren que hay un esfuerzo concertado para “destruir” a Omar ahora como advertencia a otros de su generación para que no se expresen en este sentido.
El congresista demócrata Juan Vargas, de California, tuiteó que Omar está perpetuando “estereotipos antisemitas dañinos” y añadió que “cuestionar el apoyo a la relación entre Israel y Estados Unidos es inaceptable”. Ocasio-Cortez reaccionó: “Muchos miembros demócratas han afirmado que la discusión y el debate en este asunto es justo y positivo ¿Se aleja esto de esa postura?”
Omar también ha recibido apoyo del senador Bernie Sanders, que ha anunciado su candidatura a la presidencia para las elecciones de 2020. “El antisemitismo es una ideología de odio peligrosa que debe ser rechazada en EEUU y todo el mundo. Sin embargo, no debemos equiparar el antisemitismo con críticas legítimas al gobierno conservador de Netanyahu en Israel”, afirmó.
Muchos judíos estadounidenses debaten sobre la relación entre Estados Unidos e Israel. Jill Jacobs, consejero delegado de T'ruah: The Rabbinic Call for Human Rights, señala: “Podemos cuestionar cualquier política exterior estadounidense. Podemos cuestionar China, Rusia y Arabia Saudí e Israel es un país miembro de la ONU sujeto a los mismos tratados y convenios internacionales. Sin embargo, desafortunadamente no es raro traspasar la línea del antisemitismo al criticar a Israel, y esto ocurre cuando se recurre a metáforas sobre el dinero o una conspiración internacional”.
“La congresista Omar utilizó un par de estereotipos, pero estamos muy centrados en sus comentarios y algunos están convirtiendo en arma esas declaraciones de una forma que hará daño a la comunidad judía”, añade.
Algunos observadores detectan hipocresía, sugiriendo que se está señalando a Omar de forma desproporcionada porque es una mujer musulmana y demócrata. Después de que supremacistas blancos marchasen por las calles de Charlottesville, Virginia, cantando 'los judíos no nos sustituirán' en 2017, Trump afirmó: “Había muy buena gente en ambos lados”. Kevin McCarthy, el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, publicó un tuit –posteriormente eliminado– antes de las elecciones legislativas del año pasado que advertía de tres destacados donantes demócratas judíos que estaban intentando “comprar” las elecciones.
Charles Chamberlain, presidente de Democracy for America, un comité de acción política progresista, afirma que mientras los demócratas se oponen al antisemitismo, “cualquiera que preste atención sabe que el objetivo de esta resolución no es responsabilizar a los republicanos por las innumerables veces que se quedaron callados cuando el presidente blanqueó a los neonazis, sino para decir a una congresista recién elegida, negra, musulmana y refugiada que se siente y cierre la boca”.
Los líderes demócratas en el Congreso, añade, están haciendo el juego “directamente a las fuerzas conservadoras en Estados Unidos y el extranjero, buscando dividir a los demócratas e ignorando cuestiones esenciales sobre la política exterior estadounidense”.
Omar se ha enfrentado a duras críticas. Un póster contra los musulmanes fuera del Congreso de Virginia Occidental vinculaba falsamente a la congresista con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Haroon Moghul, investigador en relaciones judeomusulmanas en el Shalom Hartman Institute of North America, señala: “No es solo un doble estándar con el antisemitismo, sino que todavía no he escuchado a los republicanos proponer una resolución condenando la islamofobia ¿Por qué hablar de una forma de intolerancia y no de otra?”.
Pero Moghul también dijo que exigía más a Omar. “Mi decepción general es que en lugar de decirnos a favor de lo que está, nos está diciendo contra lo que está”.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti