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The Guardian en español

Trump y su gobierno se ahorrarán decenas de millones de dólares con su reforma fiscal

El presidente Donald Trump en una rueda de prensa celebrada el 11 de enero de 2017 en la Trump Tower de Nueva York.

David Smith

Nueva York —

La notable bajada de impuestos de los republicanos beneficiará a lo grande a Donald Trump y a seis miembros de su equipo más cercano. Según una reciente investigación Trump se ahorrará anualmente hasta 15 millones de dólares.

El presidente de Estados Unidos consiguió su primera gran victoria legislativa el miércoles con la ley de los 1,5 billones de dólares –cantidad en la que se espera que aumenté el déficit presupuestario tras su aprobación–. Se trata de la reforma fiscal de mayor envergadura de los últimos treinta años. Recorta los impuestos a las empresas y a las mayores fortunas y supone el golpe más duro hasta la fecha para el Obamacare.

Según un análisis de un destacado thinktank de Washington, el Center for American Progress (CAP en sus siglas en inglés), esta reforma supone para Trump un ahorro anual de entre 11 y 15 millones de dólares, mientras que una reforma del impuestos sobre bienes inmuebles, concretamente sobre la transmisión de los bienes inmuebles tras el fallecimiento del titular de los mismos, podría suponer para los herederos del presidente un ahorro de 4,5 millones de dólares.

En virtud de la ley vigente, los primeros 11,2 millones de dólares del valor del patrimonio inmobiliario de una pareja quedan exentos de impuestos en el legado o herencia, mientras que a partir de esta cantidad los herederos tienen que pagar un 40%. Con la reforma, quedarán exentos 22,4 millones de dólares.

Junto con Trump, la reforma también beneficiará a Wilbur Ross, el Secretario de Comercio; Linda McMahon, responsable de la Administración de la Pequeña Empresa; Betsy DeVos, Secretaria de Educación; Steven Mnuchin, Secretario del Tesoro; y Rex Tillerson, el Secretario de Estado. Con la reforma del impuesto sobre transmisiones inmobiliarias todos ellos se podrían ahorrar hasta 4,5 millones de dólares, según el CAP.

Más del 90% de las empresas de Estados Unidos son “negocios de flujo directo”, lo que significa que los ingresos pasan directamente a la renta de las personas físicas de los propietarios, por lo que no es necesario hacer una declaración separada para un impuesto de sociedades. Con la reforma, la tasa máxima para los negocios de flujo directo se pasará del 39,6% actual al 29,6%.

El CAP ha calculado un recorte de impuestos de entre 11 y 15 millones de dólares para Trump (en base a una estimación sobre los 150 millones de dólares de ingresos declarados a través de negocios de flujo directo y sobre los 109 millones de ingresos por inmuebles o ingresos directos de su declaración de 2005). En el caso de Jared Kushner, yerno y asesor de Trump, el ahorro fiscal sería de entre 5 y 12 millones de dólares. La Secretaria de Educación, Betsy DeVos, se ahorraría unos 2,7 millones de dólares anuales.

Una reforma para los ricos

El CAP indica que el proyecto de ley que aprobó el Senado tiene una salvaguarda que impide a los negocios con pocos empleados beneficiarse íntegramente de la deducción. Sin embargo, en el último momento se agregó una cláusula concreta que beneficia especialmente a las empresas inmobiliarias.

El elemento de esta reforma fiscal que más beneficia a los ricos es la reducción del impuesto de sociedades. También en este caso el equipo de Trump saca tajada de esta medida, ya que participa significativamente en el capital social de empresas. El CAP no ha intentado calcular cuánto dinero se ahorrarán Trump y su círculo en impuestos ya que se trata de una estimación difícil sin tener la información de las empresas.

El miércoles los republicanos estaban exultantes y celebraron la victoria en la Casa Blanca, ya que consideran que se trata de un día histórico. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, elogió “el liderazgo exquisito de Trump como presidente”. Sin embargo, es probable que en los próximos meses y años les persigan análisis como el elaborado por el CAP.

Seth Hanlon, un experto del thinktank, ha señalado que cree “que los estadounidenses, con independencia de que se beneficien o no con esta reforma fiscal, están indignados con el presidente Trump, con su equipo y con los congresistas que esperan sacar tajada con este proyecto de ley. El cambio de último momento de la cláusula que permite que las empresas inmobiliarias se beneficien de deducciones hace evidente que buscan su propio beneficio”.

Además, ha subrayado que “Trump prometió hacer públicas sus declaraciones de impuestos, como han hecho todos los presidentes de Estados Unidos desde los años setenta, pero no ha cumplido su promesa. El Congreso puede obtener y divulgar las declaraciones de impuestos de Trump pero el hecho de que tenga una mayoría republicana lo ha impedido.

“A pesar de no disponer de esta información, es evidente que la reforma fiscal beneficia a Trump y también blinda ciertos vacíos legales, como el que permite que los campos de golf de Trump se beneficien de deducciones fiscales. Esta es solo una muestra de la corrupción que se esconde detrás de este proyecto de ley”.

A pesar de que la Casa Blanca había prometido que la reforma fiscal se centraría en la clase media, el Pax Policy Center, un thinktank no partidista con sede en Washington, estima que el año que viene los hogares de clase media de Estados Unidos se ahorrarán unos 900 dólares, mientras que el 1% más rico del país disfrutará de unos recortes en torno a los 51.000 dólares.

TJ Helmstetter, responsable de comunicación de Americans For Tax Fairness (los estadounidenses a favor de la justicia fiscal) ha indicado que “esto no es una reforma fiscal sino más bien una apropiación de dinero por parte de los más ricos, entre ellos los congresistas y miembros del equipo de Trump, que son multimillonarios. Al fin y al cabo, el 80% de los recortes fiscales irá al 1% más rico del país. Y todo esto lo pagarán la clase media y las familias que luchan por sobrevivir”.

Traducido por Emma Reverter

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