ENTREVISTA Politólogo

Thomas Biebricher: “El conservadurismo moderado se ha agotado porque ya no se sabe muy bien lo que defiende”

Aldo Mas / Berlín

5 de abril de 2024 22:20 h

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A falta de menos de tres meses para que se celebren las elecciones al Parlamento Europeo, el politólogo alemán y profesor en la Universidad de Frácfort Thomas Biebricher (Heilbronn, 1974) llama a hacerse a la idea de que el 'viejo continente' está a punto de girar a la derecha. Las encuestas apuntan a que el Partido Popular Europeo (PPE) puede salir victorioso en la cita de junio, pero Biebricher no se deja llevar por las apariencias. Cuando mira a la cara a los partidos conservadores, de centroderecha y ultraderecha de la Unión Europea (UE), él ve inestabilidad.

El experto sostiene que los partidos que antes eran los mayoritarios del mundo conservador, como la Unión Demócrata Cristiana (CDU) alemana, están “en crisis”. Su último libro es un detallado análisis sobre esa “crisis internacional del conservadurismo”, que ha llevado al subtítulo del volumen Mitte/Rechts, una expresión que juega con los conceptos de “centro” y “derecha”. Según su análisis, los partidos de centroderecha ya no pueden gobernar por sí solos sin el apoyo o la abstención de formaciones más extremistas.

“Lo que ha pasado con los partidos conservadores es que ya no son lo suficientemente fuertes para llegar al poder por sus propios medios. Y por eso están en una situación que les lleva a estar abiertos a ese tipo de cooperaciones políticas”, dice en una entrevista con elDiario.es.

Su tesis es que el conservadurismo se encuentra “agotado”. ¿A qué se refiere?

Ese diagnóstico lo hago refiriéndome a Alemania. La crisis del conservadurismo, en realidad, tiene que ver con algo más que el agotamiento. También hay otros elementos a considerar, como la radicalización. Pero, en Alemania, mi principal diagnóstico es que el conservadurismo moderado, la democracia cristiana, se ha agotado porque ya no se sabe muy bien lo que defiende. En términos de contenidos políticos, se ha formado en ella un vacío interno. Esto me parecía especialmente claro en 2020 y 2021. Pero, a nivel general, fuera de Alemania, lo que se puede constatar es que los partidos conservadores moderados están perdiendo el aliento. Por eso reciben menos votos que antes.

Por otro lado, en estos partidos se percibe tendencias hacia la radicalización, al menos en partidos que se alejan del centro y van políticamente hacia la derecha. Además, hay apertura en los partidos conservadores a trabajar con otros partidos que están más a la derecha. Esto se ve en España también, con las alianzas del Partido Popular con Vox. Pero hay muchos otros casos fuera de España. Por ejemplo, en Austria hubo hasta no hace mucho una coalición del Partido Popular Austriaco (ÖVP) con el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) o, en Suecia, donde hay un gobierno conservador en minoría tolerado por los Demócratas Suecos.

En esa crisis internacional del conservadurismo de la que habla, ¿los partidos conservadores tienen que compartir el poder con partidos de ultraderecha?

Exacto. Aunque también puede pasar lo mismo que en Francia, donde el partido conservador tradicional, Los Republicanos, juega ahora un papel político pequeño. Allí está claro que el dominio del centroderecha y de la derecha están en manos de Agrupación Nacional. En Italia es parecido. Forza Italia también ha pasado a jugar un papel superficial. Lo que ha pasado con los partidos conservadores es que ya no son lo suficientemente fuertes para llegar al poder por sus propios medios. Y por eso están en una situación que les lleva a estar abiertos a ese tipo de cooperaciones políticas que citaba antes. El caso de Portugal también es interesante: el partido conservador rechaza colaborar con la extrema derecha. Alemania es un caso similar. Por lo menos, a nivel federal se repite eso de que no habrá colaboración entre la CDU y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) con Alternativa para Alemania (AfD).

Los partidos conservadores moderados están perdiendo el aliento, por eso reciben menos votos que antes

A falta de tres meses para las elecciones europeas, ¿cómo ve los pronósticos que sitúan a las fuerzas conservadoras como ganadoras?

Me parece que lo que va a pasar es lo que indican las encuestas. Es decir, habrá un giro a la derecha. Los partidos que más van a ganar son los partidos de la familia política que se conoce como el grupo parlamentario de Identidad y Democracia, situado muy a la derecha, y luego los partidos del grupo parlamentario de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). Los partidos del centro van a perder. Será interesante ver si habrá un trabajo formal entre el Partido Popular Europeo (PPE) y, por ejemplo, los conservadores y reformistas. Se sabe que Manfred Weber [líder del PPE] mantiene contactos estrechos con Giorgia Meloni [cuyo partido Hermanos de Italia integra el ECR], mientras que Meloni mantiene una buena relación con Ursula von der Leyen. Se piensa incluso que Webber quiere meter a los Hermanos de Italia en el PPE. Pero si eso no pasa, se tratará de construir mayoría entre PPE y el ECR, y dejar así la informal 'gran coalición' entre PPE y los socialdemócratas del Parlamento Europeo.

En los partidos europeos escorados a la derecha hay diferencias. Marine Le Pen, de Agrupación Nacional, se ha distanciado de AfD tras la ola de manifestaciones en contra del partido de ultraderecha alemán. ¿Qué lectura hace?

Es interesante, porque en AfD incluso se han planteado la permanencia de Alemania en la UE. Estas posiciones las han representado muchos partidos situados a la derecha de la derecha, como el partido de Le Pen, la propia Meloni o Matteo Salvini en Italia. Pero hace tiempo que estos partidos descartaron esa idea de salir de la UE. Ahora, estos partidos quieren, más bien, reorientar la Unión Europea, hacer de ella un proyecto político de derechas. Me refiero a hacer esa “fortaleza europea” con robustas políticas contra la inmigración o defender Europa como parte del Occidente cristiano. En vista de lo que puede pasar en las próximas elecciones europeas, puede ser que ese sea el proyecto que siga Europa.

¿No es una paradoja apuntar a una crisis de los conservadores, o a una situación de “agotamiento”, y que acaben siendo la principal familia política tras las elecciones europeas? ¿Se explica un horizonte de victoria electoral conservadora por la crisis aún mayor que atraviesa la izquierda?

A su segunda pregunta le diré: absolutamente. Los partidos de izquierda están en una situación aún más complicada. En las elecciones europeas, el PPE va a perder escaños respecto a la anterior cita con las urnas. Yo entiendo que será el más votado en las elecciones europeas, pero también hay que ver que al PPE también le falta algo el aliento. Los populares europeos no deberían estar tranquilos en la campaña.

Los partidos a la derecha de la derecha descartaron salir de la UE, quieren, más bien, hacer de ella un proyecto político de derechas

¿Es la CDU una excepción en Europa, ya que sigue siendo un partido fuerte en los sondeos en comparación con su rival tradicional, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD)?

Ya no quedan muchos partidos comparables a la CDU. Los democristianos sí pueden ser estables aún en Grecia o en Portugal, pero algo comparable a la CDU es difícil de encontrar en Europa. La estabilidad de la CDU en las encuestas también se explica por lo extraordinariamente impopular que es la coalición del Gobierno alemán. Y en esta situación siempre suelen beneficiarse los partidos de la oposición. Es más, ante un Gobierno tan impopular como es el actual en Alemania, la CDU debería estar en las encuestas por encima del 30% de intención de voto que se le atribuye actualmente. En realidad, la CDU no ha conseguido resolver esa situación de vacío de contenidos que mencionaba antes. Sigue sin encontrarse ideológicamente.

La CDU está en un momento de crisis de identidad. Está tratando de superar esta crisis, aprobando como han hecho un nuevo programa político básico. Con ese documento, dicen que están muy contentos, pero no sé si eso es algo que solo se comunica hacia fuera. Yo sigo viendo problemas en la CDU a la hora de adoptar posiciones políticas. Sigue siendo un partido muy poco claro políticamente, en mi opinión. El liderazgo en las encuestas o el poder en muchos estados federales no hacen que el partido sea estable. De hecho, el próximo mes de septiembre tenemos elecciones en tres länder del este y se ve una victoria de AfD, no de la CDU. Puede que entonces se plantee una cooperación entre ambos partidos, lo que sería una catástrofe para la CDU a nivel federal.

Y el hecho de que la CDU sea incapaz de aprovecharse del mal momento del Gobierno alemán, ¿no es otro síntoma de la crisis del conservadurismo alemán?

Sí. La CDU no ha sido capaz de presentarse como una alternativa constructiva al Gobierno. Ha tratado, sobre todo, de trabajar contra el Ejecutivo y contra Los Verdes, a los que ha convertido en su principal enemigo, cayendo así del lado de AfD. Así, la CDU ha perdido la capacidad de presentarse como un partido que puede tomar las riendas del Gobierno. Claro, en la oposición siempre se debe criticar al Gobierno, pero, en el tono y la retórica, la CDU se ha estado pareciendo mucho a AfD. Y de esto no se aprovecha la CDU, sino AfD.

En el tono y la retórica, la CDU se ha estado pareciendo mucho a AfD, y de esto no se aprovecha la CDU, sino AfD"

Habla de una situación política precaria en la CDU. ¿Es un síntoma de ello la escisión que ha sufrido, de la que ha nacido el partido Werte Union [Unión de Valores]?

No es nuevo crear un partido que se encuentre entre la CDU y AfD, para gente que no está satisfecha con la CDU por haberse 'socialdemocratizado' durante los años de Angela Merkel en el poder y que piensa que AfD es demasiado radical. Ya hubo partidos así, como Alianza Alemania, que no ha tenido gran éxito. A la Unión de Valores le pasará lo mismo. No veo que a nivel nacional puedan tener un papel relevante, salvo, eventualmente, en alguna elección regional. Un partido así puede funcionar más bien como una correa de transmisión. Es para gente que va de la CDU hacia AfD, pasando primero por la Unión de Valores.