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El Tribunal de Cuentas de la UE alerta de una falta de estrategia a largo plazo para el gasto en defensa

La política de seguridad y de defensa es una de las cuestiones pendientes de la UE, que está subordinada a la OTAN. Pero no solo desde el punto de vista estratégico. El problema del club de los 27 también existe desde el punto de vista financiero, según ha detectado el Tribunal de Cuentas de la UE, que apunta a que la Comisión Europea aún no ha establecido una política a largo plazo que acompañe al gasto en defensa. 

Los auditores de la UE han analizado los incipientes pasos que dieron los 27 para financiar la política común de seguridad y defensa. Fue antes de que la guerra en Ucrania forzara a los aliados europeos a buscar fórmulas imaginativas con las que financiar la compra de armamento, una cuestión que no estaba prevista en los tratados. La UE comenzó a enviar armas a Volodímir Zelenkis a través del denominado Fondo Europeo para la Paz y ahora ha diseñado un mecanismo para que los estados miembros le manden la munición que tienen en los arsenales y se realicen compras conjuntas a través de la Agencia Europa de la Defensa. 

Pero la preparación de la política de seguridad y defensa comenzó antes. El primer paso fue el establecimiento de una Acción Preparatoria con un importe de 90 millones de euros para “poner a prueba el valor añadido del presupuesto de la UE de apoyo a la investigación en defensa, con el objetivo de allanar el camino hacia un programa europeo de investigación en defensa”, según recoge el informe publicado este miércoles. 

Pero las conclusiones de ese plan no cumplieron con su objetivo puesto que la Comisión Europea se anticipó al destinar 500 millones entre 2019 y 2020 a proyectos industriales de defensa. “Los proyectos financiados a través de esta acción preparatoria sufrieron limitaciones temporales, y los resultados no llegaron a tiempo para preparar el lanzamiento del Fondo Europeo de Defensa”, señalan los auditores, que explican que algunos de los proyectos se solaparon o incluso no habían comenzado cuando nació el Fondo Europeo de Defensa. Solo dos habían acabado. 

El Fondo Europeo de Defensa estaba pensando como catalizador de los proyectos de defensa conjunta. Su dotación es de unos 8.000 millones de euros en el periodo 2021-2027 (2.652 destinados a investigación y 5.302, a desarrollo). “La puesta en marcha del Fondo Europeo de Defensa supone un cambio radical en el volumen de financiación de la UE destinada a investigación y desarrollo en defensa. Sin embargo, también hay que ponerlo en perspectiva, por ejemplo comparando su presupuesto con el gasto militar en todo el mundo o con el gasto en investigación y desarrollo en defensa de los países que invierten mucho en ello”, explican los auditores de la UE: “El presupuesto de la Acción Preparatoria, de 90 millones de euros, y el del Fondo Europeo de Defensa, de 7.953 millones de euros, son relativamente menores si se comparan con los presupuestos de defensa y con los de investigación y desarrollo en materia de defensa de los Estados miembros de la UE y de los grandes actores mundiales”. 

Pero, más allá de las dudas respecto a la cantidad aportada, lo que enfatiza el Tribunal de Cuentas es que la UE no tiene una estrategia conjunta para ese gasto en defensa. Por ello, concluyen que la Comisión Europea debería diseñar el plan a largo plazo orientado a incrementar la tecnología y reforzar la base industrial en ese sector, aunque este vaya actualizándose en función de las amenazas a la seguridad.

“La acción preparatoria brindó a la UE la oportunidad de probar las distintas opciones para financiar la investigación en defensa, pero los retrasos y los pobres resultados limitaron las lecciones extraídas que podrían aplicarse a su gran sucesor, el Fondo Europeo de Defensa”, zanja el auditor que responsable del informe, Viorel Stefan: La Comisión debe cooperar con los Estados miembros para desarrollar una estrategia a largo plazo, la cual es fundamental para el futuro del fondo como fuente principal de financiación de defensa de la UE“.