Trump presenta su “acuerdo del siglo” para Oriente Medio escoltado por Netanyahu y con el rechazo palestino
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha presentado este martes su “plan de paz” para Oriente Medio, o como él lo ha bautizado, “el acuerdo del siglo”, más de dos años después de que sus asesores empezaran a redactarlo. El anuncio ha estado guiado por cálculos electorales en Israel y en EEUU y la propuesta está abocada a chocar con el rechazo frontal de los palestinos.
“Hoy Israel da un gran paso hacia la paz”, ha dicho durante la rueda de prensa el presidente, que ha presentado el plan sin ninguna pretensión de imparcialidad: al lado del primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu y en ausencia de líderes palestinos, que han rechazado la mediación de Trump.
Asimismo, ha asegurado que el plan “es el más detallado que jamás nunca se ha hecho”. “Ambas partes salen ganando”, ha indicado, antes de defender que “Jerusalén será la capital indivisible [de Israel], importante: indivisible”. “Esto no es importante, porque ya lo hice para ustedes”, ha dicho a continuación en referencia al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel en 2017, cuando ordenó trasladar a esta ciudad la embajada estadounidense, hasta entonces ubicada en Tel Aviv.
No obstante, a pesar de que su propuesta contempla establecer Jerusalén como la capital “indivisible” de Israel, Trump también ha hablado de una potencial capital palestina en las secciones orientales de la ciudad. Su propuesta deja claro que Jerusalén “seguirá siendo la capital soberana del Estado de Israel, y debe seguir siendo una ciudad sin divisiones” mientras sitúa la posible capital palestina “en todas las zonas al este y al norte” del muro de separación ya existente, incluidas Kafr Aqab, la parte oriental de Shuafat y Abu Dis (a las afueras). El documento sugiere a los palestinos que llamen a estas zonas Al Quds, el nombre árabe histórico de Jerusalén.
El mandatario estadounidense ha descrito su plan como una “solución realista de dos Estados”, Israel y Palestina. Es decir, promete a los palestinos la potencial creación de un “estado” potencial, pero con severas restricciones.
El documento desarrolla lo que el presidente entiende por “solución realista”. “Una solución realista daría a los palestinos todo el poder de gobernarse a sí mismos pero no el poder de amenazar a Israel. Esto implica necesariamente las limitaciones de ciertos poderes soberanos en las zonas palestinas (en adelante, el 'Estado palestino'), como el mantenimiento de la responsabilidad de Israel en materia de seguridad y el control israelí del espacio aéreo al oeste del río Jordán”, explica el texto, difundido por la Casa Blanca.
“Trabajaremos para crear un territorio continuo como parte del futuro estado palestino cuando se cumplan las condiciones para la creación de un Estado, incluyendo el firme rechazo al terrorismo”, ha afirmado Trump durante la rueda de prensa. “Les pedimos una coexistencia pacífica”, ha enfatizado.
Durante décadas, la solución de los dos Estados ha sido mantenida por la comunidad internacional como el único acuerdo realista para acabar con el conflicto. Su base es la división en dos Estados, Israel y Palestina, viviendo pacíficamente uno al lado del otro.
Repaldo a asentamientos y la anexión del Valle del Jordán
Trump también ha manifestado que el plan contempla que el territorio palestino “sea de más del doble que ahora”. Sin embargo, el documento deja los asentamientos israelíes en territorios palestinos ocupados bajo control israelí. “Ningún palestino o israelí será expulsado de sus hogares”, ha dicho.
La copia distribuida por la Casa Blanca reza que “el Estado de Israel” no tendrá que “eliminar ningún asentamiento e incorporará la gran mayoría de los asentamientos israelíes en el territorio israelí contiguo”. “Los enclaves israelíes situados dentro de territorio palestino contiguo pasará a formar parte del Estado de Israel y se conectará a él mediante una efectiva sistema de transporte”, agrega.
El plan incluye un respaldo a la anexión por parte de Israel del Valle del Jordán, que constituye alrededor del 30% del territorio de Cisjordania. “Esto nos dará una frontera oriental permanente para defendernos”, ha apuntado Netanyahu durante la presentación en la Casa Blanca. La anexión de este territorio es una de las promesas electorales de Netanyahu, y la idea ha sido calificada por la ONU de “devastadora” para la paz y contraria a la ley internacional.
El primer ministro israelí ha calificado este martes como un “día histórico” y ha agradecido a Trump que haya sido el primer presidente en “reconocer la soberanía de Israel sobre Judea y Samaria (Cisjordania), el Valle del Jordán y otras áreas estratégicas”. Netanyahu también se ha referido a los refugiados palestinos, asegurando que el “problema debe ser resuelto fuera del Estado de Israel”, descartando así el llamado “derecho al retorno”. Los más de cinco millones de refugiados palestinos que viven entre Líbano, Siria, Jordania, Cisjordania y Gaza llevan desde décadas reclamando el derecho a regresar a los hogares de los que fueron expulsados.
Después de la rueda de prensa, Trump ha publicado en su cuenta de Twitter un mapa que reserva a Israel el Valle del Jordán y concedería a los palestinos un Estado fragmentado y contenido por completo dentro de Israel, sin ninguna frontera con otro país.
El mandatario estadounidense ha defendido que ha “hecho mucho por Israel: mover la embajada, reconocer los Altos del Golán y probablemente lo más importante, salir del acuerdo nuclear con Irán. Tendré que hacer mucho por los palestinos o no sería justo, no os riáis”, ha afirmado.“Ha sido un largo y arduo proceso, el domingo se lo hice llegar a Netanyahu, una paz para Israel y palestinos, diferente de las anteriores propuestas. Los palestinos requieren una oportunidad para desarrollar su potencial”. Y ha dado un plazo de cuatro años a los palestinos para comprometerse con su iniciativa.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, ha mantenido, antes de la presentación del acuerdo, una conversación telefónica con Ismail Haniyeh, jefe de Hamás, para “confrontar” el 'plan de paz' anunciado por Donald Trump. Abbas ha defendido que “la unidad es la piedra angular para confrontar y derrocar el acuerdo que apunta a eliminar los derechos legítimos” de los palestinos. Los líderes de todas las facciones palestinas, incluida Hamás, se han reunido en Ramala, sede del Gobierno palestino, al tiempo que el plan era presentado en Washington, para definir una respuesta común.
El liderazgo palestino no tiene contacto con EEUU desde que Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel en 2017. Abás advirtió la semana pasada a Israel y EEUU de “que no crucen líneas rojas”, y adelantó que, si el plan le resulta inaceptable, anunciará varios “pasos para salvaguardar” sus “derechos legítimos”.
Cálculos electorales
La fecha elegida para presentar el documento -cinco semanas antes de las terceras elecciones israelíes en menos de un año y nueve meses antes de las estadounidenses- así como el formato para el anuncio, con Netanyahu junto a Trump, dejan entrever las razones electorales que han llevado a la Casa Blanca a revelar ahora su proyecto, tras años de aplazamientos.
“El acuerdo del siglo es la oportunidad del siglo, y no la vamos a dejar pasar”, había proclamado un sonriente Netanyahu este lunes al comienzo de su encuentro con Trump, al que definió como “el mejor amigo que ha tenido Israel en la Casa Blanca”. El presidente estadounidense también trasladó la propuesta a su principal rival en las elecciones israelíes del 2 de marzo, el líder centrista Beny Gantz, que se reunió con él por separado en el Despacho Oval.
El yerno de Trump y asesor presidencial Jared Kushner y el embajador estadounidense en Israel, David Friedman -que elaboraron el plan junto al ya exenviado de la Casa Blanca para Oriente Medio, Jason Greenblatt-, hicieron un primer amago de presentarlo hace dos años, pero acabaron aplazándolo una y otra vez.
El equipo aseguró que quería esperar a contar con un Gobierno estable en Israel, pero mientras crecía la inestabilidad política en ese país, Trump siguió haciendo regalos políticos a Netanyahu, como su reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán.
Muchos analistas creen, por tanto, que el plan no busca desatar una negociación seria entre Israel y los palestinos, sino reforzar a la derecha en Israel en un momento difícil para Netanyahu, al tiempo que Trump queda bien con su base de votantes cristianos evangélicos blancos, claves en las elecciones de noviembre en EEUU.
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