La central nuclear de Zaporiyia ha quedado de nuevo conectada con la red eléctrica de Ucrania, un día después de su interrupción total por el incendio registrado en un pozo de cenizas de esa planta, tal y como ha informado la empresa ucraniana Energoatom.
La compañía ha señalado que se han subsanado los problemas derivados de ese incendio. La desconexión se produjo al resultar afectada la última línea en servicio, mientras que las otras tras tres líneas habían sido dañadas anteriormente por ataques que la empresa calificó de “terroristas” por parte de las tropas rusas, que controlan la planta.
La situación de la central nuclear, la mayor de Europa, ha generado gran preocupación por el peligro de que la confrontación entre Rusia y Ucrania termine llevando a un incidente atómico de consecuencias impredecibles.
De hecho, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) está a la espera de que se pueda materializar una visita de sus expertos a las instalaciones. Su director general, Rafael Grossi, señala en una entrevista al diario francés Le Monde que, aunque “no hay que ser alarmista”, tampoco se puede banalizar “una situación que no lo es”. “La instalación funciona, pero con dificultades, de forma que en las circunstancias actuales no se puede excluir el escenario de un accidente”, ha precisado.
Informa EFE.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, emplazó a la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) a que llegue “lo antes posible” a la central nuclear de Zaporiyia para evitar nuevos riesgos como los pasados estos días.
“La situación sigue siendo muy arriesgada y peligrosa. Cualquier repetición de los eventos de ayer, es decir, cualquier desconexión de la planta de la red, cualquier acción por parte de Rusia que podría desencadenar el cierre de los reactores, pondrá nuevamente a la planta a un paso del desastre”, ha afirmado Zelenski en su habitual discurso nocturno.
El presidente ucraniano ha subrayado que los científicos nucleares de su país han logrado proteger la planta de energía nuclear de Zaporiyia “del peor de los casos, que constantemente está siendo provocado por las fuerzas rusas”.
Informa: Efe.
La aerolínea rusa por excelencia, Aeroflot, ha anunciado este viernes la compra de 323 aviones de fabricación rusa para renovar su flota ante la imposibilidad de adquirir aparatos y piezas de repuesto occidentales debido a las sanciones impuestas por la campaña militar en Ucrania.
“Es un número considerable que nos obliga a conseguir recursos adicionales”, ha dicho Serguéi Alexandrovski, el nuevo director general de la compañía estatal, en una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin.
La compañía estatal comprará 210 Irkut MC-21, aunque con motores rusos, que no será ensamblados hasta 2024 o 2025, además de 73 Sukhói Superjet y 40 Tu-214, ha precisado.
Aeroflot, que no puede volar a los países occidentales desde que Rusia decidió invadir Ucrania en febrero, cuenta ahora con 183 aviones, de ellos todos Boeing y Airbus, con la excepción de cinco Superjet.
Informa EFE.
El alto representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ha asegurado que la situación en la central nuclear de Zaporiyia sigue siendo “extremadamente preocupante” y ha instado a Rusia a dejar que los expertos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) -que forma parte de Naciones Unidas- puedan visitar la planta.
“Rusia debe garantizar la reparación sin obstáculos de las líneas eléctricas dañadas y la reconexión total (de la central) a la red eléctrica de Ucrania”, ha indicado Borrell en su cuenta de Twitter. “Debe permitirse finalmente que expertos de la OIEA visiten las instalaciones”, ha añadido.
La central ha vuelto a conectarse este viernes con la red de electricidad de Ucrania, tras casi 24 horas de interrupción total por el incendio registrado ayer en un pozo de cenizas de esa planta, que está ocupada por las tropas rusas.
La situación de Zaporiyia, la mayor central nuclear de Europa, ha generado gran preocupación por el peligro de que la confrontación entre Rusia y Ucrania termine llevando a un incidente atómico impredecible.
Unos 200 paracaidistas rusos han muerto en un ataque de las tropas ucranianas a una base militar rusa en la ciudad de Kadiivka, ha afirmado este viernes el jefe de la administración militar de Luhansk, Serhiy Haidai.
En un mensaje en Telegram que recoge la agencia Ukrinform, Haidai precisa que las fuerzas armadas ucranianas “volaron” el hotel Donbás en Kadiivka, donde estaban instalados los rusos desde 2014, si bien indica cuándo fue el ataque.
Previamente, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas había cifrado en unas 46.250 las bajas entre las tropas rusas desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, 400 en las últimas 24 horas.
Con información de EFE.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha acusado a las fuerzas ucranianas de haber bombardeado la central nuclear de Zaporiyia con armas de gran calibre durante dos ocasiones a lo largo del jueves, jornada en la que la planta quedó desconectada de la red eléctrica ucraniana por primera vez en su historia.
“Como resultado de los ataques, cuatro proyectiles estallaron cerca del depósito de oxígeno y nitrógeno y otro cerca de la unidad especial número 1”, ha señalado el portavoz castrense, Ígor Konashénkov, en el parte bélico diario. Según indica, los bombardeos se efectuaron desde una posición de las fuerzas ucranianas al oeste de la ciudad de Marganets, en la región de Dnipropetrovsk.
Ucrania por su parte ha culpado a “las acciones de los invasores” rusos de la desconexión de la planta, cuyas necesidades energéticas fueron cubiertas de emergencia por una línea de transmisión de una central térmica cercana. Actualmente la planta ya está conectada a la red eléctrica de Ucrania.
En realidad, Rusia y Ucrania se acusan desde hace semanas de bombardear el territorio de la plata, la más grande de Europa y controlada desde hace meses por las tropas rusas.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) está a la espera de que se pueda materializar una visita de sus expertos a la central y no excluye el riesgo de un accidente. Su director general, Rafael Grossi, señala en una entrevista al diario francés Le Monde que, aunque “no hay que ser alarmista”, lo cierto es que “la instalación funciona con dificultades”, ha precisado
A través de EFE.
La central nuclear de Zaporiyia ha quedado de nuevo conectada con la red eléctrica de Ucrania, un día después de su interrupción total por el incendio registrado en un pozo de cenizas de esa planta, tal y como ha informado la empresa ucraniana Energoatom.
La compañía ha señalado que se han subsanado los problemas derivados de ese incendio. La desconexión se produjo al resultar afectada la última línea en servicio, mientras que las otras tras tres líneas habían sido dañadas anteriormente por ataques que la empresa calificó de “terroristas” por parte de las tropas rusas, que controlan la planta.
La situación de la central nuclear, la mayor de Europa, ha generado gran preocupación por el peligro de que la confrontación entre Rusia y Ucrania termine llevando a un incidente atómico de consecuencias impredecibles.
De hecho, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) está a la espera de que se pueda materializar una visita de sus expertos a las instalaciones. Su director general, Rafael Grossi, señala en una entrevista al diario francés Le Monde que, aunque “no hay que ser alarmista”, tampoco se puede banalizar “una situación que no lo es”. “La instalación funciona, pero con dificultades, de forma que en las circunstancias actuales no se puede excluir el escenario de un accidente”, ha precisado.
Informa EFE.
Rusia ha calificado este viernes de “falsa” la información sobre la existencia de al menos 21 “campos de filtración” de civiles y prisioneros ucranianos en la región separatista de Donetsk, tal y como asegura un documento de la Universidad de Yale en colaboración con el Departamento de Estado de EEUU. Esos campos formarían parte de un sistema para detener, identificar e interrogar a prisioneros de guerra y civiles ucranianos.
“Esta es otra falsificación destinada a desacreditar la operación militar especial rusa. El Departamento de Estado continúa difundiendo especulaciones”, ha señalado la Embajada de Rusia en EEUU en un comunicado y ha asegurado que Moscú proporciona a los refugiados ucranianos lugares de alojamiento temporal y entrega ayuda humanitaria a los residentes de los territorios “liberados”.
El reporte estadounidense, publicado el jueves y basado en imágenes por satélite, análisis de datos y confirmación de fuentes independientes, no detalla sin embargo estimaciones de cuántas personas han pasado o se encuentran dentro de este sistema de detención.
La ONG ucraniana Media Initiative for Human Rights (MIHR) ha documentado la existencia de al menos 18 “campos de filtración” por lo que habrían pasado ya decenas de miles de ucranianos desde la intervención rusa. Según los testimonios, en estos controles, los militares rusos obligan a desnudarse, buscan tatuajes o marcas en la piel, como moratones, que puedan indicar el uso de armas. Además revisan los móviles para encontrar cualquier símbolo nacional o nacionalista ucraniano.
A través de EFE.
Rusia ha admitido este viernes que se incrementa la presión sancionadora de Occidente pese al efecto negativo de la restricción económicas en los propios países que promueven esta política.
“La situación cambia rápidamente. El Occidente colectivo aumenta la presión sancionadora contra Rusia y Bielorrusia, pese a que las consecuencias negativas de este política afectan a su promotores”, ha dicho el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, en Kirguistán, citado por la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.
Los Estados occidentales, ha manifestado, “intentan acusar a nuestro país de la crisis alimentaria global, siendo muy conscientes de que la actual situación es consecuencia directa de sus acciones”.
Mishustin ha señalado que las “sanciones antirrusas” han agravado las tendencias negativas globales, ya que los bancos y las instituciones financieras dejaron de conceder créditos y asegurar los contratos de venta de alimentos y fertilizantes rusos.
Con información de EFE.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB) ha detenido en la ciudad rusa de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania, a un supuesto espía de ese país que habría proporcionado información a la inteligencia militar ucraniana, informa este viernes la agencia rusa TASS.
Según declaró el FSB a medios locales, el detenido trabajaba para el Departamento Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania para el que fue reclutado en febrero de 2018 por un empleado de los servicios especiales del país que tenía información “comprometida” del individuo.
El hombre, originario de la ciudad ucraniana de Sumy, al otro lado de la frontera, es acusado de haber reunido y transferido información sobre “instalaciones del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa” para ser utilizada contra la seguridad de Rusia, añadió TASS.
A través de EFE.
La situación en la central nuclear de Zaporiyia sigue siendo preocupante. Así lo aseguró este jueves el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, quien sostuvo que mientras Rusia esté en sus instalaciones la amenaza de incidente nuclear es “muy alta”.
“La situación en la región de Zaporiyia es extremadamente peligrosa. Recibo informes de llamas en el bosque cerca de la central nuclear”, afirmó el ministro ucraniano en una rueda de prensa conjunta con su colega italiano, Luigi Di Maio, en Kiev, según informaron medios locales. Asimismo destacó que Ucrania ha cumplido “todas las reglas y protocolos de seguridad nuclear”.
Las declaraciones de Kuleba se producen después de que en la víspera la empresa estatal de energía atómica ucraniana, Energoatom, comunicara que la planta había sido desconectada de la red eléctrica debido a un incendio.
Por su parte, el presidente Volodímir Zelenski aseguró que Rusia ha puesto a Ucrania y a todos los europeos “a un paso de un desastre radiológico”.
Con información de EFE.