La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajará este lunes a Reino Unido con el objetivo de cerrar junto con el primer ministro británico, Rishi Sunak, un nuevo acuerdo sobre Irlanda del Norte tras el Brexit. Las negociaciones para el nuevo pacto llevan ultimadas desde hace un par de semanas, pero el primer ministro tenía que sortear las reticencias de las autoridades de Irlanda del Norte y del ala más dura de su partido. Las conversaciones se han multiplicado en las últimas fechas hasta que este domingo Von der Leyen y Sunak han emitido un comunicado conjunto en el que aseguran que van a coger las riendas de la negociación.
Todo apunta a una fumata blanca. “Hoy, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro de Reino Unidos, Rishi Sunak, han acordado continuar su trabajo en persona para soluciones compartidas y conjuntas para el complicado conjunto de desafíos sobre el protocolo de Irlanda e Irlanda del Norte. La presidenta Von der Leyen se reunirá con el primer ministro en Reino Unido mañana [por el lunes]”, reza el comunicado. La intención es que posteriormente ambos comparezcan conjuntamente ante la prensa.
Sunak y Von der Leyen ya abordaron el asunto, que han pilotado el ministro de Exteriores británico, James Cleverly, y el negociador de la UE para esta cuestión, el vicepresidente de la Comisión Europea Maros ŠefÄoviÄ, en un encuentro el pasado fin de semana al coincidir en la conferencia de seguridad en Munich.
El viceprimer ministro británico, Dominic Raab, ha asegurado este domingo que el acuerdo estaba “a punto” de cerrarse y que será “cuestión de días, no de semanas”. En una entrevista en el canal “Sky News”, Raab ha asegurado que, según los términos de lo negociado con Bruselas, el papel del Tribunal Europeo de Justicia “se limitará de forma significativa” para resolver las posibles disputas entre la UE y Reino Unido en Irlanda del Norte. El número dos del Ejecutivo también adelantó que el gabinete del primer ministro, Rishi Sunak, renunciará a impulsar la ley que permitiría romper partes del protocolo de manera unilateral, informa la Agencia EFE.
La situación en Irlanda del Norte es uno de los principales problemas que ha habido entre Reino Unido y la UE desde el Brexit por los polémicos controles fronterizos de los bienes que pasan por el territorio británico en la isla de Irlanda. Cuando se negoció el Brexit, una de las principales obsesiones fue que no hubiera una frontera terrestre entre Irlanda e Irlanda del Norte. Por eso se ideó un protocolo, firmado en 2020 y que entró en vigor el 1 de enero de 2021, que supone que no hay controles aduaneros por tierra entre Irlanda del Norte e Irlanda (para preservar los acuerdos de paz), pero sí obligaba a poner controles y comprobaciones en los puntos de entrada para evitar que afectara al comercio de bienes de la UE. Esos controles de entrada al comercio entre el Reino Unido y la UE se acordó que se llevaran a cabo en los puntos de entrada norirlandeses.
Sin embargo, el protocolo que firmó el exprimer ministro Boris Johnson no ha funcionado bien y se ha incumplido sistemáticamente. La Comisión Europea abrió un expediente contra Reino Unido en junio del año pasado con la intención de acabar en los tribunales por los constantes incumplimientos y la amenaza al mercado único en la UE.
La llegada de Sunak a Downing Street abrió una nueva fase en las relaciones de la UE y Reino Unido. En los últimos meses se han estado negociando nuevas condiciones para ese protocolo de Irlanda e Irlanda del Norte que pueda poner fin al conflicto. La propuesta del Gobierno de Reino Unido supone crear dos categorías de bienes: los que se comercializan exclusivamente entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña (Inglaterra, Gales y Escocia), que pasarían controles mínimos y automatizados; y los que van destinados a Irlanda y al resto de la UE, que sí deberían pasar por controles en los puertos de Irlanda del Norte y estar sujetos a las reglas del mercado interior de la UE y a sus tribunales, que es lo que levanta suspicacias a los tories situados más a la derecha y a los nacionalistas unionistas de Irlanda del Norte (DUP), que mantienen bloqueada la formación de gobierno en Belfast.
Por su parte, el Gobierno británico ha anunciado la simplificación del papeleo que tienen que hacer los ciudadanos de la UE residentes en Reino Unidos desde el Brexit y que estaban amenazados incluso con la expulsión del país.
Las conversaciones de Cleverly y ŠefÄoviÄ se han multiplicado en las últimas fechas con tambores de acuerdo sonando desde hace un par de semanas. Sunak se ha empleado a fondo para intentar convencer a los políticos y líderes de Irlanda del Norte y a los más reacios de su partido, que amenazan con una rebelión interna en un momento que el recién elegido primer ministro lo tiene todo en contra, empezando por las encuestas y siguiendo por la inflación y un descontento generalizado que se ha traducido en huelgas casi semanales. Desde la UE han evitado pronunciarse en todo momento sobre las negociaciones bajo la premisa de no entrar en la situación interna del primer ministro.