El lunes amanecía con el anuncio de una posible cumbre entre Joe Biden y Vladímir Putin. Es más, el viernes pasado el presidente de EEUU anunciaba que este jueves se reunirían su jefe de la diplomacia, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov. Una reunión de Lavrov que se iba a producir 24 horas antes de verse el viernes con el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian.
Pero al poco de que el Elíseo anunciara el lunes esa cumbre, el Kremlin se encargaba de enfriarla. Y, a partir de ahí, los acontecimientos se han sucedido como un dominó: Putin decidió reconocer a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk y ordenó el envío de tropas para el “mantenimiento de la paz”, lo que para EEUU, la OTAN y la UE es una suerte de invasión ampliada a la que ya se está produciendo en Crimea desde 2014.
A raíz de eso, este martes se sucedieron los anuncios de sanciones en cascada contra Rusia. Y, además, de anulación de citas y reuniones con los homólogos rusos.
Si la cumbre entre Biden y Putin despareció de la agenda en horas, la reunión del ministro Le Drian con Lavrov fue anulada este martes a media tarde, tras la reunión de urgencia de los ministros de Exteriores de la UE en París para acordar las sanciones a Rusia por su reconocimiento de las regiones separatistas del este de Ucrania y por ordenar el envío de tropas. “Además de su cinismo, Putin no respeta sus compromisos. Eso es una novedad. Ya no respeta la palabra firmada por Rusia”, dijo el ministro francés al anunciar que cancelaba la reunión del viernes.
Horas después, tras la declaración del presidente de EEUU, Joe Biden, en la Casa Blanca, en la que también anunció sanciones, su secretario de Estado Blinken anunció que suspendía la reunión de este jueves en Ginebra con Lavrov. “Ahora que vemos que comienza la invasión y Rusia ha dejado claro su rechazo total a la diplomacia, no tiene sentido seguir adelante con esa reunión”, dijo Blinken en una rueda de prensa en Washington con el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba. Sin embargo, afirmó que EEUU sigue “abierto” a la diplomacia, pero primero, indicó, Rusia debe demostrar que es “serio, y en las últimas 24 horas ha mostrado justo lo contrario”.
Así, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha dicho en su rueda de prensa diaria que “la diplomacia no puede tener éxito, a menos que Rusia cambie de dirección”, informa Efe. “En este punto, eso [una cumbre Biden-Putin] no está en los planes”, zanjó la portavoz, quien añadió: “Una desescalada significa mover tropas, significa desescalar respecto a las medidas que siguen tomando a diario”.
Así, en 72 horas se ha pasado de tener en el horizonte una reunión de los principales líderes para enfriar la crisis a la suspensión de todas las reuniones previstas tras el envío de tropas rusas a las repúblicas del Donbás reconocidas por Putin. Y, por contra, se han convocado algunas otras de urgencia para analizar la crisis. Como el Consejo Europeo extraordinario que se celebra este jueves a partir de las 20.00 en Bruselas con los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha convocado la cumbre porque “las acciones agresivas de la Federación Rusa violan el derecho internacional y la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, y también socavan el orden de seguridad europeo”.
Entre los puntos del orden del día, Michel incluye: “Los últimos acontecimientos; cómo proteger el orden internacional basado en reglas; cómo tratar con Rusia, en particular responsabilizando a Rusia por sus acciones; cómo seguiremos apoyando a Ucrania y su gente”.
El Gobierno ruso, por su parte, ha anunciado una respuesta “fuerte” a las sanciones estadounidenses contra Rusia. “No debe haber dudas de que las sanciones tendrán una respuesta fuerte, no necesariamente simétrica, pero medida y sensible para la parte estadounidense”, afirmó el Ministerio de Exteriores de Rusia en un comunicado recogido por Efe.