Colas para conseguir agua y pan, familias viviendo en la calle y un hospital abarrotado, con un montaña de basura en la entrada: “Todo huele mal, dentro del hospital huele a muerto”, dice el periodista palestino Kayed Hammad, que ha recorrido el centro de la ciudad de Gaza y uno de sus hospitales, mostrando en un vídeo la situación que se vive en la mayor urbe de la Franja. “La situación es cada vez peor. Cada vez hay más gente”, relata el periodista.
Muchos desplazados, que han abandonado sus hogares por los bombardeos, se han refugiado en los hospitales porque los consideran más seguros. La ONU ha elevado a 1,4 millones el número de desplazados, más de la mitad de la población gazatí, de los cuales más de 101.000 se encuentran en hospitales, iglesias y otros edificios públicos.
Además de los desplazados, los hospitales están sobrepasados por el elevado número de heridos y la falta de suministros médicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de la enorme presión sanitaria que sufre la Franja de Gaza, donde dos tercios de los hospitales y un tercio de las clínicas han dejado de prestar servicios. Por su parte, el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en Gaza ha anunciado este miércoles el “colapso total” del sistema de salud de la Franja por la falta de combustible y los bombardeos de Israel, que han alcanzado varios hospitales, de forma directa o indirecta.
Hasta el momento, al menos 6.546 palestinos han muerto y otros 17.439 han resultado heridos por los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza, según el último recuento ofrecido por el Ministerio de Sanidad de Gaza este miércoles. El Ministerio asegura que entre los fallecidos hay 2.704 menores, 1.584 mujeres y 364 ancianos.