Este artículo ha sido actualizado a medida que se corregían las estimaciones de las encuestas a pie de urna
En una de las elecciones con más participación de la historia en Estados Unidos, la fuerza electoral de Trump apenas ha cambiado respecto a la que tenía en 2016: es un electorado principalmente blanco, envejecido, de rentas altas, concentrado en las zonas rurales y que se declara católico, protestante o evangélico. Esta es la imagen que muestran los sondeos a pie de urna realizados por Edison Research [consulta la metodología para más detalles] y publicados por el Washington Post para desgranar las claves del perfil de votante republicano y demócrata en las 59º elecciones presidenciales de Estados Unidos.
En porcentaje de voto, más hombres que mujeres se han decantado por el candidato republicano, igual que ha ocurrido en el grupo de edad más avanzada respecto a los más jóvenes. Por perfiles raciales, Trump solo es la opción mayoritaria entre los blancos. Este grupo, sin embargo, tiene mucho peso, ya que representa dos tercios de los votantes en los Estados Unidos.
La autoidentificación racial es una variable en el censo estadounidense donde los ciudadanos se identifican en un grupo predefinido. Los sondeos muestran que la población asiática, hispana o latina y, sobre todo, negra se ha decantado por Biden, aunque con diferencias entre sexos y entre estados. Por ejemplo, en Florida el voto hispano a Trump ha subido de un 35% en 2016 hasta el 47% en 2020, un factor que podría haber sido clave para la victoria del republicano en este estado, como puedes leer en este análisis.
Si nos fijamos en los ingresos familiares, las diferencias se han incrementado respecto a los últimos comicios: los más ricos han votado aún más a Trump y los más pobres, más a Biden de lo que hicieron a Hillary Clinton. Entre los votantes con ingresos de 50 a 100.000 dólares la situación se ha revertido y, en esta ocasión, ha ganado el demócrata.
Un factor importante es el nivel educativo, sobre todo vinculado al perfil racial. Precisamente, la mayor victoria Trump la consigue entre los blancos sin estudios universitarios, donde alcanza el 67% de los votos. Este grupo demográfico fue clave en 2016 para darle la victoria al republicano en el cinturón del óxido del Medio Oeste de Estados Unidos.
En 2016, el 80% de los evangélicos blancos votaron por Donald Trump. Cuatro años más tarde, este grupo específico ha vuelto a ser un nicho fundamental para el candidato republicano: lo han apoyado el 76% de ellos. En este análisis puedes leer más sobre la compleja relación entre los evangélicos y el presidente de los Estados Unidos. Obviando la variable racial, Trump ha obtenido sus mejores resultados entre los protestantes (60%), mientras que apenas un tercio de sus votos proceden de electores que no profesan ninguna religión.
Otra de las variables que han condicionado de forma considerable el sentido del voto en estas elecciones ha sido el lugar en el que viven los votantes. El voto urbanita ha sido para Biden y el voto rural, para Trump. El 60% de quienes votaron por el candidato demócrata viven en grandes ciudades, un porcentaje que baja hasta el 51% en la periferia (suburbs, en inglés), y hasta el 42% en zonas rurales, una escala completamente inversa a la del candidato republicano.
El efecto de la pandemia sobre los votantes
A estas elecciones históricas se les ha sumado la particularidad de desarrollarse con la pandemia de coronavirus como telón de fondo. Estados Unidos acumula ya más de 9,3 millones de casos confirmados, más de 230.000 muertos, y la curva de contagios no para de crecer en las últimas semanas.
A lo largo de los últimos meses, la COVID-19 ha ocupado buena parte de la campaña electoral: mientras el discurso de Trump ha virado del “todo controlado” al “no vamos a controlar la pandemia”, minimizando constantemente el riesgo de la enfermedad e incluso lanzando fake news, mientras que el mensaje de Biden se ha basado en seguir las recomendaciones sanitarias de los expertos.
¿Cómo de importante ha sido la gestión de la pandemia a la hora de votar? De entre los que consideran que ha sido un factor influyente en su elección, solo un 15% ha votado a Trump mientras que un 81% lo ha hecho por Biden. La economía y la seguridad nacional han sido, con diferencia, cuestiones más fundamentales para el electorado de Trump. En una campaña marcada también por el movimiento Black Lives Matter, sólo un 7% de los que consideran un factor influyente la desigualdad han votado republicano.
¿Priorizar la economía o las medidas para contener la pandemia? Otra diferencia significativa entre demócratas y republicanos la encontramos en la respuesta a esta pregunta. El 80% de quienesconsideran que lo más importante ahora mismo es frenar la expansión del coronavirus aunque las medidas para ello dañen a la economía votaron por Biden. Por su parte, el 76% de quienes creen que la prioridad debe ser “reconstruir la economía, aunque dañe a las medidas para contener el coronavirus” votaron por Trump.
¿Qué ha cambiado en estos cuatro años?
Al comparar los resultados de estos comicios con los de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, las de 2016, vemos que Trump no ha conseguido repetir sus resultados en las ciudades pequeñas y áreas rurales donde, aunque ha ganado, el porcentaje de voto a su candidatura ha caído 4 puntos. También se ha dejado 7 puntos porcentuales entre los votantes de rentas medias, grupo en el que Biden ha sido mayoritario en esta ocasión. En cambio, ha mejorado sus resultados entre los votantes católicos y los de rentas más altas.
Por su parte, Biden ha conseguido parte del voto masculino que no obtuvo Clinton (ha subido 4 puntos porcentuales entre los varones) y los más jóvenes (casi dos tercios de los votantes de 18 a 29 años lo han elegido). Sus resultados han empeorado entre los no religiosos y entre los más ricos.
Los botones del gráfico inferior permiten seleccionar diferentes variables sociodemográficas para ver el cambio en el voto a demócratas y republicanos en cada subgrupo en estos comicios presidenciales respecto a los de hace cuatro años.