Análisis Minecraft Xbox One Edition
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Todo redactor que se precie se le pueden poner de corbata cuando le propogan analizar un juego con tantos seguidores (tan acérrimos) y detractores como es Minecraft. Y es que los que son fan de este sandbox de mundo abierto son muy, pero que muy fans… Por algo se trata de un juego que ha vendido más de 54 millones de unidades y que ha pasado a la historia por ser uno de los juegos más exitosos de los últimos tiempos.
Su sed de éxito parece no tener límites y aunque no sabemos por cuanto tiempo, dadas las intenciones de Microsoft de comprar la franquicia, por el momento sigue expandiéndose a todas las plataformas de nueva generación y por lo que se oye y se rumorea no tardará en anunciarse una versión para los “nintenderos”.
En esta ocasión hablaremos de la adaptación a Xbox One, que tras el rotundo éxito de la versión adaptada a su hermana menor “la 360”, pretende volver a subir a lo más alto de ranking, algo que pasados unos meses, comprobaremos.
La línea de Minecraft para Xbox One sigue basándose en la absoluta libertad de movimientos y creación. Y no nos dejemos engañar por los toscos cubos y píxeles que pueblan la pantalla porque en el caso de Minecraft se trata de tirar de creatividad para conseguir sorprender a la comunidad con obras que a priori podría hacer nuestro sobrino pequeño. Pero no nos llevemos a confusiones… el buen gusto no lo tiene cualquiera.
Al final se trata de sobrevivir y como en el cuento de la cigarra y la hormiga, el que haya sido más previsor tiene mayores posibilidades de salir victorioso frente el que se ha quedado pintando la mona o no ha sabido aprovechar bien los recursos y el tiempo.
Como en la vida misma, llegamos al mundo desnudos, y al más puro estilo Bear Grills tendremos que ir adquiriendo recursos y mejoras para que nuestra supervivencia se lleve a cabo con éxito. Para nada será fácil y tendremos que empezar desde algo tan básico como cortar un árbol para conseguir madera, hasta el objetivo final de todo viciado al Minecraft que es crear todo lo que se te pase por la cabeza.
Los más “puretas” de Minecraft y dado su origen en PC, puede pensar que la versión para consolas está enfocada a esos tipos de jugadores que “juegan a ser jugador de Minecraft”. Y en parte tienen razón, ya que los objetivos y retos que se pueden llevar a cabo con el mando de una videoconsola son algo más limitados respecto a la versión auténtica, la de PC.
Por el contrario nos encontramos ante una versión bastante cómoda que se ha adaptado muy bien a la ausencia de teclado y ratón, con una buena accesibilidad y con una libertad de acciones igual de alta. De la misma forma, el acceso a todos los menús y la organización en la pantalla son totalmente claros e intuitivos. Quizás la parte más diferencial respecto a la versión PC sea a la hora de llevar a cabo construcciones, ya que para este tipo de acciones, entre un mouse y un pad…No hay color…
Pero como decía, la libertad marca de la casa se presenta desde el principio con la posibilidad de crear, crear y crear sin tener que preocuparnos de nuestras vidas. Probablemente los jugadores más extremistas serán los que pongan el grito en el cielo con esta leve diferencia respecto a sus anteriores, pero ¿acaso los nuevos jugadores de Minecraft no tienen derecho a divertirse un poco?
Para muchos resultará raro pensar en una nextGen para un videojuego que si de algo presume no es precisamente de despliegue gráfico y quizás en ese sentido se hayan quedado un poco cortos para lo que se esperaba de una consola del calibre de la Xbox One, que de lo único que se aprovecha Minecraft, es de un mayor espacio y escenarios más grandes para poder crear un mundo mucho mayor. Por lo demás… Poca cosa…
Pero como pasa en muchos aspectos de la vida, hay cosas que funcionan solas y en el caso de Minecraft podríamos hablar que ha entrado dentro de la liga de productos que explotan más un nombre que otra cosa. Minecraft funciona y Mojang lo sabe. Son de esos juegos que te enganchan y que pueden hacerte llegar tarde a tu cita. Y en la versión para Xbox One no encontraremos más allá de eso. Altas dosis de adicción “cúbica” y diversión por diversión. Por lo demás y si te consideras un usuario experto en Minecraft intuirás que se trata de una manera de llegar a todos los públicos, que de ofrecer algo realmente novedoso que aprovechara las amplias posibilidades que podría ofrecer un dispositivo como Xbox One.
Lo mejor:
- La posibilidad de llegar a todo los públicos
- Buena adaptación al mando de consola
- Diversión y libertad desde el principio del juego
Lo peor:
- La posibilidad de que a los jugadores habituales de Minecraft no les guste
- No incluye novedades significativas respecto a los anteriores
- Construir se hace algo más pesado con el pad