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Análisis Splatoon ¿Listo para una guerra de pintura?

Splatoon

Noelia Valbuena

Cuando hablamos de Nintendo, es inevitable que nos vengan a la mente nombres propios como Mario, Donkey Kong o Link. Es algo natural, al fin y al cabo los de Kyoto llevan nutriéndose de las mismas franquicias desde hace décadas, y no son pocos los que achacan a sus creativos la falta de iniciativa para aventurarse en territorios inexplorados.

Pues bien, aquí llega Splatoon, un título dispuesto a disipar de un plumazo todos los prejuicios que rodean a Nintendo. Para empezar, nos encontramos ante un shooter online en toda regla, un género popular donde los haya, pero en el que la compañía japonesa apenas tenía presencia. También tenemos giros inesperados para tratarse de la Gran N, como enfocar un juego casi en exclusiva a la experiencia online, dejar en segundo plano el multijugador local o renegar de todos y cada uno de sus personajes tradicionales. Eso sí, no podía faltar su peculiar forma de hacer las cosas, aportado ese encanto y el colorido que sólo ellos saben imprimir a los juegos.

Una nueva joya made in Nintendo

Una nueva joya made in NintendoEl planteamiento del juego es bien sencillo, y se basa en una actividad que todos descubrimos a muy temprana edad: manchar nuestro entorno es algo tremendamente divertido. En Splatoon libraremos batallas por equipos 4v4 en las que nuestro objetivo principal no será otro que embadurnar el escenario con la pintura del color de nuestro equipo. Por supuesto, el equipo contrario tendrá ese mismo objetivo, por lo que cada contienda se convertirá en un auténtico derroche de litros de pintura con el que cubrir la mayor superficie posible del escenario.

Aunque en concepto resulte atractivo en sí mismo, alguien puede caer en el error de tacharlo de simplón, y digo error porque las mecánicas de juego de Splatoon ofrecen tal cantidad de opciones y profundidad táctica, que bien podría hacer sonrojar a muchos shooters al uso.

Nuestros personajes cuentan con una peculiaridad importante, y es que aparte de correr y disparar pintura en todas direcciones, pueden transformarse libremente en calamares, lo cual abre un enorme abanico de posibilidades en combate.

Los combatientes en versión cefalópodo podrán sumergirse en las superficies pintadas del color de su equipo y desplazarse a grandes velocidades, también podrán moverse por paredes para alcanzar zonas elevadas o atravesar rejillas para utilizar atajos o situarse en posiciones ventajosas. Todo ello ofrece una movilidad y una fluidez de desplazamiento exquisita, pero claro, siempre y cuando predomine nuestra pintura, y aquí es precisamente donde entra el excepcional componente táctico del juego y lo que convierte a Splatoon en algo completamente diferente a lo que estamos acostumbrados.

La coordinación con nuestros compañeros es crítica para alzarse con la victoria y resulta casi obligatorio tener una idea clara de dónde está cada uno de ellos y si se encuentran defendiendo un cuello de botella para que el enemigo no se cuele en nuestra zona, o bien realizando una incursión en territorio enemigo para aumentar el porcentaje de pintura de nuestro equipo.

Tener estas nociones claras, convierten cada partida en una experiencia sublime en la que tendremos que tomar multitud de decisiones continuamente, ya sea transportarse a una posición avanzada junto a un compañero tras ser abatidos, o expulsar a un intruso que esté manchando zonas claves con el color del enemigo.

Para aderezar aún más la experiencia, contaremos con distintas armas que iremos desbloqueando y comprando a medida que subamos de nivel. El repertorio va desde pistolas básicas, a rodillos de pintura o rifles de larga distancia, contando cada uno de ellos con un ataque secundario y uno especial.

Pero quizás el principal atractivo, más allá del propio placer de disparar pintura, sea que las distintas armas se complementan. Algunas como los rodillos, son capaces de pintar una mayor cantidad de superficie en menos tiempo, otras son mucho más efectivas a la hora de mantener a los enemigos a raya. Esto da lugar a establecer prioridades, funciones y objetivos individuales en pos del bien común. En Splatoon no gana el equipo con mejor puntería, sino el que mejor sepa manejar la faceta táctica, y eso es algo que nos encanta.

Los controles cuentan con una precisión exquisita, y el desarrollo de los combates aunque frenético, es una auténtica delicia. Quizás cueste demasiado acostumbrarse a los controles por defecto en los que apuntamos con el giroscopio del Gamepad, pero siempre tenemos la opción de recurrir a los dos sticks, haciendo de la experiencia algo mucho más famililar.

¿Significa todo esto que nos encontramos ante un título redondo? Por desgracia no, Splatoon es un juego original y un proyecto increíblemente prometedor, pero a día de hoy, es un producto incompleto que sufre de la precipitación de un lanzamiento que bien podría haberse aplazado un par de meses.

Un lanzamiento que necesitaba más tiempo

Un lanzamiento que necesitaba más tiempoEn realidad no contiene errores de planteamiento, ni bugs, ni chapuzas inacabadas, al contrario, la mecánica de juego y puesta en escena están perfectamente pulidas en todos los sentidos. El problema de Splatoon es que llega sorprendentemente escaso de contenido, y teniendo en cuenta su potencial, llega a resultar doloroso.

Contamos con un único modo de juego online, una campaña corta que sirve como entretenimiento adicional durante unas 5 horas, y un puñado de mapas que se pueden contar, literalmente, con los dedos de una mano.

Nintendo ha prometido el lanzamiento de nuevos modos, nuevas opciones, nuevos mapas y armas, que se irán incluyendo periódicamente de forma frecuente, pero a día de hoy, Splatoon es el aperitivo de algo muy grande que está por llegar, pero que todavía no ha llegado.

Las bases están ahí: un planteamiento original, una jugabilidad de escándalo y unas mecánicas de juego divertidas a rabiar, pero necesita urgentemente una ampliación para hacer estallar todo su potencial. En el momento que se produzca esa ampliación, que a nadie le quepa duda de que nos encontramos ante una de esas franquicias capaces de hacer historia, pero mientras tanto, no podemos ocultar nuestra decepción, y sobre todo nuestra estupefacción por ver una propuesta tan innovadora y atractiva funcionando a medio gas.

Las prisas por lanzar el juego no sólo han dejado al juego cojo en cuanto a contenido, también afectan a funcionalidades tan básicas como poder jugar en un mismo equipo con nuestros amigos (podemos entrar juntos en la sala, pero la creación de los equipos es aleatoria) o la posibilidad de cambiar de armas entre combates. Puede que se deba a la inexperiencia de Nintendo en el género, y aunque ya hay previstas mejoras para solventar este tipo de problemas, en el momento de escribir estas líneas, resultan muy molestas.

Un apartado técnico en segundo plano

Un apartado técnico en segundo planoEn el apartado técnico, también cabe mencionar que el título anda un poco justito. Su resolución 720p junto con unos bordes dentados un tanto grotescos pueden provocar algún que otro gesto de desaprobación en los jugadores, pero que nadie se alarme, porque estas carencias técnicas se ven eclipsadas por la fluidez a la que transcurren las contiendas, con los efectos y el brillo de la pintura, y sobre todo, por un diseño artístico de auténtico lujo.

Splatoon no es un portento gráfico, pero tampoco lo necesita porque sus virtudes son otras, eso sí, resulta difícil no fantasear con lo impactante que podría resultar semejante propuesta, en un hardware más potente.

Lo mejor:

Lo mejor:

  • Una propuesta muy original, y eso es algo que pocas veces podemos afirmar en estos tiempos.
  • Un juego de acción con unas mecánicas de combate increíblemente divertidas.
  • El componente táctico es incluso más profundo que el de muchos shooters de referencia.
  • Divertido a rabiar, hagamos lo que hagamos, jugar a Splatoon supone una auténtica delicia.
  • El concepto de una guerra de pintura se ha llevado a la práctica de una forma impecable.
  • Un multijugador online competitivo con mayúsculas, por fin Nintendo se toma en serio esta faceta.

Lo peor:

Lo peor:

  • Necesita más contenido, modos de juego y mapas de forma urgente.
  • El potencial es abrumador, pero hasta que no se amplíe, la propuesta funciona a medio gas.
  • Algunos errores de planteamiento como no poder jugar con amigos en un mismo equipo de forma fiable.
  • Visualmente anda justito, aunque no afecta realmente a la experiencia.

Conclusiones

ConclusionesAnálisis Splatoon ¿Listo para una guerra de pintura?

Nintendo ha conseguido dar el paso más difícil a la hora de presentar una nueva franquicia, y es que Splatoon lo tiene todo para convertirse en una licencia de esas que dejan huella.

Sus mecánicas de juego son excepcionales, cuenta un planteamiento innovador muy bien pensado y llevado a la práctica, pero sobre todo, es un juego divertido como pocos.

La pena es que la precipitación en su lanzamiento haya provocado que llegue con una cantidad de contenido tan escasa que resulta difícil de creer, pero no nos sorprendería que aquellos que sepan apreciar el tesoro que se esconde bajo ese triste puñado de mapas y modos, acaben convirtiendo a Splatoon en su principal fuente de diversión delante de una pantalla, porque a pesar de las prisas, Nintendo ha puesto sobre la mesa uno de los mejores juegos de acción multijugador que hemos tenido el placer de probar en todos estos años de oscuro reinado de la sagas como Call of Duty.

Por: Noelia Valbuena

Análisis Splatoon ¿Listo para una guerra de pintura?

06/01/2015

8 / 10 estrellas

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