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No más ataques hacker, por favor

hacker

Alberto de la Vara

Parece que las cosas están poniéndose feas para los desarrolladores de videojuegos y compañía.

Recientemente se ha hecho eco de ataques hacker a personalidades notables de la industria del videojuego como Phil Fish y activistas que luchan por la igualdad de género en los videojuegos como Anita Sarkeesian, entre otros.

Tanto es así que la International Game Developers Association (IGDA) ha condenado y se ha pronunciado en contra de estos actos los cuales consideran y califican de “aberrantes”. Ya no se tratan de “chiquilladas” o meros ataques a la honorabilidad de una persona que te cae más o menos mal. Estos ataques se han pasado de “castaña oscuro” en el momento que llegan a ser amenazas de muerte y ataques directos de gran seriedad a personas concretas. Todo esto queda lejos de un debate público y abierto en el que se pueden (y en cierto modo se deben) criticar aspectos mejorables de una compañía “X” o de un videojuego “Y”.

Hace una semana el mundo del videojuego se ponía en alerta por el ataque que sufrió PlayStation Network que inevitablemente nos traía a la memoria aquel fatídico 2011 en el que Sony quedó a merced de unos piratas informáticos que robaron cientos de cuentas privadas. En esta ocasión más recientemente, incluso se llegó a desviar el rumbo de un avión con el presidente de Sony Online Entertainment a bordo por una falsa amenaza terrorista.

La IGDA está luchando para ofrecer a los desarrolladores recursos y un cierto apoyo ante una amenaza que les convierte en vulnerables frente a estos depredadores de la información digital, y no solamente mediante un no menos importante papel como portavoz.

Entre otras cosas, desde esta asociación recomiendan que los ataques no queden en el anonimato y aquellos que estén siendo víctimas de ellos los denuncien inmediatamente. Igualmente recomiendan que hagan público en todos los medios posibles que no responden por aquellos que los están atacando y que además busquen todo el apoyo en sus colegas, amigos, familiares y por supuesto en la IGDA.

La IGDA además se arriesga en cierta medida asegurando que la mayoría de estos ataques suelen llevarse a cabo por personas con problemas de salud mental, personales o de desajustes sociales. La cuestión es, ¿qué pasará cuando estos ataques sean realizados por personas con la cabeza bien amueblada y en sus cabales?

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