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El legado de Satoru Iwata para la industria del videojuego

Hoy, los amantes de los videojuegos de todo el mundo han despertado para encontrarse con una terrible noticia: el fallecimiento de Satoru Iwata, presidente de Nintendo y una de las mentes creativas más valoradas de la industria. Una noticia que, por inesperada, se hace más dura.

Iwata llevaba más de un año arrastrando un cáncer biliar por el que tuvo que ser intervenido en 2014, y que lo mantuvo apartado durante un breve tiempo del trabajo y los eventos más destacados, como el E3. Sin embargo, volvió al trabajo aparentemente recuperado, y durante los últimos meses trabajó muy duro para que Nintendo siguiera siendo una de las compañías más respetadas a nivel mundial.

Iwata no quiso compartir sus preocupaciones, la auténtica gravedad de su enfermedad, y el pasado día 11 de julio nos dejó a raíz de ella. Una desgracia que no preveíamos, y por la que toda la comunidad de jugadores, desarrolladores y medios especializados estamos de luto.

Satoru Iwata nació en 1959, en Sapporo, una ciudad de Japón, situada en la parte suroeste interior de la isla de Hokkaidō. Creció con una pasión innata por los videojuegos, gracias en parte a que en su ambiente esta forma de entretenimiento era algo común.

Lo que parecía ser un hobbie más acabó convirtiéndose en su pasión, y en el instituto hizo sus primeros pinitos haciendo juegos de números con la calculadora, según comentó varias veces. Juegos que pasaba a sus compañeros y que, aunque obviamente eran muy humildes, le hicieron ganarse popularidad en clase. Quién sabe si este pequeño divertimento fue lo que le incitó a estudiar Informática en el Instituto Tecnológico de Tokio.

Sea como sea, fue durante esta época de estudiante cuando decidió que quería dedicarse a los videojuegos. Junto a un grupo de compañeros formó un grupo de aficionados a los juegos, y juntos acostumbraban a visitar toda clase de tiendas especializadas en ordenadores mientras soñaban con un futuro en la industria. Una de esas tiendas era Ikebukuro Seibu, una tienda de informática con una sección dedicada a ordenadores personales

Y precisamente, gracias a esta tienda, Iwata inició su andadura en la industria. El 21 de febrero de 1980, el gerente de ese departamento fundó HAL Laboratory, desarrolladora de videojuegos donde nuestro protagonista pasó años trabajando, primero a jornada parcial, y cuando terminó la carrera, en horario completo.

Curiosamente, su decisión no agradó a su familia, según el mismo Iwata confesó. “Mi padre no me habló durante seis meses después de empezar a trabajar en HAL. Debía creer que me estaba uniendo a algún tipo de secta” bromeaba al respecto.

Durante sus años en HAL, Iwata demostró ser un excelente programador, desarrollando títulos humildes como Eggerland, para MSX, que a pesar de todo dejaban patente su talento. Tanto es así que llamó la atención de Nintendo, participando en juegos como Balloon Fight, NES Open Golf o Earthbound.

Por desgracia, HAL acabó sufriendo varias pérdidas debido a una inversión precipitada, entre otros factores. Incapaces de afrontar los problemas solos, pidieron ayuda a Nintendo, que invirtió en la empresa, iniciando así una estrecha relación que duró años. HAL empezó a reconstruirse, y el encargado de llevar esta reconstrucción a cabo fue Iwata, tras ser nombrado presidente del estudio.

Desde el primer momento sus medidas, enfocadas a conseguir una mayor productividad y creatividad, llamaron la atención. Además, resultaron ser correctas, ya que en pocos años devolvió a HAL su situación de bonanza. En el 2000 dejó la presidencia del estudio, deseoso de iniciar una nueva etapa en su vida, y lo hizo con un puesto en la junta directiva de Nintendo, en el que debía encargarse de las decisiones corporativas a escala global.

En Nintendo es donde realmente despegó la carrera de Iwata. Tras su participación en varios éxitos, su esfuerzo se vio recompensado cuando, en mayo de 2002, el presidente de la Gran N, Hiroshi Yamauchi, le hizo llamar a su despacho. Tuvieron varias reuniones, en las que debatieron sobre la evolución de la empresa y el papel de Yamauchi para conseguirlo.

Cuando años después preguntaran a Iwata sobre estas reuniones, contestaría que cada vez que el presidente le hacía llamar le hacía temer por su puesto de trabajo, convencido de que iba a despedirlo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En agosto de 2002 Yamauchi anunció su dimisión, dejando claro que su sucesor sería Satoru Iwata, por la forma en que el desarrollador conocía la filosofía de la compañía.

A partir de ese momento comenzó una época de esplendor para Nintendo. Con Iwata a la cabeza, la compañía lanzó algunas de las plataformas y títulos más exitosos. Un éxito que ha durado años, y que no se ha truncado ni siquiera con la enfermedad de Iwata, detectada hace poco más de un año.

Aunque durante los últimos meses el presidente de Nintendo tuvo que ausentarse de varios actos y reuniones profesionales, nunca dejó de trabajar duro por el bien de la compañía. Y eso se refleja en el legado que ha dejado para la industria del videojuego, un legado que recordamos a continuación.

Kirby, un rosado recuerdo de los 90

Kirby, un rosado recuerdo de los 90Durante los años en los que estuvo en HAL Laboratory, Iwata y el equipo de desarrollo deseaban hacer un juego para la portátil Game Boy, un juego sencillo, para principiantes, divertido y desenfadado. El encargado de diseñar al personajes principal fue Masahiro Sakurai, que pronto vio la luz sobre el asunto: el protagonista sería un globo sonriente, rosado.

El globo hizo su aparición en el mundo del videojuego haciéndose con una legión de seguidores. Kirby se volvió un personaje icónico de Nintendo, y a día de hoy sigue siendo uno de sus creaciones estrella. Y sí, el diseño de Sakurai fue fundamental, pero de poco habrá servido sin el trabajo de programación del que se encargó Iwata. Una prueba de que con trabajo en equipo se consiguen los mejores resultados.

El juego salió a la venta en 1992, y fue el detonante para que Nintendo se fijara en el talento de los chicos de HAL. Y es que este globo rosado marcó el despegue de varios desarrolladores que, hoy día, se consideran gigantes de la Gran N.

Grandes títulos de GameCube

Grandes títulos de GameCubeDurante sus primeros años en Nintendo, Iwata participó en el desarrollo de varios títulos para la consola de sobremesa GameCube. Títulos que acabaron por convertirse en sagas, en juegos icónicos que se han hecho un hueco en el corazón de miles de fans. Sabréis a qué nos referimos cuando mencionemos algunos de estos títulos: Metroid Prime, Star Fox Adventures, Eternal Darkness o The Legend of Zelda: The Wind Walker.

Alegría y alboroto con los Nintendo Direct

Alegría y alboroto con los Nintendo DirectA día de hoy, los característicos Nintendo Direct son icónicos dentro de la compañía. Las divertidas “conferencias” en vídeo, en las que Nintendo presenta algunos de sus próximos lanzamientos o da información sobre sus títulos estrella, se han convertido en marca de la casa, y es difícil imaginarse a la Gran N sin ellos. Pero lo cierto es que hubo una época en que no existían.

¿Y quién fue el responsable de su creación? Satoru Iwata, que durante sus primeros años como presidente de la compañía centró sus esfuerzos en hacerla más accesible a los usuarios, en comunicarse con los potenciales clientes y crear un vínculo distinto al que otras compañías tienen. Por ello decidió que lo mejor era crear Nintendo Direct, vídeos para interactuar con los jugadores de una forma directa y clara.

Tanto es así, que al final Iwata acabó convirtiéndose en la principal cara de estos vídeos, anunciando consolas, juegos, acuerdos y lanzamientos. Será difícil ver los siguientes Nintendo Direct en los que no aparecerá.

La revolución de las consolas de sobremesa: Wii

La revolución de las consolas de sobremesa: WiiIwata también dejó su marca en el lanzamiento de nuevas plataformas que triunfaron entre los jugadores. Es el caso, por ejemplo, de Wii, la consola de sobremesa que maravilló a los usuarios y se convirtió en uno de los iconos tecnológicos de Nintendo.

La consola empezó a gestarse en 2011, tras el lanzamiento de GameCube, y en 2002, tras el nombramiento de Iwata como presidente, su desarrollo se impulsó. El objetivo de los creadores eran atraer a jugadores casuales y hardcore por igual, así como a los que no estaban acostumbrados a jugar a videojuegos. Una idea que demostró ser excelente, ya que tras el lanzamiento de la consola, usuarios de todo tipo empezaron a utilizarla, convirtiéndose en un instrumento para toda la familia.

Todos recuerdan con nostalgia el E3 de 2005, en el que el diseño de la consola fue presentado a nivel mundial. Poco después, Iwata mostró el Wii Remote en el Tokio Game Show, dando inicio a una nueva era en la industria del videojuego. Precisamente Iwata y Wii nos dieron uno de los grandes momentos de la historia del E3 en 2006, cuando se disputó el partido de tenis entre el presidente de la compañía, Reggie, Miyamoto y Scott Dyer. ¡Qué recuerdos!

Más tarde, Wii daría paso a Wii U, la actual consola de sobremesa de Nintendo, que si bien no es la revelación de su predecesora, sí que está ofreciendo cada vez más novedades y posibilidades a los jugadores.

La portátil que todo el mundo quiere

La portátil que todo el mundo quierePor último, no podemos olvidar otro de los legados que Iwata dejó a la industria: la Nintendo DS. La pequeña consola portátil pretendía innovar, uno de los objetivos que siempre perseguía el presidente de la Gran N, y lo consiguió gracias a su doble pantalla, una de ellas táctil. Los jugadores de la anticuada Game Boy Advanced se emocionaron al ver las posibilidades de la nueva consola, y rápidamente se convirtió en uno de los éxitos de la compañía.

Durante los años siguientes, Nintendo DS ha evolucionado hasta convertirse en la New Nintendo 3DS que conocemos hoy día, una versión mejorada, con muchas más funciones y utilidades. Si hay una consola portátil que todo el mundo quiere, es Nintendo 3DS. Y gracias, en parte, a los planes de Iwata.

Todo gracias a Satoru Iwata.