Hace algunos días Crystal Dynamics confirmó que Rise of the Tomb Raider, la segunda parte del reboot protagonizado por Lara Croft, se ambientaría en Siberia y cambiaría los escenarios tropicales y frondosos de la primera entrega por frío, nieve y muchas montañas. Este duro clima afectaría a Lara durante su aventura y tendría consecuencias en la jugabilidad. Sin embargo, no será lo único que veremos.
El director del título, Brian Horton, ha concedido una entrevista a GameInformer en la que ha contado que nos toparemos con más temperaturas. “La nieve obviamente es muy importante para nosotros, pero hay una burbuja en el mundo que parece existir fuera de Siberia” explica. “Lo llamamos el Oasis. Es un lugar que no se encuentra congelado de forma permanente, aunque no vamos a dar muchos detalles por ahora. Sólo que los diferentes climas, las diferentes temperaturas, son importantes para asegurarnos que no se podrá conocer todo el juego de un solo vistazo”.
De esta forma el director busca tranquilizar a los jugadores, ya que la historia no se desarrollará completamente en un desierto de hielo. Aún así, parece ser que las partes en las que tengamos que avanzar por la nieve serán muy interesantes, ya que Lara tendrá que avanzar a través de profundas zanjas congeladas y podrá seguir las pisadas dejadas por diferentes animales (unas pisadas que desaparecerán a medida que nieve).
Se espera que Rise of the Tomb Raider llegue a finales de año a Xbox 360 y Xbox One. Los usuarios de PlayStation y PC tendrán que esperar un poco más, probablemente hasta 2016, para volver a controlar a la intrépida aventurera.