¿A alguien le suena un mundo dividido entre las personas normales, más numerosas pero atemorizadas por una minoría con superpoderes? Probablemente sí, y es que la ambientación y la trama de la obra de Sucker Punchbien podría estar sacada de un buen comic como los de toda la vida. No resulta complicado sacar parecidos entreInfamous Second Son y algunas de las licencias de superhéroes más populares, algo que de una forma u otra siempre resulta atractivo, sin embargo su principal reclamo es que sabe explotar mejor que nadie esa fantasía que todo buen fan de un superhéroe conoce bien: sentirse poderoso.
Quien ya jugara a las anteriores entregas de PS3 se encontrará con una fórmula parecida, es decir, un mundo abierto, mucha acción, decisiones entre el bien y el mal y sobre todo, un buen repertorio de habilidades con las que desatar nuestra furia. Pero Second Son va un poco más allá en algunos aspectos y a pesar de respetar el fondo, nos encontramos importantes cambios en la forma, y por suerte, todos ellos mejoran la experiencia.
Lo primero que merece nuestra atención es el protagonista. Atrás quedaron los días de gloria de Cole, que dan paso a un nuevo antihéroe llamado Delsin Rowe, quien a nuestro humilde parecer, gana muchos enteros respecto a todo lo visto hasta ahora en la saga. Delsin es un rebelde, un grafitero con una personalidad muy marcada y por qué no decirlo, bastante macarra. A lo largo de toda la aventura le oiremos hacer comentarios sin parar, y disfrutaremos de unos diálogos impecables y en ocasiones, especialmente graciosos. La situación da pie a ello, porque uno de los principales personajes secundarios, su hermano, pertenece al cuerpo de policía deSeattle, dando como resultado algunas conversaciones de lo más ingenioso.
Pero por encima de lo bien escritas que están las líneas de diálogo, está el hecho de que ante todo, los personajes de Infamous Second Son, son creíbles. Tanto los dos hermanos como cada uno los personajes secundarios que nos vamos encontrando cuentan con su propia personalidad y cada vez que abren la boca, consiguen que nos olvidemos de esa línea que tantas veces ha separado a los personajes de los videojuegos de los del cine o incluso de la propia vida real.
Mención aparte merece uno de nuestros personajes favoritos, Brooke Augustine, la mala de esta historia.Augustine es la directora del D.U.P. las fuerzas gubernamentales que tienen tomada la ciudad de Seattle en su cruzada por dar caza a todos los “bio-terroristas” tal y como ellos los llaman. Lo curioso es que la propia Augustine es uno de ellos, sólo que utiliza sus poderes, supuestamente, para esa buena causa. El resultado es un personaje frío como el hielo y especialmente cruel, una psicópata de verdad, de las de libro de psicología y no como las que se ven en el cine, que consigue aumentar aún más ese grado de realismo que envuelve a todos los personajes del juego a pesar de las altas dosis de ciencia-ficción que veremos en todo momento.
Gran parte del mérito viene de una labor de doblaje al castellano más que decente, pero si sois conocedores del idioma de Shakespeare, os recomendamos encarecidamente que recurráis a la versión original, porque las voces y las actuaciones en inglés son de una calidad extraordinaria.
La historia en sí misma, no alcanza el mismo nivel que sus personajes, pero sirve a la perfección como hilo conductor de todos los acontecimientos que se suceden. Desde el accidente inicial que lleva a Delsin a adquirir sus primeros poderes al enfrentamiento final, nos consigue mantener entretenidos con algunos giros inesperados y situaciones para recordar, pero a la larga, y a pesar de que la trama está presente en todo momento, acaba cediendo protagonismo a la acción y a los combates.
Infamous Second Son es uno de esos juegos que va in crescendo a medida que progresamos. Como decíamos al comienzo, su gran virtud consiste en la capacidad de sentirse poderoso, y teniendo en cuenta que no paramos de adquirir nuevos poderes y habilidades, esta sensación aumenta cada vez más y más hasta vernos con la sensación de tener literalmente la ciudad a nuestros pies.
Al principio controlaremos el humo, nos colaremos por conductos de ventilación, saltaremos de edificio en edificio, y dispararemos pequeños proyectiles incandescentes, algo que ya consigue trasmitir buenas sensaciones desde el primer momento, sin embargo, acaba resultando poca cosa cuando nos vemos saltando desde el tejado de un rascacielos y provocando una brutal explosión tras estamparnos contra el suelo a toda velocidad. Si además sumamos los poderes que otorgan otras habilidades como el control de las energía procedente de las luces de neón, o de las pantallas de vídeo, veremos que el repertorio se vuelve cada vez más amplio y divertido de ejecutar.
Invisibilidad, recorrer paredes verticales, lanzar espadas virtuales, hacer levitar enemigos indefensos… las posibilidades son muchas, y además cada tipo de poder tiene su encanto, aunque a veces da la impresión de que a los creativos se les ha ido un poco de las manos, porque a medida que conseguimos nuevas habilidades absorviendo los poderes de otros “bio-terroristas” o a través del sistema de progresión, veremos que cada vez se vuelven más raras...
Aun así, e independientemente de lo originales o raras que resulten esas habilidades, lo cierto es que resultan divertidísimas de usar en las dos facetas principales de la experiencia: el combate y la exploración.
Sobre la primera de ellas, cabe decir que aunque no cuenta con ningún defecto de control importante, a veces los enfrentamientos resultan un tanto caóticos, sobre todo cuando nos enfrentamos a un grupo con varios tipos de enemigos disparándonos, aturdiéndonos, o lanzándonos por los aires. El festival de luces, escombros y humopuede llegar a resultar mareante y en ocasiones nos veremos forzados a alejarnos un poco o subir a un edificio para tener una mejor perspectiva de lo que ocurre antes de volver al ataque.
Peor aún resultan los enfrentamientos contra jefes finales, y es que a pesar de ser combates un poco más organizados, carecen de esa chispa que tantas alegrías nos han dado otros muchos juegos, y es una pena, porque el uso de los distintos poderes de Infamous Second Son ofrecía un potencial tremendo. El problema es que los enfrentamientos son demasiado tediosos y frustrantes. Se tarda mucho en derrotar a cada uno de los jefes finales, pero no porque haya que estar lidiando con rutinas elaboradas o buscando distintos puntos débiles en el proceso, simplemente es que aguantan mucho y tendremos que repetir las mismas acciones demasiadas veces para acabar con ellos.
Aun así y siendo justos, muchas de las batallas, sobre todo en las que nos enfrentamos a pequeños esbirros, tienen algunos momentos espectaculares y el desarrollo de cada uno de esos combates depende en gran medida de la forma en que queramos abordarlo, una libertad de acción que se agradece enormemente. Esto precisamente nos lleva a la segunda faceta principal del juego: la exploración, y aquí realmente pocas pegas se pueden poner porque la ciudad y nuestras habilidades encajan como anillo al dedo.
La ciudad de Seattle es un escenario enorme, repleto de detalles y lugares que visitar que además ofrecen una libertad mayor que otros juegos de mundo abierto, porque aparte de recorrer cada metro cuadrado de escenario, tenemos que tener en cuenta la verticalidad de cada área o zona que recorremos. Aquí la altura no es un problema, porque subir a la azotea de un edificio de 30 plantas, resulta tan fácil como cruzar la calle, y una vez arriba, siempre podremos dar saltos gigantescos, propulsarnos o planear sin necesidad de dar un solo paso por el suelo. La exploración de cada rincón de la ciudad es una experiencia placentera en sí misma que además ofrece una increíble variedad dependiendo del poder que estemos usando en cada momento.
El apartado técnico del juego ayuda en todo momento a mejorar la experiencia. Si bien no parece que vaya a ser uno de los juegos de mayor calado visual dentro del catálogo de PS4, hay que reconocer que está plagado de detalles de calidad. Probablemente el que más llama la atención es la distancia de visión, porque apenas tendremos niebla ni elementos que entorpezcan las vistas panorámicas de la ciudad, no tenemos más que subir a cualquier edificio alto o al mismísimo Space Needle de Seattle para disfrutar del espectáculo. También sobresale por encima de otros aspectos, el tratamiento de las luces, no hay más que echar un vistazo a los reflejos de los charcos en el asfalto para darnos cuenta de que nos encontramos ante los resultados de un hardware de nueva generación. Aun así, no es un juego perfecto y en ocasiones veremos que la ciudad está un poco más vacía de gente de lo que debería, que se resiente la tasa de imágenes por segundo, o asuntos incluso más peliagudos como dientes de sierra o “popping”.
En definitiva, Infamous Second Son es un gran juego que proporciona diversión a raudales si nos metemos en el papel de superhéroe de perfil callejero. A las 12 horas que nos puede durar su intensa campaña, hay que sumarle la gran cantidad de acciones y misiones secundarias que nos ofrece su mundo abierto, y sólo por eso, su compra está más que justificada.
Puede que se haya dejado algunos puntos por pulir, como algunos combates un tanto caóticos, unos jefes finales muy mejorables o algunos aspectos técnicos, pero teniendo en cuenta muchas de sus virtudes, no resulta difícil perdonar.