Greta Gerwig: “No tengo Twitter porque hay mucha gente mala en Internet”
Greta Gerwig [Estados Unidos, 1983], la musa indie del cine neoyorquino de este siglo, mira como miran sus personajes. Parece inseguridad, parece miedo lo que transmite su mirada. Pero en el fondo es solo el reflejo del proceso cerebral de elaboración de las respuestas. Que siempre son brillantes y siempre tienen miga. Charlamos con ella en la pasada Berlinale, donde presentaba Maggie's Plan, la película que este viernes llega a los cines. Es un triángulo amoroso con otras dos puntas: Julianne Moore y Ethan Hawke. Cuando comienza el tiempo de la entrevista, Gerwig está mirando su móvil...
¿Está tuiteando?
No, no tengo Twitter. Estaba mirando la hora. Ni siquiera tengo los datos activados
¿De verdad?
Lo tengo en 'Modo avión' porque me aterra que, cuando estoy en otro país, me vaya a costar un millón de dólares mandar mensajes. Y es muy agradable no tener acceso a nada.
¿Pero por qué no tiene Twitter? Es raro...
Lo sé. Pero no tengo nada de eso. No tengo Instagram... ¡Hay mucha gente mala en Internet! No quiero darles la oportunidad de serlo conmigo. Estoy siendo muy honesta. Es que... ¡No les conozco! ¿Por qué debería dejar que personas a las que no he visto nunca puedan ser malas conmigo?
¿Tendría la Maggie de la película redes sociales?
¡No! ¡No tendría ni Twitter ni Instagram! Por un lado es muy moderna... pero por otro vive en un siglo que no es el nuestro. Es muy pura y tiene un gran corazón, a pesar de que eso suponga para ella vivir situaciones muy precarias.
¿Qué tipo de directores le gustan?
Idealmente me gustaría trabajar con directores que puedan compartir tiempo conmigo antes del rodaje, para ensayar y trabajar en el personaje. En el set he tenido de todo: directores que hablan muchísimo, directores que no hablan nada... ¡Y todos me parecen bien! Solo necesito sentir que estoy en buenas manos. Es como tener una buena pareja de baile. Quieres que te agarre bien, no quieres que te coja con las manos blandas... porque te sientes insegura. Los directores tienen que estar concentrados, tienen que poder ver la fotografía completa de la película y a la vez conocer los detalles. Hay muchas maneras de dirigir, pero cuando no es una buena... te das cuenta. Y cuando sí lo es, te sientes segura y puedes correr riesgos.
Así que los actores son... ¿criaturas frágiles que necesitan sentirse seguras?
No, no creo que los actores sean criaturas frágiles, creo que las películas son frágiles. Hacer películas es muy difícil. Es una combinación de imágenes, de palabras y de luces que se mueven, ¡y hacer una película bien es realmente difícil! No es que los actores sean esos seres locos que necesitan ser pastoreados, es que las películas son... algo así como una medusa. La forma que adoptan depende de la vida que contengan; si no la contienen son una masa informe y translúcida.
¿Piensa en su carrera como en un camino que va recorriendo? ¿Qué dirección lleva?
Sí, tengo una cierta idea de hacia dónde quiero ir. Intento trabajar solo con directores que realmente me gustan, los que creo que son buenos. Y escribo, y produzco, y voy a dirigir mi primera película este verano [la entrevista tuvo lugar en febrero de 2016]. Y todo eso me parece que rema en la misma dirección.
¿Va a intentar, como directora, no cometer algún error que hayan cometido con usted?
Por supuesto, no quiero ser una mala directora. ¡Pero tienes que ser el director que quieras ser! Una de las cosas buenas de actuar es que tienes la oportunidad de pasar por muchísimos sets. Las cosas que se me den bien y las que no... van a ser muy mías. Eso no se hereda de otra gente. ¡Pero claro! Hay un millón de cosas que quiero hacer. Aunque pienso menos en lo que no quiero repetir y más en lo que quiero reproducir. Pueden ser cosas muy simples. Por ejemplo... ¡etiquetas con los nombres! Todo el mundo en el set debería tener una. No es algo tan difícil y hace la vida mucho más sencilla.