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Thierry Fremaux: “No tengo Netflix, no me interesa, tengo mucho cine que ver”

Thierry Fremaux, director artístico del Festival de Cannes, posa durante uno de los photocall del certamen

David Martos

San Sebastián —
Vestido completamente de negro, el programador de cine más deseado del mundo se mueve como pez en el agua entre los periodistas. Los sortea en la terraza del Hotel María Cristina de San Sebastián como si se encontrase en su medio natural, y en cierto modo es así: Thierry Fremaux, 57 años, alma del Festival de Cannes como delegado artístico -y ahora general- desde el año 2001, es un amante de la comunicación y de la relación con la prensa. Y se nota durante la promoción de Lumière!, su primer proyecto al otro lado de la barrera. Es una recopilación de películas de los hermanos Auguste y Louis narrada por él mismo, que tiene como objetivo devolver a las salas de cine a los artífices de que el propio cine exista.

¿Qué mitos sobre los Lumière quería derribar con esta película?

Hay un montón de leyendas sobre los Lumière que son bonitas, pero son falsas. Es falso que los inventores del cine dijeran que no creían en su futuro. Puede que fuera el padre de los Lumière, pero no ellos. Louis produjo 1.500 películas, esa es la prueba de que creía en el futuro del cine. E inventó la fotografía en color. Louis Lumière fue el último inventor del cine, pero fue también el primer director, fue un creador. La Historia del Cine no ha hecho justicia a Lumière. Quería hacer un largometraje de 90 minutos para llevar de nuevo sus películas a las salas de cine, como una obra de cine, no como una imitación de las proyecciones de aquella época. Y no es mi película, en el póster no pone “una película de Thierry Fremaux”. Yo me dedico a ver películas de otros. 

Otro cliché es el que atribuye a Lumière la invención del documental y a Méliès las primeras películas de ficción...

¡No! Su quinta película, El jardinero, del 95, es una historia de ficción. Y hay puesta en escena en sus documentales. Lumière es Roberto Rossellini y Méliès es Federico Fellini; Lumière es el realismo, tomó la realidad y la puso en la pantalla; Méliès cogió la realidad y la reinventó, Méliès es Hollywood, Jacques Demy, La La Land; Lumière es Kiarostami, Kechiche, Renoir, Cassavettes... ¡No es una oposición, es una adición complementaria!

¿Estaban en las primeras películas los ingredientes básicos del cine de hoy?

Más que eso. Ver esas películas hoy es una manera de enseñar lo que somos como espectadores. Son películas que te obligan a esperar, a ver, a mirar, a aceptar, a pensar... El espectador ha cambiado mucho con los años. Con las películas digitales es muy difícil generar conciencia. El acto, entonces, era tan inocente que las preguntas eran obvias. Leonardo DaVinci no es el mismo pintor que Picasso o Rothko, pero es el mismo acto de creación. Decía William Faulkner que el pasado no murió, que el pasado no ha pasado; y me parece que seguimos en la misma historia desde los Lumière. ¡Sobre todo en estos momentos!

¿Por qué?

Durante ochenta años el cine estuvo solo. Desde hace treinta años compite con la televisión, y ahora con Internet. ¡Estamos en la edad dorada de las series de televisión! Pero es cine, es el mismo lenguaje del cine. ¿Qué es el cine hoy? Para mí la respuesta más importante del mundo del cine a Amazon o a Netflix es Dunkerque. Hay que verla en la gran pantalla. Y las películas de los Lumière no hay que verlas pirateándolas, en Internet, ¡no! Restauradas, en la gran pantalla... y juntos. Lumière inventó tres veces el cine: la técnica, el arte y la sala de cine. Inventó el espectáculo del cine. Lo que hacemos aquí, en San Sebastián. La gente tenía ganas de eso hace más de un siglo y todavía tenemos ganas.

Ahora que en Francia se va a imponer una tasa a YouTube o a Netflix para financiar el cine... ¿se reconsiderará su participación en el Festival de Cannes?

Bueno, no estoy aquí para hablar de Cannes... Por volver a lo que ocurrió... Yo hablo con directores y productores, no hablo con Netflix, Amazon o Warner. Hablé con Noah Baumbach o Bong Joon-ho, que son directores y quieren trabajar. Martin Scorsese, con el que estoy hablando, está trabajando en una nueva película producida por Netflix. A Cannes fueron películas de cine. Lynch, al que invitamos por el cumpleaños del festival, nos ofreció su serie... pero él mismo decía que no es una serie, es una película de 18 horas. Me pareció que lo mejor era abrir los brazos a Netflix y Amazon en la alfombra roja, porque ellos son realmente cinéfilos y han invertido en cine. Lo que no me gustan son las palabras de Reed Hastings [fundador de Netflix], palabras muy irónicas sobre las salas de cine de París. Perdóneme, pero para mí una vieja sala de cine en París es una cosa muy importante. Como la Scala de Milán para la ópera. Veremos lo que haremos. Pero yo creo que las salas de cine deben anticiparse al mundo nuevo...

¿No cree que una generación de gente joven se sintió fuera de Cannes cuando Almodóvar dijo que no podría premiar a Netflix?

No, no. Tenemos confianza en que la gente vuelva a los cines, también la nueva generación. Es como los discos de vinilo y su renacimiento, o como con la buena comida. Todavía queremos comer de forma original y diferente, a mí no me gustan las hamburguesas... porque soy francés. Sé que el cine no es solo un arte, que es una industria, y que necesitamos dinero para realizar por completo nuestros sueños. Pero no, no, no. La gente de Netflix sabe que viene del cine. Veremos lo que pasa en el futuro, pero nosotros estamos del lado de las salas de cine. Aunque tengo curiosidad sobre el nuevo mundo...

¿Y no tiene miedo de que Cannes pierda su sitio?

Los festivales son un laboratorio. En el año 2002 fuimos el primer festival del mundo que proyectó en digital. Sokurov, ruso, proyectó en digital... y George Lucas, blockbuster, Star Wars, un militante muy fuerte del mundo digital. Era perfecto para un ensayo, y fui muy criticado por las salas de cine. Ahora las salas tienen solo digital. Nosotros conservamos el 35. ¿Tenemos máquina de escribir u ordenador? Tenemos que anticipar el futuro, pero si queremos luchar contra el exceso del mundo nuevo tenemos que conocerlo. El pasado Cannes fue un evento importante para decirle a Netflix “bienvenido”, pero fue también un ensayo. Veremos el año que viene.

¿Usted tiene Netflix?

No. Como persona a mí no me interesa Netflix. Me interesa la Historia del Cine. Hay tantas películas que no he visto que no me voy a poner a ver series. Como persona no estoy contra Netflix, pero estoy a favor de las salas; como profesional debo abrir los ojos para ver cómo es el mundo de hoy. Si Cannes quiere seguir siendo el festival más importante del mundo tenemos que estar muy abiertos al nuevo mundo. Veremos qué pasa. El conflicto fue fuerte, pero funcionó.

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