La crítica se inclina ante Damien Chazelle y 'La La Land' en la Mostra de Venecia
Damien Chazelle y su La La Land, un musical en toda regla ambientado en una Los Ángeles onírica y llena de color, ha abierto esta mañana la sección oficial de la edición número 73 de la Mostra de Venecia. Los periodistas han interrumpido con aplausos la proyección de una película en la que Emma Stone y Ryan Gosling cantan, bailan y se enamoran sin dejar de sonreír. “Damien y yo hablamos antes del rodaje sobre algunos incidentes que yo había sufrido cuando llegué a Los Ángeles, con 15 años”, decía Stone en rueda de prensa sobre su personaje, una actriz frustrada que jamás parece conseguir el papel que le abra las puertas de Hollywood. “He tenido algunas audiciones humillantes”, confesaba.
Ryan Gosling, que no ha acudido a la presentación de su película en el Lido -porque está rodando esa secuela de Blade Runner de la que aún muy poco se sabe- es un pianista de jazz que persigue un sueño, abrir su propio club. Y es que la película habla principalmente sobre los sueños. Sobre no cejar en el empeño de conseguirlos. “Esta película no es cínica”, continuaba la actriz. “Es una alegría poder enseñársela a los jóvenes. Deberían trabajar para conseguir sus sueños y no ser cínicos”. La sala de prensa del Palazzo del Casino volvía a interrumpir sus palabras con aplausos. El jurado que preside Sam Mendes ya tiene candidata a premios. Y los Oscar, una fuerte contendiente.
Venecia, tomada por la seguridad
La Mostra comienza con las principales instalaciones dedicadas al festival rodeadas por bloques de hormigón -Niza está muy reciente en la memoria y no demasiado lejos en la geografía- e infestada de controles con detectores de metales. Solo se permite el acceso a las inmediaciones del Hotel Excelsior a los viandantes y a las bicicletas. Además, y como gesto hacia los familiares de las víctimas del terremoto de Amatrice, la cena de gala de inauguración que iba a celebrarse esta noche ha quedado suspendida. Sí recibirá el León de Oro a toda su carrera el director polaco Jerzy Skolimowski, de quien el responsable de la Mostra, Alberto Barbera, ha dicho que merece un reconocimiento internacional que aún no ha podido disfrutar.