“Todo el borrador de la ordenanza de terrazas sería una alegación”, explica Francisco Martínez-Bergés, presidente de la Asociación Hostelería Riojana de la FER. La nueva ordenanza no gusta a los hosteleros logroñeses. Creen que es “inviable” y ya trabajan en las alegaciones. Y es que supondría la desaparición de un 76% de las mesas y las sillas actuales y “mandaría al paro a unas 300 personas”.
El cálculo es sencillo: En Logroño hay unas 650 terrazas y esta ordenanza, según Martínez-Bergés, acarrearía la desaparición de más de 400. Y es que aunque no suponga la eliminación de la terraza entera, sí que conllevaría una reducción de las mesas tan grande que “no interesaría ni tenerla”. Y sin mesas, habría que despedir a camareros, unos 300, estima, puesto que el cambio afectaría al camarero que atiende las mesas y también al que sirve esas consumiciones dentro.
Uno de los principales puntos de controversia ha sido la limitación del espacio destinado a terrazas. Incluso aunque haya espacio suficiente en la calle, el establecimiento sólo podrá poner terraza en un 30% de la superficie de su local.
Un local de 100 metros cuadrados sólo podrá tener terraza en 30 metros, lo que supone unas 6 o 7 mesas (una mesa y 4 sillas ocupan unos 4 metros), cuando actualmente algunos bares tienen hasta 20 mesas.
Los hosteleros, en cambio, propondrán en sus alegaciones que el espacio destinado a terraza sea el mismo que el de la superficie del local. A 100 metros de establecimiento, 100 metros de terraza.
La ordenanza
También alegarán contra la distancia mínima a las fachadas establecida. En caso de situarse frente a una vivienda en planta baja, la distancia mínima se duplicará, pasando de 2 a 4 metros. Asimismo, los 2 metros establecidos hasta el momento entre los cerramientos fijos y las fachadas se incrementará hasta 6 metros. “No hay aceras en Logroño tan grandes como para establecer esa separación”.
Se descarta la huelga
“Vamos a presentar alegaciones que creemos lógicas. Nos ponemos en el lugar de vecinos y comerciantes, pero que quede claro que el turismo es lo que nos está salvando”, explica Martínez-Bergés, quien es optimista y cree que “se podrán llegar a un acuerdo”.
La asociación prevé presentar las alegaciones para final de semana y estos días también se están reuniendo con los distintos grupos políticos para explicarles su postura. Quieren seguir los cauces normales y descartan, como pedían algunas voces críticas, la convocatoria de medidas de presión como una huelga.