Según el último balance oficial, al menos 47 personas han muerto y otras 77 han resultado heridas como consecuencia de un atentado perpetrado por un terrorista suicida junto a un centro de reclutamiento del Ejército iraquí en Bagdad.
El ataque se llevó a cabo en lo que antes, durante el gobierno de Sadam Husein, era la sede del Ministerio de Defensa y que desde la invasión estadounidense de 2003 es un centro de reclutamiento y una base militar.
Una fuente del Ejército que no quiso hacer pública su identidad dijo que el atentado podría haber sido obra de dos terroristas suicidas, algo característico de Al Qaeda y sus socios locales. La fuente añadió que en el centro había un gran número de reclutas porque “pueden entrar 250 de una vez”.
Uno de los reclutas heridos dijo a la televisión de la agencia Reuters mientras era atendido en el hospital de Al Karj: “Estábamos alineados en una larga cola. También había oficiales y soldados. De repente hubo una explosión. Gracias a Dios, sólo he sufrido heridas en una mano”.
Una fuente del Ejército señaló que el número de víctimas mortales podría llegar a 51, y el de heridos a 121, pero el viceministro de Sanidad dijo que seguramente el balance de víctimas no se agrave. Este ataque es el más grave ocurrido desde el pasado 18 de julio, cuando un atentado suicida contra miembros de una milicia progubernamental se saldó con la muerte de al menos 39 personas.
En Irak se respira un ambiente de tensión política debido a que desde las elecciones del pasado 7 de marzo, las negociaciones para formar un nuevo gobierno entre los principales grupos suníes y la alianza interreligiosa que obtuvo una pírrica victoria electoral aún no han dado sus frutos.