El magistrado juez de familia de Murcia Fernando Ferrín Calamita ha sido condenado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Region de Murcia a la pena de dos años, tres meses y un día de inhabilitación para empleo o cargo público, por retrasar de forma maliciosa la adopción de una menor que había sido solicitada por la compañera sentimental de la madre biológica.
El Tribunal considera que “basta su lectura (de uno de los informes) para llegar a la convicción de que el Sr Juez obra actuando por una auténtica compulsión homófoba, lo que ha detener una indudable trascendencia penal”.
DESPRECIO POR ORIENTACIÓN SEXUAL
La condena aprecia el agravante de desprecio a la orientación sexual de la adoptante e incluye una indemnización de 6.000 euros y el pago de las costas, también las de la acusación particular. El Juez obra actuando por una auténtica compulsión homófoba, lo que ha de tener trascendencia penal. La sentencia, además, cita el caso de la niña Mari Luz. El juez, en su argumentación, justifica que Ferrín Calamita pidiera numerosos informes de idoneidad, con este ejemplo: “Imaginemos por un momento que este presunto asesino y violador de una niña andaluza cuyo recuerdo encoge nuestro ánimo, pretendiera adoptar a una sobrinita huérfana”.
NO PREVARICÓ
El Tribunal considera que Ferrín no prevaricó, porque “entendemos que no existe en la mente del inculpado un plan preconcebido para privar de patria potestad a la madre o para conseguir que la adopción no se produjese”.
El fiscal y la acusación particular habían solicitado en sus conclusiones provisionales 18 y cuatro años, respectivamente, de inhabilitación, aunque en la última sesión del juicio, el pasado día 3, dejaron a criterio de la Sala el que pudiera imponer una pena inferior si apreciaba que Ferrin había cometido este delito no de forma intencionada sino por imprudencia.
En el juicio, Ferrín Calamita, un juez declarado católico practicante y padre de siete hijos, declaró que durante el proceso de adopción de la niña “sólo veló por el interés de la niña” y justificó el retraso en la adopción diciendo que “lo que yo quería era un informe sobre la repercusión de la adopción de la menor, y nadie me ha contestado”.
Calamita también dejó algunas perlas durante el juicio, como cuando dijo que sobre las adopciones homosexuales hay informes contradictorios , y unos que consideran que los niños adoptados por gays son “cobayas humanas”, aunque afirmó que “los niños necesitan de un padre y una madre. Un hombre y una mujer se complementan. Dos mujeres no”.
Vanesa de las Heras y Susana Meseguer, el matrimonio de lesbianas que se querelló contra Ferrín, ofreció también en el juicio jugosas declaraciones, como cuando afirmaron que «nos sentimos indefensas y desamparadas, no entendíamos nada y temimos que (Ferrín) nos quitara a la niña. Parecía capaz de cualquier cosa para separarnos de nuestra hija».
Cuando el juicio quedó visto para sentencia, Calamita declaró que “si me condenan, Dios me tendrá preparado un trabajo mejor”.