La primera semana de diciembre comienza la campaña de Navidad y afloran las reuniones gastronómicas. Cenas de empresa, amigos, comidas de diferentes asociaciones y colectivos... Todos aprovechan para celebrar los últimos días del año. Según la previsión para 2010, la facturación de los establecimientos caerán entre un 3 y un 5 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado. Uno de los factores que han influido en el descenso de la cifra es la reducción de la horquilla de precios de los menús elegidos para estas fechas, que se sitúa entre un 20 y 40 euros de media, frente a los 30 y 60 euros anteriores a la crisis económica.
La tradición no se ha visto afectada por la coyuntura económica en cuanto a número de reservas, pero sí respecto al precio de las mismas. Tal y como nos explica el asesor jurídico y portavoz de la Asociación de Hostelería y Restauración de La Rioja, Enrique Arévalo Ruiz, el esplendor de estas cenas de Navidad se concentra la semana del 6 al 12 de diciembre, fecha en la que ya resulta prácticamente imposible hacer una reserva, pero cada vez es más común salir fuera por Navidad en fechas más tradicionales como Nochebuena, Nochevieja o Reyes.
Según destacan desde Arbacares “aunque se nota la restricción en el número de reservas, las cenas de Navidad no están desapareciendo y siguen teniendo un volumen de actividad importante en La Rioja”. Pero advierte que, “cada vez se demandan menús más económicos, y los empresarios se ven obligados a reducir los márgenes y hacer menús más 'arreglados' para esta temporada”. Mientras que en 2009 se redujeron los precios entre un 10 y un 15 por ciento, este año han vuelvo a bajar pero no se atreven a dar un tanto por ciento fijo.
Para que el precio final sea apetitoso para el demandante, “los empresarios están haciendo un gran esfuerzo” teniendo en cuanta que “la oferta del producto final también se limita”. Lo primero que desaparece del menú son aspectos destacados como la selección de vinos, el número de platos o la variación de postres, en definitiva, “los hosteleros se ven obligados a 'jugar' con los elementos en busca de la 'mínima' rentabilidad” asegura Arévalo.
La tarea de ofrecer el mejor producto por Navidad conlleva una auténtica guerra de precios, “cada empresario de 'motu proprio' está haciendo ofertas mucho más económicas que otros años” asegura Arévalo. “Antes las cenas de Navidad eran muy generosas y se caracterizaban por el derroche, ahora son más normales porque la mayoría de la gente busca ofertas muy económicas, e incluso se salen de las fechas más comprometidas”. A pesar de ello este año se ha retrasado la campaña con un aumento de indecisos que reservan a última hora.
Y hablando de las reservas a última hora, todavía está a tiempo hasta los más rezagados de reservar la fiesta de fin de año en una discoteca o restaurante riojano. La tendencia de salir fuera en Navidad está de moda, cada vez más gente disfruta de estas fecha fuera del hogar y Nochevieja es la cita estrella. En el caso de las cotillones el pack hostelero ofrece menú, espectáculo y fiesta para toda la noche. Desde Arbacares asegura que “las discotecas riojanas están haciendo un gran esfuerzo para que los cotillones sean cada vez más atractivos, metiendo actuaciones, una oferta generosa en la restauración, sosteniendo los precios dada la actual situación económica”. En este sentido la Asociación de Hostelería y Restauración de La Rioja invita a todo el sector a acudir a la II edición del cotillón que organizar la Sala Concept de Logroño, “un plan económico, y un detalle bonito que esperamos sea un éxito” apunta Arévalo.REZAN PARA MANTENER LAS CIFRAS DE ESTE AÑO
El mes de diciembre es un mes positivo para la hostelería, sobre todo para restaurantes, bares y cafeterías no tanto. Se compensa de alguna manera lo que ha sido el resto del año, según Arbacares, Navidad supone el 25 o el 30 por ciento de la facturación global. Aunque en el caso de bares, cafeterías y pubs la época importante de consumo es San Mateo, “aunque la actividad está en la zona centro de Logroño, mientras que en Navidad a la gente no le importa moverse” apunta.
Las expectativas para 2011 de Arbacares, “son las mismas que las expectativas económicas en general (...) muchos establecimientos ya han bajado los gastos al límite, saben que el año que viene va a seguir siendo un año tan duro como este o más, y 'rezaríamos' por repetir cifras” apunta. En cuanto a la creación de nuevos negocios aseguran que es puntual, “la política general es de contener lo que se tiene, a la espera de que podemos salir de este auténtico nubarrón (...) aunque parezca mentira la facturación cae hasta un 50 por ciento” lamente.
Un respiro a este pesimismo generalizado es el consumo que arrastra gente que sale a comer y cenar por ahí en vez de viajar fuera de La Rioja, aunque “no compensa porque están reduciendo el paquete y la cifra sigue siendo negativa” señala Arévalo. Y otro aspecto favorable en el turismo, “se está notando presencia de turistas que vienen en distintas épocas del año pero estos empujones no hacen sumar, sino, que la reducción no sea tan acusada” sentencia.
A pesar de la escasa proyección de nuevos negocios para 2011 la hostelería mira al futuro teniendo en cuenta las demandas de los ciudadanos, “desde hace años se demandan espacios amplios de comida rápida y económica, desde formatos americanos como hamburgueserías, pizzerías, la adaptación de merenderos más tradicionales con platos combinados o muchas cafeterías que ofrecen como complemento este tipo de comida”. Estas tendencias de futuro arrasan en el mercado mientras “la oferta de mesa y mantel, de buen servicio y de calidad se ha estacionado por la crisis” apunta Arévalo.
FUTURO SIN HUMOS
Si se habla de futuro no se puede obviar la inminente entrada en vigor de la Ley Antitabaco. Desde Arbacares consideran que “la aplicación de la Ley es un disparate total e inoportuno” sostienen necesario crear unos espacios totalmente aislados al resto del establecimiento y al personal porque “encaja perfectamente en esa política” y aseguran que la Ley reducirá hasta un 10% la facturación “porque buena parte de los clientes fumadores recortarán la estancia en los establecimientos y cuando salgan a fumar a la calle, no volverán a consumir”.
Una de las posibles alternativas es la proliferación de las terrazas cerradas o semicerradas, pero según Arbacares “son insuficientes por su capacidad limitada o alta de servicios”, además en la capital riojana hay cierto “retraso” en la proliferación de terrazas de este tipo prácticamente inexistentes ya que se cuentan con los dedos de una mano. Los empresarios hosteleros reiteran que percibirán “un descenso importante y totalmente injustificado” y destacan las pérdidas que acusarán los pubs nocturnos así como el problema añadido de la gente que fumará en la calle. Para Arbacares “estas medidas serían más oportuna en otra época y otro ciclo económico”.