¿Cómo es tu perro? Pues este es su collar...

Rioja2

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¿Puedo acariciar a tu perro? ¿Es bueno? ¿Qué tal se lleva con otros perros? Las respuestas, a partir de ahora, para tranquilidad de dueños de estos cuadrúpedos domésticos, van a estar en el collar, o en el arnés, para ser más exactos. Resulta que, según informa lavanguardia.com, están en marcha una serie de iniciativas para crear un código de colores que advierta a propios y extraños del carácter de tu perro. Por partes.

The Yellow Dog Project, el proyecto del perro amarillo o algo así en español, es una iniciativa puesta en marcha por una organización canadiense hace cinco años. El objetivo es muy sencillo: encontrar una forma de advertir al resto de personas, por ejemplo un lazo amarillo en la correa, de que nuestro perro necesita espacio. Las razones son numerosas: puede ser que está en fase de entrenamiento, que se está recuperando de alguna intervención, que es un poco nervioso o, simplemente, que tiene malas pulgas con otros perros.

Esta iniciativa, en apenas cinco años, se ha extendido a más de 45 países y sigue adelante con paso firme. Cabe apuntar que no se trata de una absoluta novedad. En el ámbito ecuestre, por ejemplo, se utilizan este tipo de prácticas de una manera más o menos habitual. Así, por ejemplo, un caballo con un lazo rojo significa que tiende a dar coces y, si el lazo es verde, advertirá a los iniciados que se trata de un caballo joven e inexperto. Y no se queda ahí la cosa: el morado implica que el caballo necesita reposar y el rosa, que se trata de una yegua en celo...

En esta misma línea, pero aplicada al mundo canino está trabajando la empresa Friendly Dog Collars, especializada en todo tipo de complementos para los canes, ha desarrollado una serie de collares y arneses con un código de colores vinculado al carácter de sus portadores. Así, por ejemplo, el verde es para perros amistosos, el naranja para cuadrúpedos que no toleran compañía canina y el rojo implica precaución: no debemos acercarnos. Más todavía: el azul para perros que estén en proceso de adiestramiento y el amarillo para ejemplares nerviosillos.

La lista sigue porque también hay collares blancos que identifican a un animal ciego o sordo y otros morados que conllevan la petición expresa de no dar comida al perro. Por supuesto, que la utilización de lazos, collares y arneses para advertir a los demás del carácter de nuestro amigo no implica que el propietario se deba relajar en su cometido adiestrador y socializador, pero sin duda supone una herramienta interesante.