En abril los representantes de los 200 países que llevan a cabo las negociaciones sobre el cambio climático se reunirán en Bangkok para intentar desbloquear el congelamiento actual del Protocolo de Kioto. Con motivo de esta reunión también intentarán establecer un acuerdo que suceda la política sobre el calentamiento global que finaliza en el 2012.
En este año se celebrarán menos reuniones que las llevadas a cabo desde el 2007, destacando entre todas la acontecida en Bali (Indonesia) en la que no se consiguió llegar a ningún acuerdo para la firma de un nuevo tratado.
En la reunión, que tendrá lugar del 3 al 8 de abril, lo más importante será encontrar una política sucesora al Protocolo de Kioto. Este tratado dice que al menos 40 países desarrollados recorten para el 2020 la emisión de gases de efecto invernadero en un 5,2%.
A esta reunión se le unen las sesiones que se cumplirán en Bonn, Alemania, en junio y las conversaciones entre los ministros medioambientales de estos países fijada en Durban, Sudáfrica a finales de año.
El objetivo de estas reuniones será intentar acordar detalles en varios frentes, uno de los principales son los recortes de los gases de efecto invernadero con la idea de que se consiga frenar inundaciones, olas de calor, sequías y crecimiento del nivel del mar.
Discordia para el acuerdo
Ya en la reunión de Cancún (México), que tuvo lugar a finales del año pasado, se respiraba un desacuerdo entre los ministros en cuanto a la reducción de gases de efecto invernadero.
Países como Canadá, Japón y Rusia se contraponen a la política y se niegan a extender los recortes de emisiones pasado el 31 de diciembre del 2012 si los grandes emisores, China y Estados Unidos no firman un acuerdo que les obligue a un mayor porcentaje de reducción de gases, a lo que, de momento, ambos países se niegan.
Estados Unidos nunca firmó el acuerdo de Kioto alegando que esto costaría trabajos en el país y que el mismo acuerdo no obligaba a ningún recorte a los países emergentes.
En el encuentro en México si se llegó a un acuerdo para crear un fondo de ayuda para los países en vías de desarrollo y el objetivo de limitar cualquier aumento de la temperatura global a dos grados centígrados con respecto a la emisión desde la Revolución Industrial.
Por otro lado, los países en desarrollo dicen que son las naciones ricas las principales responsables de la emisión de dióxido de carbono y que deben de extender lo acordado en Kioto mientras que ellos se comprometen a reducir en menor medida sus emisiones.