Familias de los alumnos de Calahorra: “El curso ha sido un infierno pero Educación no tomó medidas hasta que se hizo público”

“Hemos llegado a tener miedo por nuestros hijos porque tienen un trayecto de 50 kilómetros en coche de casa al centro y había días que volvían tan nerviosos por lo vivido en clase que podía haberles pasado cualquier cosa”. Así resumen las familias del alumnado del grado de Laboratorio Clínico y Biomédico del IES Valle del Cidacos de Calahorra la situación que han vivido a lo largo de estos meses con el tutor de sus hijos e hijas. “Para nosotros ha sido también muy complejo porque les hemos visto muy afectados con una situación de abuso, acoso, maltrato o como le quieran llamar porque cada día venían a casa con situaciones terribles”, aseguran.

Parece que no tendrán que soportarlo más porque la consejería de Educación del Gobierno de La Rioja anunciaba ayer que se iba a apartar al profesor de su puesto. Meses de escritos, reuniones, propuestas, quejas... Pero la solución no ha llegado hasta mediados de mayo, cuando faltan apenas dos semanas para que acabe el curso. “Hemos intentado hablar, arreglar las cosas, pero sólo recibíamos palabrería. Hemos hablado con el centro, con la inspección, con la consejería... Muchas palabras pero pocos hechos”, relatan las familias, “el lunes nos reunimos con el viceconsejero de Educación y planteó la codocencia, una persona continuamente acompañándole en las clases pero ya desde la dirección se planteó que no era la mejor solución porque hasta ahora ya tenía dos horas con una profesora de apoyo y la trataba igual de mal que a los alumnos, igual que a nosotros e igual que a la dirección; tiene facilidad para humillar a quien tenga delante”. La decisión de la consejería de apartar a este profesor de su puesto no llegó hasta que este viernes los propios alumnos dieron a conocer públicamente su situación a través de los medios de comunicación.

Tienen claro que sus hijos han perdido el curso porque el profesor impartía las dos materias fundamentales, con 13 horas a la semana. “¿Cómo van a ir el año que viene a hacer prácticas a una empresa si no les ha enseñado nada?”, se preguntan. Según han explicado los alumnos, en todo el curso sólo impartió una clase; la del día que fue al centro el inspector de Educación. El resto “se ha limitado a mirar y hacer comentarios ofensivos” mientras eran los propios alumnos los que iban leyendo el libro sin más explicaciones.

“No han aprendido nada y encima les han maltratado”, asegura una madre. Su hijo nunca antes había tenido ningún problema en ningún centro y siempre se ha relacionado perfectamente con compañeros y profesores. “Por eso cuando empezamos a ver esta situación fuimos a hablar con el profesor porque no entendíamos que pasaba”, cuenta, “cuando llegamos nos enseñó una libreta con anotaciones en la que supuestamente había apuntado opiniones negativas que el resto de profesores le habían dado sobre nuestro hijo. Pedimos hablar con esos otros profesores y lo desmintieron todo delante de él, ni siquiera sabían que habíamos pedido esa reunión y no habían dicho nada de eso sobre nuestro hijo. Es un mentiroso y un manipulador y, como madre, te vas de allí con una sensación horrible”.

Todos los testimonios del informe elaborado por la Inspección Educativa coinciden. Padres y madres, alumnado, dirección y profesores del centro señalan este tipo de comportamientos por parte del profesor pero hasta ahora no había sido suficiente. “Ha estado hasta ahora totalmente protegido y nuestros hijos sólo querían justicia, querían que les protegieran a ellos igual que se estaba protegiendo al profesor”, explican.

“Esta misma semana le pedí ver unas correcciones de un ejercicio de mi hijo y se negó a dármelas, pasé la mañana en el centro y me fui sin ellas”, relata la misma madre, “y allí mismo le oí decir que igual las correcciones de este alumno las tenía que hacer de otra manera. A medida que te vas quejando de su comportamiento te va bajando las notas”.

Ahora las familias esperan que esa remoción de su puesto de trabajo le aleje de la docencia “porque no sería justo que se lo quiten a estos chavales para ponérselo a otros”. Creen que no es justo que sus hijos e hijas, de entre 19 y 21 años, hayan tenido que pasar por esto. “No es enseñanza obligatoria. Han ido a estudiar allí porque es lo que les gusta y es el único lugar de La Rioja en el que se imparte. Y por culpa de este profesor algunos han terminado dejando el grado”, explican. Son estudiantes de La Rioja, Navarra y País Vasco que llevan meses luchando para poder aprender sin ser humillados e insultados, sin escuchar comentarios racistas o machistas. Ahora por fin, cuando el curso está a punto de acabar y después de haberlo denunciado públicamente, parece que lo han conseguido.