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El Gobierno de La Rioja pide retrasar a 2010 los etiquetados sobre alérgenos del vino

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Lo ha dicho en rueda de prensa el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz. Así de esta manera, ha pedido que se retrase al 31 de diciembre de 2010 la aplicación de la Directiva comunitaria sobre la indicación en los etiquetados de las botellas de los componentes alérgenos del vino.

Sanz ha argumentado que realiza esta petición a través de una carta que ha remitido a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, con el fin de que efectúe las gestiones oportunas ante la Unión Europea para retrasar la Directiva de alérgenos y de ingredientes alimentarios 2007/68, que debe aplicarse a partir del próximo 31 de mayo.

Esta Directiva indica que las etiquetas de los vinos deberían contemplar la posibilidad de poner si la clarificación contiene albúmina, procedente de ese proceso con clara de huevo; o caseína, proveniente de la leche.

Para el Gobierno de La Rioja esta aplicación es “precipitada” y por ello considera conveniente retrasarla hasta el 31 de diciembre de 2010 para que, durante este tiempo, se puedan elaborar los estudios necesarios y adoptar las medidas precisas para evitar cualquier efecto “negativo” para el sector y para el consumidor.

Sanz ha mantenido durante los últimos días contactos con representantes del sector del vino, de la Federación del Vino y de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

También ha indicado que la OIV elabora en la actualidad un estudio, que podría estar finalizada en 2010, sobre los residuos de albúmina o caseína que pudiesen quedar en el vino en el proceso de elaboración.

A ello ha sumado que el uno de agosto de 2009 entregarán en vigor, según un reglamento de la OCM del Vino, las nuevas modalidades de etiquetado, presentación y designación del sector, lo que, según él “aumentará la confusión en los productores y consumidores”.

Desde el Ejecutivo se insiste en la importancia de “hacer las cosas con rigor y tranquilidad” para no generar en el consumidor “confusión”, sino “transparencia” y “claridad” desde el punto de vista de lo que es el producto alimenticio.

Problemática Normativa

A partir del 31 de mayo, las botellas deberán mencionar si el vino “contiene” “caseína” o “albúmina” en idiomas comprensibles para el consumidor del país donde se vende, pues en ese momento termina una derogación que había dentro de una directiva actual sobre etiquetado.

Esto significa que los operadores tendrán que indicar tales ingredientes alérgenos en varias lenguas, lo que supondrá un espacio grande en etiquetas que tienen un espacio relativamente reducido.

Además, la nueva regulación preocupa a los productores porque temen “muchos cambios” en pocos meses, ya que está previsto que el 1 de agosto se apliquen otras reglas sobre las etiquetas, previstas dentro de la reforma de la organización del mercado del vino.