Con el inicio de la temporada estival que el calor aumente no extraña a nadie, al igual que las inundaciones o los incendios que siempre han estado de actualidad en verano sobre todo. Lo peculiar es que este año los contrastes metereológicos se han manifestado de forma más acentuada y ha hecho que el ser humano recapacite acerca del cambio climático y del futuro próximo del planeta. Esto puede apreciarse en Rusia, que a pesar de ser uno de los países más fríos del mundo, ha superado temperaturas máximas históricas rozando este verano los 40 ºC. ¿Será este el modelo de otros veranos venideros en Rusia?
El caso de Rusia: “el calor anómalo”
El clima en Rusia es característico por sus temperaturas extremas. En invierno, las mínimas se sitúan en Siberia Oriental y hay ciudades como Verjóiansk (“el polo frío del mundo”), ubicada en el extremo nororiental de Siberia, que ha llegado a alcanzar -48,9 ºC. En la costa ártica, los vientos son fuertes y se han llegado a registrar temperaturas con viento helado de -50 ºC.
Por el contrario, en verano, la media máxima suele situarse en torno a los 23ºC, sin embargo, este año el país está anotando máximas históricas llegando a los 38,2 ºC y superando en 7ºC el récord registrado en 2008 cuando el termómetro marcó 31,2 ºC. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha afirmado que este julio en Moscú ha sido el más cálido desde que hace 130 años comenzaran los registros de temperaturas. Las máximas que se han registrado en el país y la neblina originada por la contaminación del aire producida por los incendios han hecho que el Gobierno federal se plantee la posibilidad de realizar un plan de acción para los periodos de “calor anómalo” que se viven en el país del este de Europa.
Según ha comunicado Boris revich, asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y experto en pronósticos de calidad medioambiental y sanidad, el aumento de la temperatura ha influido en más aspectos como la mortalidad, que se ha elevado en Rusia un 5,84 % superando la cifra de 2009. Además coincide que el número de fallecidos asciende cuando las temperaturas superan los 25 ºC y hay que recordar, que los rusos han estado rozando los 40 ºC desde mediados de junio. Esta relación entre calor y aumento de mortalidad no es gratuita, la OMS afirma que las temperaturas altas provocan un aumento de los niveles de ozono y de otros contaminantes del aire que agravan las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Si encima coincide en que las altas temperaturas se dan en una ciudad, la contaminación atmosférica urbana causa aproximadamente 1,2 millones de defunciones cada año.
Pese a la fuerte ola de calor que experimenta el país del este, la Academia de Ciencias de Rusia, no cree que esto sea una señal de futura catástrofe y en cuanto a su origen, no se sabe si son efectos del calentamiento global o son variaciones temporales del ciclo de temperaturas. Un experto científico de la Academia rusa, Mijaíl Kabanov, es más partidario de la segunda opción: “las desviaciones del clima hacia un extremo u otro en distintas regiones se deben a la inestabilidad del sistema climático”, aunque el experto ha asegurado que no puede hacer pronósticos seguros porque “no poseemos conocimientos suficientes”.
De la estufa de leña al aire acondicionado
El aumento de temperaturas para un país poco acostumbrado al calor ha traído consecuencias en todo los ámbitos, desde las instalaciones, la ropa hasta el replanteamiento de nuevos horarios de trabajo que desvíen las horas centrales de calor.
La ola de calor que azota el país es el tema de conversación más recurrido por los rusos estos meses. La tónica se repite y numerosos diarios e informativos de televisión nacionales y locales (incluso internacionales) encabezan sus noticias bajo el título “Rusia se derrite”.
Por otro lado, el nuevo clima que presenta sol fuerte, aire caliente y grandes porcentajes de humedad, ha hecho que los rusos se replanteen nuevas formas para combatir el calor como el uso de un hábito tan español como la siesta y tan poco frecuente en Rusia. De hecho, el jefe del Servicio Epidemiológico de Rusia, Guennadi Oníschenko, llegó a proponer a los empresarios que partieran el horario de trabajo para que los empleados pudiesen trabajar en las horas de menos calor, durmiesen cuando el calor fuese más fuerte y reanudasen el trabajo después.
Además de las repercusiones que ha ocasionado el calor en el trabajo y en la salud, para mitigar el calor los ciudadanos rusos han optado por bañarse en lagos y ríos que no están acondicionados para el baño y esto ha hecho que el número de ahogados haya sobrepasado las cien personas.
Asimismo, el estado medioambiental también ha cambiado, la estampa en las ciudades rusas también es diferente, parece que el otoño haya llegado de forma prematura pues las hojas de los árboles se han secado más rápidamente y ante la escasez de agua, han caído más rápidamente al suelo.
Otro dato destacado, es la sequía que ha producido el calor, la peor en más de un siglo que ha acabado con la vida de miles de toneladas de peces y la pérdida de millones de hectáreas de cosecha. A mediados de mes, el Presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, constataba la pérdida de un 25% de los cultivos de cereales. “La sequía destruyó una cuarta parte de los cultivos de cereales a escala nacional. Muchas fincas agrícolas están al borde de la quiebra, lamentablemente. La situación es grave, podríamos decir que es de emergencia”, manifestó Medvédev durante una reunión convocada en la ciudad de Taganrog, en el sur de Rusia.
El impacto en otros países
Según los expertos, este verano en el que las temperaturas han presentado fuertes contrastes y las catástrofes naturales se han incrementado, va a ser el modelo de los veranos próximos. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) asegura que el planeta sufre una serie de fenómenos extremos meteorológicos “sin precedentes”. En un comunicado oficial, cita la ola de calor en Rusia, las inundaciones en enormes extensiones en Asia y partes de Europa central, la sequía en África subsahariana y los desprendimientos de tierra en China. El organismo de la ONU avisa de que hace falta más tiempo para atribuir un fenómeno concreto al cambio climático, pero sí señala que “la sucesión de fenómenos actuales concuerda con las proyecciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) sobre más y mayores fenómenos meteorológicos extremos”.
En un intento de buscar una explicación científica, el metereólogo Mike Blackburn de la Universidad británica de Reading, ha afirmado que el calor anómalo en Rusia y las inundaciones en Pakistán tienen una causa común: las corrientes en chorro a gran altura atmosférica.
Las corrientes en chorro conocidas como “jet stream”, son flujos serpenteantes de vientos muy fuertes y su velocidad es diez veces mayor que las velocidades de los vientos terrestres. Las corrientes que avanzan del oeste al este alredor de la tierra, pueden oscilar del norte al sur formando las denominadas olas “Rossby”, parecidos a meandros de río.
En las últimas dos semanas los meteorólogos registraron cambios poco habituales en las corrientes en chorros. Las olas Rossby de las corrientes que suelen desplazarse al este alterando la situación metereológica en general, se estancaron a mediados de julio, lo que impidió que el flujo de las corrientes normales fuese estático y creó condiciones favorables a las catástrofes naturales. Todavía se desconocen las causas que hacen estancar las olas Rossby.
En Pakistán el fenómeno atmosférico coincidió con el monzón estival que por la ola estancada por la corriente en chorro llevó más precipitaciones al norte del país lo que se tradujo en enormes inundaciones, las peores en los últimos ochenta años.
Según Blackburn, en los últimos tres años, el fenómeno ha ganado fuerza y es el causante de las fuertes inundaciones en Gran Bretaña y del fuerte calor que experimentó el continente europeo en 2007.
La Tierra necesita ayuda
Según recientes investigaciones de la NASA, la temperatura de nuestro planeta ha aumentado considerablemente en este 2010. Al parecer, según registros que lleva la NASA de doce meses, la temperatura de la Tierra ha aumentado significativamente en este 2010 si se la compara con los registros del pasado 2005.Los registros indican que la temperatura global ha continuado aumentando bastante rápidamente en la última década y que no ha habido una reducción de la tendencia al calentamiento global ya que, por el contrario, ha habido un aumento de entre 0.15°C y 0.20°C por década, desde la década de los 70.
La próxima gran cumbre sobre medio ambiente y Cambio Climático se celebrará este año en Cancún y esta vez, les tocará a los dirigentes asegurarse de que los acuerdos pactados se cumplan para que no quede sólo en un mero debate como ocurrió en Copenhague o en la pasada reunión en Bonn. Los dirigentes necesitan llegar a acuerdos férreos y lograr más implicación para que entre todos se intente una desaceleración del proceso.
Todavía habrá que esperar algún tiempo a que los expertos en Meteorología lleguen a un acuerdo que justifique que esta subida de temperaturas se debe sólo a un ciclo climático temporal o por el contrario a un aumento que puede permanecer en el tiempo, de ser así, Rusia sobrepasará los 40 ºC los próximos veranos y se verán obligados a adaptar nuevos hábitos a parte de sufrir las mínimas extremas en invierno.