El sacerdote de La Redonda que arremete contra Serise, la “ideología de género” y la homosexualidad
Las dos profesionales de Serise Sexología, que llevan siete años impartiendo charlas y talleres de educación afectivo-sexual en los colegios riojanos, han denunciado hoy que llevan más de un año sufriendo amenazas, algunas de ellas de muerte, una situación agravada en los últimos días por la campaña realizada contra ellas desde la ultraderecha. Hoy han anunciado que emprenderán acciones legales, entre otros, contra Hazte Oír y el sacerdote de La Redonda, Pedro Trevijano. ¿Quién es este religioso?
Trevijano es un sacerdote jubilado de 84 años sin cargo pastoral que todavía celebra misa en La Redonda. Es especialmente activo en Internet, donde escribe artículos en los que carga contra la llamada “ideología de género”, contra el “lobby LGTBI” y, más en concreto, contra Serise Sexología.
Lo hace en la web religionelibertad.com. Aquí, basándose en la grabación de una charla impartida a los padres, aseguran que estas sexólogas hablan, “como prácticas normales en menores de siete años, de lamer los genitales de otros niños coetáneos e investigar el trasero de otros niños como hacen los perros con sus congéneres (es una manera fina de decirlo). En el caso de chicos de once años se recomienda a los padres no entrar por sorpresa en las habitaciones de sus hijos, no vayan a estar masturbándose y viendo pornografía, con lo que violamos su intimidad”.
Trevijano, que pertenece a la asociación Los Niños son Intocables, se basa en esta grabación para defender el veto parental y recuerda que “la ideología de género está condenada por la Iglesia y más concretamente por los tres últimos Papas. Y es que como afirmó el actual Papa, ya en sus tiempos de cardenal, detrás de ella está el demonio”.
No es este el único artículo salido de tono. El sacerdote hace referencia en otro texto sobre la violencia de género a la existencia de “varones víctimas de sus mujeres en un número que, mientras se publicaron estadísticas -cosa que dejó de hacerse porque no eran políticamente correctas- rondaba el tercio del total”.
En este artículo Trevijano se muestra a favor de las dos primeras olas feministas y no así de la tercera, en la que “los temas son el poder y el sexo: ésta es la fase en la que el feminismo radical se convierte en ideología de género, una ideología de corte totalitario y basada en el odio y con la que se intenta combatir el matrimonio, la familia e incluso la maternidad”.
Sn muchos los textos en los que este cura arremete contra la “ideología de género”, que tiene como consecuencia, a su juicio, “que el profesor puede enseñar a los alumnos que si quieren pueden ser chicas y sus hermanas chicos, por lo que pienso que más de un alumno dirá a sus padres que el profesor se ha vuelto loco”.
Estas son otras de las 'joyas' publicadas por Trevijano: “otra genialidad es que la liberación de la mujer, fundada sobre una cultura individualista y hedonista y de libertinaje en la cuestión sexual, ve en la vida familiar y en la maternidad un riesgo y una limitación. El matrimonio es una institución a combatir. Otra mentira es que no se puede salir de la homosexualidad, cuando cada vez hay más gente que lo consigue y es indiscutible que contra el hecho no valen argumentos”.
“Salir de la homosexualidad”
De hecho, el sacerdote de La Redonda dedica una entrada en su blog a asegurar que es posible el cambio de homosexual a heterosexual. “Es indiscutible que en el mundo adulto hay homosexuales que lo que quieren no es rendirse ante su condición homosexual, sino superarla. La reorientación sexual es posible, por lo que la actitud fatalista respecto a la mutabilidad de la opción homosexual no está justificada”.
Recomienda acogerse a la fe religiosa para cambiar, así como a un tratamiento terapéutico. “Me parece indiscutible el derecho de los homosexuales a someterse voluntariamente a un tratamiento con el intento de llegar a la heterosexualidad, así como el de los terapeutas a tratarlos. La postura de nuestros políticos, al intentar prohibirlo, me parece una canallada totalitaria, tanto más que se admite que se pueda pasar de la heterosexualidad a la homosexualidad, aunque no sé si hay alguien que desee hacerlo”.
Añade que la homosexualidad “se organiza sobre la base de un conflicto psíquico no resuelto y su estilo de vida está lleno de riesgos, lo que se traduce en una esperanza de vida menor en varios años a la de los heterosexuales, porque la fidelidad en ellos es infrecuente y abunda mucho más la promiscuidad, con el riesgo de contraer enfermedades físicas como las de transmisión sexual, mientras que en el plano mental son más susceptibles a suicidios, depresiones y abuso de drogas”.
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